3.6.04
Zouhier y Castro Toro estaban en la misma prisión en la que ETA contactó con el GIA
03.06-04
11-M / Los dos confidentes cumplían condena en la prisión de Villabona cuando Camarero López relató a su amigo Bereciartúa sus buenas relaciones con el dirigente islamista argelino Abdelkrim Beresmail
Zouhier y Castro Toro estaban en la misma prisión en la que ETA contactó con el GIA
Los dos intermediarios de los explosivos del 11-M coincidieron en la cárcel asturiana de Villabona con cuatro etarras y tres dirigentes de Jarrai
CASIMIRO GARCIA-ABADILLO
MADRID.- Antonio Castro Toro y el marroquí Rafá Zouhier coincidieron en la cárcel de Villabona en 2001 con Juan Luis Camarero López y Abdelkrim Beresmail. Castro y Zouhier hicieron de enlace entre el minero Suárez Trashorras y Jamal Ahmidan, El Chino, para lograr la dinamita usada el 11-M.
(.../...)
Zouhier fue detenido en septiembre de 2001 acusado de un delito de robo con violencia. Castro Toro había ingresado en la cárcel asturiana dos meses antes, acusado de un delito de tráfico de estupefacientes.
Zouhier y Castro Toro habían trabajado como porteros de discoteca y ambos tenían relación con el mundillo de la droga, así que debieron trabar amistad a los pocos días.
Fue durante su estancia en el centro penitenciario cuando Castro Toro le dijo al marroquí que él podía conseguir dinamita con cierta facilidad.
Castro Toro quedó en libertad en diciembre de 2001, mientras que Zouhier no concluyó su condena hasta febrero de 2002.
Justamente durante el mes de septiembre de 2001, el dirigente de Jarrai Juan Luis Camarero López comentaba con su amigo Joseba Iñaki Bereciartúa las particulares ideas sobre la forma de realizar atentados de su compañero de cárcel Abdelkrim Beresmail, que cumplía una pena de 12 años por pertenencia al grupo terrorista argelino GIA.
Resulta cuando menos curioso que Castro Toro, que se ofreció a Zouhier para conseguirle dinamita, no hiciera eso mismo con el dirigente de Jarrai o con los miembros de ETA que había también recluidos en Villabona en esas mismas fechas.
En efecto, en 2001 había internados en la cárcel asturiana cuatro miembros de ETA: Itziar Arrizabalaga, Jesús Amantes, Javier Izaga y Anselmo Olano. Asimismo, había otros dos miembros de la organización juvenil Jarrai: Enrique Urarte y Daniel Ortiz.
Según se ha sabido después, Zouhier debió de transmitir la información que le proporcionó Castro Toro sobre la dinamita a El Chino cuando ya había decidido planear una masacre en Madrid.
Jamal Ahmidan debió de entrar en contacto con el minero Suárez Trashorras en diciembre de 2003.
Después de unos primeros tanteos, Suárez Trashorras decidió concretar la transacción.
A su boda (el minero retirado se casó con la hermana de Castro Toro), que se celebró a principios de febrero de 2004 en Avilés, acudieron como invitados El Chino y Mohamed Oulad (uno de sus más fieles escuderos).
La transacción terminó de rematarse justo a la vuelta del viaje de novios que había tenido como destino las islas Canarias. El 14 de febrero, Suárez Trashorras mantuvo un encuentro en Madrid con El Chino (que estuvo acompañado por Oulad, Zouhier y Rachid Agly) en un restaurante de la cadena McDonald's situado en la calle de la Oca, frente al hospital militar Gómez Ulla (Carabanchel).
Posteriormente, se trasladaron a la casa de campo de Morata de Tajuña, donde los marroquíes le enseñaron al asturiano el alijo de droga.
Precisamente, en ese mismo sitio fue donde los terroristas montaron el 10 de marzo las 13 bombas que utilizaron en los trenes de la muerte el 11-M.
El 28 de febrero, El Chino, Oulad y Agly se trasladaron en dos Volkswagen Golf a Avilés para llevar a cabo la sustracción de la dinamita y de los detonadores en dos minas de la empresa Caolines de Merillés.
Suárez Trashorras conocía perfectamente el camino de acceso al arcón donde se encontraba guardada la Goma 2 ECO. Ya antes había llevado a cabo sustracciones de explosivo para la venta al menudeo entre pescadores desaprensivos de la zona.
Naturalmente, en esa ocasión se trataba de algo mucho más gordo: 200 kilos de Goma 2 a cambio de 6.000 euros y 35 kilos de hachís.
En la investigación sobre los explosivos y las armas del comando que llevó a cabo la matanza del 11-M, la Guardia Civil ha podido comprobar sobre el terreno la falta de seguridad en la custodia de la dinamita por parte de las empresas mineras.
Por increíble que parezca, Caolines de Merillés aún sigue insistiendo en que no ha detectado la falta de los 200 kilos de dinamita.Dicha empresa viene utilizando unos 24.000 kilos de explosivo al año, según fuentes de la investigación. Las pruebas que se han realizado con los cartuchos encontrados en el piso de Leganés (donde se suicidaron siete terroristas) demuestran que la dinamita que tenían en su poder los terroristas tiene su origen en las minas de dicha empresa asturiana.
Se da la circunstancia de que Suárez Trashorras era confidente de la policía de Avilés y de que su cuñado, Castro Toro, también lo era.
Trapicheo de drogas
Ambos pasaban información sobre trapicheo de drogas al jefe de la brigada de estupefacientes de la comisaría de Avilés (Manuel García). Incluso, dicho agente hizo gestiones en uno de los grandes almacenes de la ciudad para que se le proporcionara trabajo como guardia de seguridad a la esposa del ex minero.
Por su parte, Zouhier era informador habitual de la Guardia Civil (en concreto de la Unidad Central Operativa). A dos de sus agentes les había transmitido, ya en el verano de 2003, que unos individuos de Asturias estaban dispuestos a venderle dinamita.
Aunque la policía no ha conseguido hasta ahora encontrar un nexo directo entre los atentados del 11-M y la organización terrorista ETA, algunos datos están siendo analizados con detenimiento.
Por ejemplo, la estancia de Gayoun Basel en el País Vasco. El marroquí es uno de los detenidos a los que el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo mantiene en prisión. Además, ha sido identificado por varios testigos como uno de los autores materiales de los atentados del 11 de marzo.
Durante los meses en los que trabajó en el País Vasco, entabló numerosas relaciones cuyo seguimiento podría aportar nuevas pistas sobre la organización de la masacre.
Zouhier y Castro Toro estaban en la misma prisión en la que ETA contactó con el GIA
Los dos intermediarios de los explosivos del 11-M coincidieron en la cárcel asturiana de Villabona con cuatro etarras y tres dirigentes de Jarrai
CASIMIRO GARCIA-ABADILLO
MADRID.- Antonio Castro Toro y el marroquí Rafá Zouhier coincidieron en la cárcel de Villabona en 2001 con Juan Luis Camarero López y Abdelkrim Beresmail. Castro y Zouhier hicieron de enlace entre el minero Suárez Trashorras y Jamal Ahmidan, El Chino, para lograr la dinamita usada el 11-M.
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Zouhier fue detenido en septiembre de 2001 acusado de un delito de robo con violencia. Castro Toro había ingresado en la cárcel asturiana dos meses antes, acusado de un delito de tráfico de estupefacientes.
Zouhier y Castro Toro habían trabajado como porteros de discoteca y ambos tenían relación con el mundillo de la droga, así que debieron trabar amistad a los pocos días.
Fue durante su estancia en el centro penitenciario cuando Castro Toro le dijo al marroquí que él podía conseguir dinamita con cierta facilidad.
Castro Toro quedó en libertad en diciembre de 2001, mientras que Zouhier no concluyó su condena hasta febrero de 2002.
Justamente durante el mes de septiembre de 2001, el dirigente de Jarrai Juan Luis Camarero López comentaba con su amigo Joseba Iñaki Bereciartúa las particulares ideas sobre la forma de realizar atentados de su compañero de cárcel Abdelkrim Beresmail, que cumplía una pena de 12 años por pertenencia al grupo terrorista argelino GIA.
Resulta cuando menos curioso que Castro Toro, que se ofreció a Zouhier para conseguirle dinamita, no hiciera eso mismo con el dirigente de Jarrai o con los miembros de ETA que había también recluidos en Villabona en esas mismas fechas.
En efecto, en 2001 había internados en la cárcel asturiana cuatro miembros de ETA: Itziar Arrizabalaga, Jesús Amantes, Javier Izaga y Anselmo Olano. Asimismo, había otros dos miembros de la organización juvenil Jarrai: Enrique Urarte y Daniel Ortiz.
Según se ha sabido después, Zouhier debió de transmitir la información que le proporcionó Castro Toro sobre la dinamita a El Chino cuando ya había decidido planear una masacre en Madrid.
Jamal Ahmidan debió de entrar en contacto con el minero Suárez Trashorras en diciembre de 2003.
Después de unos primeros tanteos, Suárez Trashorras decidió concretar la transacción.
A su boda (el minero retirado se casó con la hermana de Castro Toro), que se celebró a principios de febrero de 2004 en Avilés, acudieron como invitados El Chino y Mohamed Oulad (uno de sus más fieles escuderos).
La transacción terminó de rematarse justo a la vuelta del viaje de novios que había tenido como destino las islas Canarias. El 14 de febrero, Suárez Trashorras mantuvo un encuentro en Madrid con El Chino (que estuvo acompañado por Oulad, Zouhier y Rachid Agly) en un restaurante de la cadena McDonald's situado en la calle de la Oca, frente al hospital militar Gómez Ulla (Carabanchel).
Posteriormente, se trasladaron a la casa de campo de Morata de Tajuña, donde los marroquíes le enseñaron al asturiano el alijo de droga.
Precisamente, en ese mismo sitio fue donde los terroristas montaron el 10 de marzo las 13 bombas que utilizaron en los trenes de la muerte el 11-M.
El 28 de febrero, El Chino, Oulad y Agly se trasladaron en dos Volkswagen Golf a Avilés para llevar a cabo la sustracción de la dinamita y de los detonadores en dos minas de la empresa Caolines de Merillés.
Suárez Trashorras conocía perfectamente el camino de acceso al arcón donde se encontraba guardada la Goma 2 ECO. Ya antes había llevado a cabo sustracciones de explosivo para la venta al menudeo entre pescadores desaprensivos de la zona.
Naturalmente, en esa ocasión se trataba de algo mucho más gordo: 200 kilos de Goma 2 a cambio de 6.000 euros y 35 kilos de hachís.
En la investigación sobre los explosivos y las armas del comando que llevó a cabo la matanza del 11-M, la Guardia Civil ha podido comprobar sobre el terreno la falta de seguridad en la custodia de la dinamita por parte de las empresas mineras.
Por increíble que parezca, Caolines de Merillés aún sigue insistiendo en que no ha detectado la falta de los 200 kilos de dinamita.Dicha empresa viene utilizando unos 24.000 kilos de explosivo al año, según fuentes de la investigación. Las pruebas que se han realizado con los cartuchos encontrados en el piso de Leganés (donde se suicidaron siete terroristas) demuestran que la dinamita que tenían en su poder los terroristas tiene su origen en las minas de dicha empresa asturiana.
Se da la circunstancia de que Suárez Trashorras era confidente de la policía de Avilés y de que su cuñado, Castro Toro, también lo era.
Trapicheo de drogas
Ambos pasaban información sobre trapicheo de drogas al jefe de la brigada de estupefacientes de la comisaría de Avilés (Manuel García). Incluso, dicho agente hizo gestiones en uno de los grandes almacenes de la ciudad para que se le proporcionara trabajo como guardia de seguridad a la esposa del ex minero.
Por su parte, Zouhier era informador habitual de la Guardia Civil (en concreto de la Unidad Central Operativa). A dos de sus agentes les había transmitido, ya en el verano de 2003, que unos individuos de Asturias estaban dispuestos a venderle dinamita.
Aunque la policía no ha conseguido hasta ahora encontrar un nexo directo entre los atentados del 11-M y la organización terrorista ETA, algunos datos están siendo analizados con detenimiento.
Por ejemplo, la estancia de Gayoun Basel en el País Vasco. El marroquí es uno de los detenidos a los que el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo mantiene en prisión. Además, ha sido identificado por varios testigos como uno de los autores materiales de los atentados del 11 de marzo.
Durante los meses en los que trabajó en el País Vasco, entabló numerosas relaciones cuyo seguimiento podría aportar nuevas pistas sobre la organización de la masacre.