7.3.07
COMENTARIOS LIBERALES Por la libertad FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
07-03-07
COMENTARIOS LIBERALES
Por la libertad
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Me gusta el lema de la gran manifestación del PP (que cediendo a la moda de las siglas ya hay quien ha bautizado GM), porque resume perfectamente las razones de una gran movilización nacional: España por la libertad. No más cesiones a ETA. La segunda parte es descriptiva. La primera, argumental. Las cesiones ante la banda terrorista, que continúan, son el fulminante, la antítesis que provoca la tesis. De momento, y por desgracia, no cabe la síntesis, porque el PSOE y sus adláteres han desertado de cualquier proyecto nacional.
Tendrán que perder las elecciones y, además, tendría que imponerse en el partido la solución constitucional y no la golpista, que es lo que con semejantes aliados y semejante tradición antidemocrática y antiliberal les puede salir a bote pronto. Pero eso es el futurible más futuro. El presente más fervorosamente actual está marcado por el rechazo a la vil negociación y la ruin estrategia de rendición ante el terrorismo del Gobierno prisoico. No más cesiones a ETA nos recuerda que Zapatero lleva muchas, las que conocemos y las que desconocemos, pero que la suelta del sanguinario De Juana Chaos es la gota que ha colmado el vaso.
Pero si esa indignación se produce, si ese rechazo es ya masivo, si la gente está que trina, si muchos se echan a la calle sin que nadie les llame, si se están produciendo fenómenos tan típicamente de masas, es decir, tan inesperados como el de la masiva ofrenda de flores en la plaza de la República Argentina en memoria de las víctimas del caníbal favorito del Gobierno, es porque es toda una nación, sea de 40 o de 20 millones -apenas tenía seis cuando terminó la Reconquista y descubrió, conquistó y evangelizó América-, la que se siente insultada por los que deberían defenderla y traicionada por los que deberían protegerla.
Y tiene toda la razón. Podría no tenerla y el resultado sería el mismo, pero es que, además, la tiene. España es la concreción institucional de nuestras libertades; España es el ámbito histórico de nuestra civilización política; España es, parafraseando a Croce, una de las grandes hazañas de la libertad. Y por esos azares de la vida y la política, deberemos a este Gobierno infame, a su persecución contra las víctimas del terrorismo y, por supuesto, a la heroica resistencia de éstas, que se hayan convertido en referente moral de toda la sociedad y en piedra angular para esta resurrección de lo nacional, para la reivindicación de sus símbolos esenciales, como la bandera y el himno, para la ocupación cívica, siempre pacífica y siempre pasmosamente educada, pero también fervorosa, tumultuosa y emocionada, de las calles españolas.
En torno a sus mártires, y a espaldas del PP, aunque no contra él, se ha ido rehaciendo España. Y ahí está: contra el terrorismo y el mal Gobierno. Y por la libertad. Siempre.
Tendrán que perder las elecciones y, además, tendría que imponerse en el partido la solución constitucional y no la golpista, que es lo que con semejantes aliados y semejante tradición antidemocrática y antiliberal les puede salir a bote pronto. Pero eso es el futurible más futuro. El presente más fervorosamente actual está marcado por el rechazo a la vil negociación y la ruin estrategia de rendición ante el terrorismo del Gobierno prisoico. No más cesiones a ETA nos recuerda que Zapatero lleva muchas, las que conocemos y las que desconocemos, pero que la suelta del sanguinario De Juana Chaos es la gota que ha colmado el vaso.
Pero si esa indignación se produce, si ese rechazo es ya masivo, si la gente está que trina, si muchos se echan a la calle sin que nadie les llame, si se están produciendo fenómenos tan típicamente de masas, es decir, tan inesperados como el de la masiva ofrenda de flores en la plaza de la República Argentina en memoria de las víctimas del caníbal favorito del Gobierno, es porque es toda una nación, sea de 40 o de 20 millones -apenas tenía seis cuando terminó la Reconquista y descubrió, conquistó y evangelizó América-, la que se siente insultada por los que deberían defenderla y traicionada por los que deberían protegerla.
Y tiene toda la razón. Podría no tenerla y el resultado sería el mismo, pero es que, además, la tiene. España es la concreción institucional de nuestras libertades; España es el ámbito histórico de nuestra civilización política; España es, parafraseando a Croce, una de las grandes hazañas de la libertad. Y por esos azares de la vida y la política, deberemos a este Gobierno infame, a su persecución contra las víctimas del terrorismo y, por supuesto, a la heroica resistencia de éstas, que se hayan convertido en referente moral de toda la sociedad y en piedra angular para esta resurrección de lo nacional, para la reivindicación de sus símbolos esenciales, como la bandera y el himno, para la ocupación cívica, siempre pacífica y siempre pasmosamente educada, pero también fervorosa, tumultuosa y emocionada, de las calles españolas.
En torno a sus mártires, y a espaldas del PP, aunque no contra él, se ha ido rehaciendo España. Y ahí está: contra el terrorismo y el mal Gobierno. Y por la libertad. Siempre.
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