13.2.05

 

Zetrapacero

 

ZetraPacero

ZP está demostrando ser un profesional de la trapaza. Desde su discurso en el congreso sobre el plan Ibarretxe ha revelado ser algo mas que un engañabobos, un político mentiroso nadador entreaguas; ha evidenciado ser el gran inspirador de un artífice engañoso e ilícito con el que se perjudica y defrauda a España.

Que sus recursos eran limitados era algo que todos veíamos o intuíamos; la subordinación de toda acción a su interés personal y político, aunque sea en perjuicio a los intereses generales, lo ha hecho realidad día a día, desde que “prometió” en Abril como presidente de gobierno. De momento lleva todo el camino de convertirse en un gran perjuro.

No le importan las consecuencias de sus actos, sólo la rentabilidad electoral inmediata de los mismos, los réditos para mantener u obtener poder. La cesión sin límites a cambio del instante de una imagen propagandística ha sido la tónica de sus 10 meses de Desgobierno. Sonrisas y flashes mientras dilapida la herencia de un buen gobierno.

Con semejante currículo su alocución el día 1 de Febrero da miedo, mucho miedo. Menos mal que nos quedó el buen gusto de saber que
Rajoy si sabe hablar y actuar como un hombre de Estado y dar replica a ese desafio. Las ofertas de acuerdo en la tribuna hacia un Ibarretxe, que vino a horadar la soberanía nacional en su sede mas sagrada, sacudieron como terremoto muchas conciencias, entre ellas las de algunos formadores de opinión seducidos hasta la fecha con el señuelo del talante.

ZetraPacero quiere la foto de la falsa pacificación de Euskadi, la del “acuerdo amable” entre el País Vasco y España que el lendakari intenta vendernos como un caldo con sabor a cicuta, ZP sólo quiere ponerle buen aroma. Desea ser el Chamberlain que agitando el “pacto” diga: yo os he traido la paz, aunque esta “paz” sólo sean cesiones a cambio del pastoreo de nuevos votos. Al final cómo el inglés sólo traerá mas sangre y lágrimas. Pero eso parece no importarle al personaje.

¿Por qué actúa así Zetrapacero?. Sin duda son sus propias carencias y el producto de su trayectoria política. Zapatero no tiene ni una sólida formación ni una extraordinaria capacidad intelectual. Toda su vida, sus estudios, su corta trayectoria universitaria, se los debe a sus afinidades políticas. No sabe hacer otra cosa. La trapacería es su profesión, el engaño continuado para mantener su puesto de culiparlante durante más década y media. Durante todo este tiempo le ha bastado para mantenerse decir que si a todo, tener en su boca la eterna y estúpida sonrisa y no ejercitar su mente nada mas que en el vacuo discurso sectario, inocuo hasta hoy. Lo que serían, de seguir asi, sólo daños menores se ha convertido en una posible tragedia por la jugada del destino que permitió auparle a un puesto que ni esperaba ni merecía. Lo peor es que muchos nos tememos que detrás de la jugada del destino estén las manos de unos tahures tramposos que, con premeditación y alevosía, se sacaron de los bolsillos mas pestilentes y oscuros una escalera de color, de corazones heridos y manchados de sangre.

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