25.5.06
Diálogo y fracaso
25-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Diálogo y fracaso
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Uno de los dogmas más indiscutidos y por ello más nefastos de la España democrática es el de considerar una obligación del gobierno de turno el diálogo con los terroristas para que abandonen el crimen y disuelvan su furia política en la democracia.
Aplicado sobre todo a los etarras, las distintas aplicaciones de ese dogma han supuesto y suponen un permanente balón de oxígeno para la banda marxista-separatista. En los gobiernos de UCD, de Suárez y Calvo Sotelo, nacía del complejo de origen franquista y de la debilidad ante un golpismo alimentado por el terrorismo.En González, siempre con Vera al aparato, fue una mezcla venezolana de guerra sucia (GAL) y apaño mafioso (Argel). En Aznar, en fin, fue un error no demasiado grave porque Mayor convenció a Aznar de que la tregua era una trampa, pero, en todo caso, y a mi juicio, un error. Claro que todo lo de UCD, PSOE y PP se ha quedado en nada si lo comparamos con el actual proceso de paz, que más bien parece el proceso de beatificación de Otegi en RTVE.
Como este PSOE de Polanco y Zapatero está a medio camino entre la caricatura leninista de los socialdemócratas en La revolución proletaria y el renegado Kautsky y el socialismo mediterráneo de los años 70, síntesis tercermundista de la demagogia frentepopulista a lo Mitterrand y el terrorismo petrodolarizado a lo Gadafi, el clásico balón de oxígeno a los etarras se ha convertido en una UCI modernísima, con soberbios equipos de reanimación y respiración asistida. Lo del PSOE con la ETA no es diálogo ni amor, sino sexo, placer a través de la sumisión e incluso el dolor, según acuñó en La venus de las pieles Leopold Sacher-Masoch, del que nace el término masoquismo.
Pero que Zapatero nos arrastre a una humillación histórica ante la ETA (que a su vez lo arrastrará a él al abismo electoral si el proceso termina como el de Kafka visto por Orson Welles) no es fruto de la torpeza masoquista del PRISOE, que se ha puesto en manos de la ETA sin necesidad y sin garantía. El error radica en la idea de diálogo. Sí, ya sé que sale siempre en las encuestas, pero eso no significa que los encuestados acierten. Mientras se mantenga la idea de que todo Gobierno español debe dialogar con la ETA en cuanto ésta deja creer que puede dejar el crimen, ese diálogo será un fracaso. Porque los etarras se han instalado en la idea de que, por mal que les vaya, siempre pueden pedir tiempo (muerto, cómo no) para rehacerse. Sólo si la doctrina fuera que el Gobierno jamás debe dialogar con los terroristas (como se haría si el terrorismo fuera de extrema derecha) es posible que ETA entre en barrena. Después de tantos años, su ruina sólo puede venir de dentro. Fuera, persecución judicial y policial. Y diálogo, jamás.
Aplicado sobre todo a los etarras, las distintas aplicaciones de ese dogma han supuesto y suponen un permanente balón de oxígeno para la banda marxista-separatista. En los gobiernos de UCD, de Suárez y Calvo Sotelo, nacía del complejo de origen franquista y de la debilidad ante un golpismo alimentado por el terrorismo.En González, siempre con Vera al aparato, fue una mezcla venezolana de guerra sucia (GAL) y apaño mafioso (Argel). En Aznar, en fin, fue un error no demasiado grave porque Mayor convenció a Aznar de que la tregua era una trampa, pero, en todo caso, y a mi juicio, un error. Claro que todo lo de UCD, PSOE y PP se ha quedado en nada si lo comparamos con el actual proceso de paz, que más bien parece el proceso de beatificación de Otegi en RTVE.
Como este PSOE de Polanco y Zapatero está a medio camino entre la caricatura leninista de los socialdemócratas en La revolución proletaria y el renegado Kautsky y el socialismo mediterráneo de los años 70, síntesis tercermundista de la demagogia frentepopulista a lo Mitterrand y el terrorismo petrodolarizado a lo Gadafi, el clásico balón de oxígeno a los etarras se ha convertido en una UCI modernísima, con soberbios equipos de reanimación y respiración asistida. Lo del PSOE con la ETA no es diálogo ni amor, sino sexo, placer a través de la sumisión e incluso el dolor, según acuñó en La venus de las pieles Leopold Sacher-Masoch, del que nace el término masoquismo.
Pero que Zapatero nos arrastre a una humillación histórica ante la ETA (que a su vez lo arrastrará a él al abismo electoral si el proceso termina como el de Kafka visto por Orson Welles) no es fruto de la torpeza masoquista del PRISOE, que se ha puesto en manos de la ETA sin necesidad y sin garantía. El error radica en la idea de diálogo. Sí, ya sé que sale siempre en las encuestas, pero eso no significa que los encuestados acierten. Mientras se mantenga la idea de que todo Gobierno español debe dialogar con la ETA en cuanto ésta deja creer que puede dejar el crimen, ese diálogo será un fracaso. Porque los etarras se han instalado en la idea de que, por mal que les vaya, siempre pueden pedir tiempo (muerto, cómo no) para rehacerse. Sólo si la doctrina fuera que el Gobierno jamás debe dialogar con los terroristas (como se haría si el terrorismo fuera de extrema derecha) es posible que ETA entre en barrena. Después de tantos años, su ruina sólo puede venir de dentro. Fuera, persecución judicial y policial. Y diálogo, jamás.