2.6.04
Un informe de la Policía silencia las pesquisas sobre ETA
02-06-04
11-M LA INVESTIGACION / LOS DOCUMENTOS
Un informe de la Policía silencia las pesquisas sobre ETA
El documento, elaborado en mayo por la UCI, afirma que desde el principio las pistas conducían a los integristas
MANUEL CERDAN
MADRID.- El informe que el Ministerio del Interior ha entregado a la comisión parlamentaria sobre las investigaciones del 11-M afirma que las primeras pesquisas para dar con los autores de la masacre se iniciaron tras la localización en Alcalá de Henares de la furgoneta Renault-Kangoo, utilizada por los terroristas.Esa afirmación deja entrever que, desde el primer momento, los agentes policiales apostaron por la solución del integrismo islamista, ya que en el vehículo aparecieron más tarde una cinta con versículos coránicos, restos de explosivos Goma 2 ECO y detonadores.(.../...)
El documento número 29 de la Comisión de Investigación, que tiene una extensión de 141 folios y está catalogado como «reservado», fue elaborado a finales de mayo por la Unidad Central de Inteligencia, grupo policial perteneciente a la Comisaría General de Información, tras la llegada a Interior del nuevo equipo ministerial.
En la página 78, y bajo el epígrafe «Primeras líneas de Investigación», el informe recoge exclusivamente las pistas que condujeron finalmente a la célula de Lavapiés de los fundamentalistas marroquíes: la furgoneta Kangoo, la mochila bomba encontrada en la estación de El Pozo y el teléfono móvil sin accionar, que supuso la principal pista para la investigación.
Sin embargo, el informe silencia cualquier referencia a las primeras pistas barajadas por la propia Comisaría General de Información, que conducían a la banda terrorista ETA, como se refleja en otras «notas informativas» de la Policía y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Conclusiones
En otro documento -en la comisión está clasificado con el número 1-, los responsables de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado recogen las conclusiones a las que habían llegado, tras una reunión celebrada en Interior entre las 12.00 y 13.00 horas del 11 de marzo: «Autoría ETA por amenaza cierta en tiempo electoral, evitada la semana pasada. Por precedentes: diciembre 2002, Nochebuena 2003, Furgoneta 500 kg. Y por indicios: Objetivo el Corredor del Henares. Atentado en tren con mochilas o maletas.Conocimiento intento atentado 12 mochilas Baqueira-Beret. Indicios Tedax de que la dinamita del explosivo es la habitual de ETA».
El conocido como Comité de Coordinación de Interior adoptaba esas conclusiones antes de que la policía inspeccionara la furgoneta Kangoo -a las 14.15 horas del 11-M-, hallara las cintas y los explosivos -a las 15.30 horas-, desactivara la mochila bomba con el móvil -a las 5.15 horas del 12-M- y mucho antes de que la tarjeta prepago le condujera al locutorio marroquí de Lavapiés.
El CNI, a las 15.51 horas del 11-M, emitió otro informe en el que afirmaba: «Se considera casi seguro que la organización terrorista ETA es la autora de estos atentados» y «con los datos disponibles hasta el momento no puede afirmarse que alguna organización ligada a la Yihad Internacional pudiera ser responsable de la ejecución de estos atentados». Seguidamente, detallaba una serie de circunstancias que coincidían con las de la policía.
El documento 29, elaborado por la UCI, dedica también un amplio apartado a los explosivos utilizados por los terroristas en las mochilas bombas de los atentados. Los funcionarios de la Unidad Central de Inteligencia se refieren exclusivamente a la Goma 2 ECO, pero en ningún momento mencionan los primeros informes de los TEDAX, que señalaban la presencia en los artefactos de titadine, una dinamita que utiliza habitualmente ETA. Ese dato erróneo provocó confusión en el Ministerio del Interior.
El nuevo informe de la UCI difiere asimismo de sus primeras valoraciones de la Comisaría General de Información y del documento elaborado por el CNI el 12-M sobre el primer comunicado de Al Qaeda reivindicando el atentado de Madrid. La reivindicación fue remitida por correo electrónico al diario árabe de Londres Al Quds Al Arabiya. Mientras, desde un primer momento, la Comisaría General de Información y el CNI restaron credibilidad a la reivindicación de Al Qaeda, el informe de la UCI mantiene ahora que «el lenguaje que se emplea en el texto concuerda con el habitualmente utilizado por Al Qaeda en sus comunicados».
Asimismo, la UCI da crédito a las demás reivindicaciones efectuadas tras el 11-M por Al Qaeda: la cinta de vídeo depositada en una papelera próxima a la mezquita de la M-30 por Ansar Al Qaeda en Europa, el fax enviado por las Brigadas Abu Hafs Al Masri al periódico árabe Al Hayat, editado en Londres, al fax remitido a la redacción del diario Abc por el grupo Ansar Al Qaeda y la cinta de vídeo hallada en el piso de Leganés.
Sobre la financiación del comando que llevó a cabo la acción terrorista en Madrid, los agentes de la Unidad Central de Inteligencia mantienen que se financiaron de «una forma autónoma mediante las aportaciones particulares de cada uno de los integrantes de la célula, cobrando un papel fundamental la utilización de los recursos provenientes del tráfico de estupefacientes y otras actividades delictivas».
Sobre las armas de las que disponía el grupo, dos subfusiles Sterling de procedencia británica, y uno CZ, de procedencia checa, más dos pistolas, los agentes determinan que fueron obtenidas de «las redes de delincuencia organizada asentadas en nuestro país», principalmente de la «mafia búlgara».
La UCI destaca también la facilidad que tenían los terroristas para procurarse documentación falsa. Por ejemplo, Jamal Ahmidan, conocido como El Chino, uno de los marroquíes que se autoinmolaron en Leganés, utilizaba habitualmente un pasaporte belga a nombre de Yossef Ben Salam.
El documento número 29 de la Comisión de Investigación, que tiene una extensión de 141 folios y está catalogado como «reservado», fue elaborado a finales de mayo por la Unidad Central de Inteligencia, grupo policial perteneciente a la Comisaría General de Información, tras la llegada a Interior del nuevo equipo ministerial.
En la página 78, y bajo el epígrafe «Primeras líneas de Investigación», el informe recoge exclusivamente las pistas que condujeron finalmente a la célula de Lavapiés de los fundamentalistas marroquíes: la furgoneta Kangoo, la mochila bomba encontrada en la estación de El Pozo y el teléfono móvil sin accionar, que supuso la principal pista para la investigación.
Sin embargo, el informe silencia cualquier referencia a las primeras pistas barajadas por la propia Comisaría General de Información, que conducían a la banda terrorista ETA, como se refleja en otras «notas informativas» de la Policía y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Conclusiones
En otro documento -en la comisión está clasificado con el número 1-, los responsables de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado recogen las conclusiones a las que habían llegado, tras una reunión celebrada en Interior entre las 12.00 y 13.00 horas del 11 de marzo: «Autoría ETA por amenaza cierta en tiempo electoral, evitada la semana pasada. Por precedentes: diciembre 2002, Nochebuena 2003, Furgoneta 500 kg. Y por indicios: Objetivo el Corredor del Henares. Atentado en tren con mochilas o maletas.Conocimiento intento atentado 12 mochilas Baqueira-Beret. Indicios Tedax de que la dinamita del explosivo es la habitual de ETA».
El conocido como Comité de Coordinación de Interior adoptaba esas conclusiones antes de que la policía inspeccionara la furgoneta Kangoo -a las 14.15 horas del 11-M-, hallara las cintas y los explosivos -a las 15.30 horas-, desactivara la mochila bomba con el móvil -a las 5.15 horas del 12-M- y mucho antes de que la tarjeta prepago le condujera al locutorio marroquí de Lavapiés.
El CNI, a las 15.51 horas del 11-M, emitió otro informe en el que afirmaba: «Se considera casi seguro que la organización terrorista ETA es la autora de estos atentados» y «con los datos disponibles hasta el momento no puede afirmarse que alguna organización ligada a la Yihad Internacional pudiera ser responsable de la ejecución de estos atentados». Seguidamente, detallaba una serie de circunstancias que coincidían con las de la policía.
El documento 29, elaborado por la UCI, dedica también un amplio apartado a los explosivos utilizados por los terroristas en las mochilas bombas de los atentados. Los funcionarios de la Unidad Central de Inteligencia se refieren exclusivamente a la Goma 2 ECO, pero en ningún momento mencionan los primeros informes de los TEDAX, que señalaban la presencia en los artefactos de titadine, una dinamita que utiliza habitualmente ETA. Ese dato erróneo provocó confusión en el Ministerio del Interior.
El nuevo informe de la UCI difiere asimismo de sus primeras valoraciones de la Comisaría General de Información y del documento elaborado por el CNI el 12-M sobre el primer comunicado de Al Qaeda reivindicando el atentado de Madrid. La reivindicación fue remitida por correo electrónico al diario árabe de Londres Al Quds Al Arabiya. Mientras, desde un primer momento, la Comisaría General de Información y el CNI restaron credibilidad a la reivindicación de Al Qaeda, el informe de la UCI mantiene ahora que «el lenguaje que se emplea en el texto concuerda con el habitualmente utilizado por Al Qaeda en sus comunicados».
Asimismo, la UCI da crédito a las demás reivindicaciones efectuadas tras el 11-M por Al Qaeda: la cinta de vídeo depositada en una papelera próxima a la mezquita de la M-30 por Ansar Al Qaeda en Europa, el fax enviado por las Brigadas Abu Hafs Al Masri al periódico árabe Al Hayat, editado en Londres, al fax remitido a la redacción del diario Abc por el grupo Ansar Al Qaeda y la cinta de vídeo hallada en el piso de Leganés.
Sobre la financiación del comando que llevó a cabo la acción terrorista en Madrid, los agentes de la Unidad Central de Inteligencia mantienen que se financiaron de «una forma autónoma mediante las aportaciones particulares de cada uno de los integrantes de la célula, cobrando un papel fundamental la utilización de los recursos provenientes del tráfico de estupefacientes y otras actividades delictivas».
Sobre las armas de las que disponía el grupo, dos subfusiles Sterling de procedencia británica, y uno CZ, de procedencia checa, más dos pistolas, los agentes determinan que fueron obtenidas de «las redes de delincuencia organizada asentadas en nuestro país», principalmente de la «mafia búlgara».
La UCI destaca también la facilidad que tenían los terroristas para procurarse documentación falsa. Por ejemplo, Jamal Ahmidan, conocido como El Chino, uno de los marroquíes que se autoinmolaron en Leganés, utilizaba habitualmente un pasaporte belga a nombre de Yossef Ben Salam.