6.6.04
Siria pide a Hizbulá que suspenda su colaboración con los etarras
02.06-04
Siria pide a Hizbulá que suspenda su colaboración con los etarras
GUIDO OLIMPIO. Corriere della Sera / EL MUNDO
Beirut, hace pocos días. Nasif Jeirbek, 'número dos' de los servicios secretos sirios, contacta con la cúpula del Hizbulá libanés.Solicita una reunión urgente. El '007' pide a los guerrilleros libaneses que suspendan temporalmente la colaboración con los terroristas vascos de ETA.
Motivo: hay que evitar revelaciones embarazosas durante la visita del presidente sirio Bashar Asad a España, que comenzó ayer.También establece contactos con otros grupos, sospechosos de mantener relaciones con miembros de ETA. Y envía un mensaje al jefe de la Vevak, el servicio secreto jomeinista, en Damasco.
Desde los años 70, ETA ha tejido sólidos vínculos en Oriente Próximo y los ha desarrollado cultivando relaciones especiales con el Hizbulá libanés, Siria e Irán.
Nunca se trató de una alianza estratégica -inviable por motivos políticos y prácticos- , sino de contactos de «conveniencia».
ETA estaba buscando posibles refugios de emergencia alternativos a los europeos y latinoamericanos. Además podía disfrutar de los eventuales conocimientos técnicos -sobre todo, en el ámbito de los explosivos- que poseían las facciones de Oriente Próximo.
En este campo, ambiguo como ninguno, Teherán intentó establecer un auténtico pacto de colaboración. Pero los vascos, tenazmente apegados a la peculiaridad de su lucha, se opusieron. De hecho, su actividad militar se desarrolla sólo en el territorio español y no quieren 'contaminarla' con otros programas.
ETA aceptó, sin embargo, la oferta de asistencia en el 'training' para sus elementos del ala militar. Y para no levantar sospechas, se ha limitado a enviar a dos o tres elementos al año a un campo del Líbano gestionado por las milicias filoiraníes.
Motivo: hay que evitar revelaciones embarazosas durante la visita del presidente sirio Bashar Asad a España, que comenzó ayer.También establece contactos con otros grupos, sospechosos de mantener relaciones con miembros de ETA. Y envía un mensaje al jefe de la Vevak, el servicio secreto jomeinista, en Damasco.
Desde los años 70, ETA ha tejido sólidos vínculos en Oriente Próximo y los ha desarrollado cultivando relaciones especiales con el Hizbulá libanés, Siria e Irán.
Nunca se trató de una alianza estratégica -inviable por motivos políticos y prácticos- , sino de contactos de «conveniencia».
ETA estaba buscando posibles refugios de emergencia alternativos a los europeos y latinoamericanos. Además podía disfrutar de los eventuales conocimientos técnicos -sobre todo, en el ámbito de los explosivos- que poseían las facciones de Oriente Próximo.
En este campo, ambiguo como ninguno, Teherán intentó establecer un auténtico pacto de colaboración. Pero los vascos, tenazmente apegados a la peculiaridad de su lucha, se opusieron. De hecho, su actividad militar se desarrolla sólo en el territorio español y no quieren 'contaminarla' con otros programas.
ETA aceptó, sin embargo, la oferta de asistencia en el 'training' para sus elementos del ala militar. Y para no levantar sospechas, se ha limitado a enviar a dos o tres elementos al año a un campo del Líbano gestionado por las milicias filoiraníes.