Hemeroteca de kickjor

Yo no sé a quién se le ha ocurrido la genial idea de tapar la rendición del Parlamento español ante el Parlamento de Cataluña y la sumisión incondicional del PSOE ante los nacionalistas catalanes inventándose una nación andaluza para fingir que la desigualdad entre españoles aceptada por Zapatero puede ser igualitaria.No puede ser y además es imposible. Pero además es contraproducente.El fracaso del Estado de las Autonomías -porque conviene constatar, por simple higiene intelectual, que ha fracasado- es el del buenismo o ingenuismo que no entendía la pretensión catalanista no de más competencias, sino de más diferencias con las demás comunidades autónomas.

Al elevar el techo común por Andalucía, era sólo cuestión de tiempo que los nacionalistas salieran por el tejado, que es lo que ha sucedido. Y si cree Zapatero que puede camuflar su rendición ante la Esquerra y CiU dándole a Andalucía un Estatuto como el catalán, lo único que con toda seguridad va a conseguir es acelerar los plazos del proyecto separatista. Porque hace 30 años, lo mismo que hoy, los nacionalistas podrán negociar muchas cosas, excepto la diferencia. La diferencia es su razón de ser política y es más importante diferenciarse que igualarse al alza. Si Zapatero no ha entendido eso, es que no ha entendido absolutamente nada.

Cómo será la cosa que hasta la Pravda polanquista le llamaba ayer la atención al PSOE por la aventura nacionalista fletada en Andalucía. Obviamente, porque más del 90% de los andaluces no quieren ni oír hablar de otra nación que no sea España, lo cual abre unas posibilidades interesantes al PP en aquella comunidad donde tanto zozobra. Y además porque tras las 17 naciones ex-pañolas e incluso antes de que sean siete, ya se habrá producido el tirón soberanista de los nacionalistas catalanes y vascos. No van a esperar ni a que el PP gane las elecciones para proclamar la independencia. Bastará repetir, como hacían los nacionalistas en los primeros años de la democracia, que «Cataluña no puede tener las competencias de Murcia» para romper el juguete con tal de que no jueguen los murcianos. Es la naturaleza profunda del nacionalismo. Es también la lógica de una casta política que vive de espaldas al pueblo y que no piensa en consultarle sobre su futuro, no sea que mande a los neocaciques a freír espárragos.

El PRISOE puede corromper y de hecho ha corrompido a casi todas las instituciones para que acepten la ruptura de la Nación y la voladura de la Constitución, a escondidas, por la espalda, con premeditación y alevosía. Pero el negocio de Polanco estriba en poder realizar periódicamente beneficios. Hasta para cambiar de régimen hace falta estabilidad. Y el nacionalismo generalizado garantiza exactamente lo contrario.