Hemeroteca de kickjor

Puesto que el zapaterismo en pleno y el polanquismo fetén andan proclamando las virtudes del régimen del 14 de abril (que no es lo mismo que la República como forma de Estado, ni antes de la II ni después de la III) convendrá ir llamando a este régimen que se nos ha venido encima por su fecha inicial, que no es el 14 de marzo sino el 11, fuente real de los votos arteramente manipulados de tres días después.

La naturaleza del régimen del 11-M quedaba representada a la perfección en la portada de ayer de nuestro periódico. La foto de la furgoneta de Alcalá antes y después de la intervención de esas tramas negras policiales que perpetraron, facilitaron o trataron de enmascarar la masacre retrata perfectamente el estilo manipulador o arte de birlibirloque en el que el actual ministro del Interior es consumado maestro. No es el único. El portavoz del Gobierno de los GAL es sólo un discípulo aventajado de Míster X y su cuate Cebrián, siervos a su vez de Slim y de Polanco. Pero entre el estilo de trilero de la calle de las Sierpes que se atribuía a González y Guerra y el estilo propagandístico actual, entre Goebbels y Münzenberg, hay grandes diferencias.De forma y de fondo. Aquel felipismo cuyo fin confeso era fundar un PRI sobre el régimen constitucional de 1978 se ha convertido en una realidad cuya eficacia política radica en su condición virtual. Al lado de cómo ha liquidado Zapatero la Nación y la Constitución a través del Estatuto de Cataluña, el truco de Pilar Miró pintándole canas a Felipe para la campaña de los 100 años de honradez resulta enternecedor. Hasta el similitruqui del OTAN, de entrada, no convertido en Sí, por el bien de España es un prodigio de rectitud intelectual comparado con la liquidación nacional y su reconversión virtual, donde toda evidencia es aventada como una pavesa y cualquier vaga hipótesis se convierte en evidencia pétrea, telerremachada por las infinitas cadenas del régimen.

Se dirá que el régimen del 11-M es una actualización del felipismo, del 28-O pasado por Rumasa. Y es verdad. Pero hay una diferencia sustancial: ni a Felipe ni a Guerra, tan sevillanos ellos, ni a todas sus criaturitas políticas, se les pasó nunca por la imaginación inventarse la Nación o «Realidad Nacional andaluza». Menos aún para contraponerla en clave mora a la Bética. A Zapatero, sí.

En realidad, quien ejemplifica la condición intelectualmente estafadora del régimen del 11-M es aquel ministro llamado Chaves, que se acostó socialista y se levantó nacionalista, como dicen de la España del 14 de abril, que se acostó monárquica y se levantó republicana. En realidad se levantó igual de monárquica, pero era inútil contar los votos. El Rey había huído ya.