4.7.04
La policía advirtió al Gobierno antes del 11-M de que España era objetivo del terrorismo islamista
04-07-04
11-M LA INVESTIGACION / LOS DOCUMENTOS
La policía advirtió al Gobierno antes del 11-M de que España era objetivo del terrorismo islamista
En noviembre de 2003 explicó que la amenaza era concreta y que Al Qaeda «cumplía» sus avisos - El apoyo del PP a la guerra contra Irak aumentó el riesgo de que hubiera atentados en España
AGUSTIN YANEL / MANUEL MARRACO
MADRID.- El 28 de noviembre del año pasado, tres meses antes de los atentados islamistas cometidos el 11 de Marzo en Madrid, el jefe de la Unidad Central de Información Exterior de la Policía (UCI) informó al Gobierno de que España figuraba entre los objetivos del grupo terrorista Al Qaeda para cometer atentados. Indicó, además, que esa organización acostumbraba a cumplir sus amenazas.
(.../...)
Aquel día, el jefe de la UCI, Mariano Rayón, entregó personalmente al que era comisario general de Información, Jesús de la Morena, un informe en el que se indicaba que la amenaza del terrorismo islamista contra España había aumentado. «Cabe deducir que España podría ser objetivo [de un atentado], bien en nuestro territorio, bien contra intereses españoles en otro país, en fechas próxima», explicaba el informe.
No fue ése el único aviso. Nueve meses antes, el 20 de febrero del año 2003, la Comisaría General de Información redactó otro informe en el que afirmaba que la posible invasión de Irak por parte de Estados Unidos estaba generando «una mayor amenaza terrorista para los países» que apoyaban esa actitud.
Apoyo a la guerra
Aunque en aquel momento España aún no había dicho oficialmente que respaldaría a Estados Unidos en la guerra contra Irak -la reunión de George W. Bush en las islas Azores con Tony Blair y José María Aznar tuvo lugar al mes siguiente, el 16 de marzo-, en ese informe ya se decía que la actitud del Gobierno español favorable a la intervención militar aconsejaba pensar en «el incremento de la amenaza de riesgo, dado que nuestro país podría sumarse a la lista de principales aliados de EEUU», como finalmente ocurrió.
En el informe de noviembre del año pasado, el máximo responsable de la UCI explicaba que Aymab al Zahawiri, número dos del máximo responsable de Al Qaeda, Osama bin Laden, había realizado unas declaraciones en las que animaba a los musulmanes a cometer atentados contra los intereses de Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Noruega.
Gracias a la colaboración internacional que existe para combatir el terrorismo islamista, la policía española consideró, y así lo reflejó en el informe, que la organización terrorista Lashkar-E-Jangvi, una de las más violentas de Pakistán, probablemente estaba planeando cometer atentados suicidas en países occidentales, y que España era «uno de los objetivos de dichos ataques».
Para justificar que la amenaza del terrorismo islamista aumentaba en España, en ese informe policial se incluían estos datos: los carabinieri italianos habían sufrido un atentado en Irak, a donde habían sido enviados como aliados de Estados Unidos; en Turquía, un país favorable a enviar tropas a Irak, se produjeron también varios atentados.
Además, respecto a los diferentes sumarios y diligencias que llevaban a cabo los jueces instructores de la Audiencia Nacional en relación con el terrorismo islamista, y que prosiguen en la actualidad, en ese informe policial se indica que en esa fecha -finales de noviembre pasado- se estaba investigando la existencia de una célula de Al Qaeda en España, dirigida por Rabi Osman el Sayed, conocido con el alias de El Egipcio y presunto cerebro de los atentados del 11-M, que en la actualidad se encuentra detenido en Milán (Italia).
Un factor más
En otro informe elaborado por los especialistas de la Comisaría General de Información, el 10 de junio del año pasado, después de que España hubiera respaldo la invasión de Irak -que se llevó a cabo un mes después, el 20 de marzo-, se indicaba que el apoyo del Gobierno del PP, era «un factor de riesgo para España», que había que añadir a los que ya existían para que pudiera ser objeto de atentados: es un «país occidental, con excelentes relaciones con EEUU, siempre a la vanguardia en la lucha contra el terrorismo internacional» y que, además, participa en misiones de paz en zonas conflictivas como Afganistán, Irak, Bosnia o Kosovo. No obstante, se añadía que el respaldo a la invasión quizá no era el factor «más determinante y peligroso» en la elección del objetivo terrorista.
Todos estos datos figuran en los informes que el Gobierno envió ayer al Congreso de los Diputados, con un día de retraso sobre lo previsto. La comisión parlamentaria que investigará los atentados del 11-M ha solicitado un total de 85 documentos, y ayer recibió 13: cinco que estaban declarados secretos y fueron desclasificados por el Ejecutivo en el Consejo de Ministros del viernes y otros ocho que no eran secretos.
DOCUMENTO 18
El riesgo de atentado persiste si las tropas van a Afganistán
MADRID.- El pasado 29 de abril, tras los ataques del 11-M, el intento de sabotaje del AVE y el suicidio colectivo de Leganés, la Unidad Central de Inteligencia de la Comisaría General de Información elaboró otro informe en el que indicaba que la amenaza persistía.
En ese análisis se indicaba que los terroristas islamistas habían decidido continuar su campaña de atentados en España con una justificación concreta: «El futuro Gobierno español [el de Zapatero] no ha modificado su política respecto a la presencia de tropas españolas en territorio musulmán, en particular en Afganistán».
AGUSTIN YANEL / MANUEL MARRACO
MADRID.- El 28 de noviembre del año pasado, tres meses antes de los atentados islamistas cometidos el 11 de Marzo en Madrid, el jefe de la Unidad Central de Información Exterior de la Policía (UCI) informó al Gobierno de que España figuraba entre los objetivos del grupo terrorista Al Qaeda para cometer atentados. Indicó, además, que esa organización acostumbraba a cumplir sus amenazas.
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Aquel día, el jefe de la UCI, Mariano Rayón, entregó personalmente al que era comisario general de Información, Jesús de la Morena, un informe en el que se indicaba que la amenaza del terrorismo islamista contra España había aumentado. «Cabe deducir que España podría ser objetivo [de un atentado], bien en nuestro territorio, bien contra intereses españoles en otro país, en fechas próxima», explicaba el informe.
No fue ése el único aviso. Nueve meses antes, el 20 de febrero del año 2003, la Comisaría General de Información redactó otro informe en el que afirmaba que la posible invasión de Irak por parte de Estados Unidos estaba generando «una mayor amenaza terrorista para los países» que apoyaban esa actitud.
Apoyo a la guerra
Aunque en aquel momento España aún no había dicho oficialmente que respaldaría a Estados Unidos en la guerra contra Irak -la reunión de George W. Bush en las islas Azores con Tony Blair y José María Aznar tuvo lugar al mes siguiente, el 16 de marzo-, en ese informe ya se decía que la actitud del Gobierno español favorable a la intervención militar aconsejaba pensar en «el incremento de la amenaza de riesgo, dado que nuestro país podría sumarse a la lista de principales aliados de EEUU», como finalmente ocurrió.
En el informe de noviembre del año pasado, el máximo responsable de la UCI explicaba que Aymab al Zahawiri, número dos del máximo responsable de Al Qaeda, Osama bin Laden, había realizado unas declaraciones en las que animaba a los musulmanes a cometer atentados contra los intereses de Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Noruega.
Gracias a la colaboración internacional que existe para combatir el terrorismo islamista, la policía española consideró, y así lo reflejó en el informe, que la organización terrorista Lashkar-E-Jangvi, una de las más violentas de Pakistán, probablemente estaba planeando cometer atentados suicidas en países occidentales, y que España era «uno de los objetivos de dichos ataques».
Para justificar que la amenaza del terrorismo islamista aumentaba en España, en ese informe policial se incluían estos datos: los carabinieri italianos habían sufrido un atentado en Irak, a donde habían sido enviados como aliados de Estados Unidos; en Turquía, un país favorable a enviar tropas a Irak, se produjeron también varios atentados.
Además, respecto a los diferentes sumarios y diligencias que llevaban a cabo los jueces instructores de la Audiencia Nacional en relación con el terrorismo islamista, y que prosiguen en la actualidad, en ese informe policial se indica que en esa fecha -finales de noviembre pasado- se estaba investigando la existencia de una célula de Al Qaeda en España, dirigida por Rabi Osman el Sayed, conocido con el alias de El Egipcio y presunto cerebro de los atentados del 11-M, que en la actualidad se encuentra detenido en Milán (Italia).
Un factor más
En otro informe elaborado por los especialistas de la Comisaría General de Información, el 10 de junio del año pasado, después de que España hubiera respaldo la invasión de Irak -que se llevó a cabo un mes después, el 20 de marzo-, se indicaba que el apoyo del Gobierno del PP, era «un factor de riesgo para España», que había que añadir a los que ya existían para que pudiera ser objeto de atentados: es un «país occidental, con excelentes relaciones con EEUU, siempre a la vanguardia en la lucha contra el terrorismo internacional» y que, además, participa en misiones de paz en zonas conflictivas como Afganistán, Irak, Bosnia o Kosovo. No obstante, se añadía que el respaldo a la invasión quizá no era el factor «más determinante y peligroso» en la elección del objetivo terrorista.
Todos estos datos figuran en los informes que el Gobierno envió ayer al Congreso de los Diputados, con un día de retraso sobre lo previsto. La comisión parlamentaria que investigará los atentados del 11-M ha solicitado un total de 85 documentos, y ayer recibió 13: cinco que estaban declarados secretos y fueron desclasificados por el Ejecutivo en el Consejo de Ministros del viernes y otros ocho que no eran secretos.
DOCUMENTO 18
El riesgo de atentado persiste si las tropas van a Afganistán
MADRID.- El pasado 29 de abril, tras los ataques del 11-M, el intento de sabotaje del AVE y el suicidio colectivo de Leganés, la Unidad Central de Inteligencia de la Comisaría General de Información elaboró otro informe en el que indicaba que la amenaza persistía.
En ese análisis se indicaba que los terroristas islamistas habían decidido continuar su campaña de atentados en España con una justificación concreta: «El futuro Gobierno español [el de Zapatero] no ha modificado su política respecto a la presencia de tropas españolas en territorio musulmán, en particular en Afganistán».