11.7.04
La Guardia Civil investigó en 2003 una pista de Zohuier: un traficante de dinamita de Avilés
LA POLICÍA DE OVIEDO SABÍA QUE TRASHORRAS VENDÍA EXPLOSIVOS
(11-07-04) La Guardia Civil investigó en 2003 una pista de Zohuier: un traficante de dinamita de Avilés
< Coincidiendo con las justificaciones del PSOE para vetar a los confidentes en la comisión, se han filtrado dos informes de la Policía y la Guardia Civil a la agencia EFE. La intención es demostrar que los agentes implicados no fueron informados de la trama de los explosivos. Sin embargo, una segunda lectura siembra más dudas, ya que se asegura que en 2003 la Guardia Civil investigó, al parecer sin éxito, a un individuo de Avilés, indicado por Zohuier, que vendía dinamita y en otro punto se dice que la policía de Oviedo ya en 2002 sabía que Trashorras traficaba con explosivos.
(.../...)
La Guardia Civil trató de comprobar la información sobre los explosivos, identificó a los supuestos vendedores y, en colaboración con el confidente, desplegó "un vasto y extenso operativo policial", realizando seguimientos, vigilancias y reconocimientos según los datos que aportaba Zohuier sin que se pudiera obtener "ningún dato o hecho objetivo" para corroborar la verosimilitud de sus manifestaciones. A pesar de ello, se informó verbalmente a la Fiscalía de Avilés, que "ante la evidente ausencia de indicios distintos del testimonio de Zohuier y pese a la aparente gravedad de los hechos" descartó iniciar un procedimiento penal.
En los siguientes meses, pese a que los contactos con Rafá se fueron reduciendo, se mantuvo el operativo, llegando a decir el confidente que "seguramente no era nada". Este informe indica que no hubo más contactos con Zohueir hasta el 16 de marzo de 2004, pasados los atentados, cuando éste, al ver las fotografías de los sospechosos en los medios de comunicación, llamó a la UCO para explicar que trataría de aportar datos sobre la masacre, siendo detenido más adelante.
A finales de 2003, el Jefe de Grupo vio en Avilés al confidente con dos personas que parecían árabes, por lo que se montó un dispositivo que resultó infructuoso ya que no se les pudo detectar. En enero de 2004, Suárez Trashorras comentó que había "unos moritos" que "subían hachís desde Madrid hasta Pontevedra para cambiarlo por cocaína, que posteriormente transportaban hacia el País Vasco", aunque no volvió a hablar del tema.
Después de los atentados, el confidente hizo varios comentarios sobre la autoría de los mismos y sobre una llamada realizada a uno de "los moritos" en la que le dijo que "si no lo veía en la tierra, lo vería en el cielo", y Trashorras agregó que tras el 11-M lo llamó insistentemente sin que le contestara. García Rodríguez dice que entonces sospechó y puso en conocimiento estos hechos de la Comisaría General de Información, procediéndose posteriormente a su detención.