Hemeroteca de kickjor

Los simios, pese a la extraordinaria inteligencia que los socialistas les atribuyen, todavía no saben que acaban de incorporarse a la Alianza de Civilizaciones.

Alguno dirá que es lógico que en el PSOE los consideren listísimos, porque esta generación no anda muy por encima de ellos en prestaciones intelectuales. Otros recordamos que la famosa etiqueta de Anís del Mono representa a un gran simio, entre gorila y orangután, con una supuesta cara de Darwin que, por estilización y adivinación, es clavado a Rubalcaba.

O sea, que hace un siglo cierto habitante de la extinta nación conocida como España quiso satirizar la teoría de la evolución de las especies poniéndole la cara de Darwin al mono de su anís y le salió el Rasputín del PRISOE en pose de Rodin. Supongo que hoy lo colocaría en un escaño, pidiendo la palabra para atacar al PP.

Pero aunque la cara de Rubalcaba en mono, o sea, Monalcaba, convenga a la voluntad satírica de aquel zote graciosete, el único ejemplo de cuadrumano votante que han producido los dos siglos de parlamentarismo español no es el ministro del Interior, del 11-M y de la ETA, sino otro prohombre del PSOE actual: Gaspar Zarrías, el capataz de la realidad nacional andaluza, que fue inmortalizado por un fotógrafo mientras utilizaba manos y pies para votar por cuatro representantes socialistas de la desaparecida soberanía nacional, que estarían en el bar o en el retrete. En la biblioteca, lo dudo. Sería fantástico que uno de los ausentes fuera el culiparlante Zapatero. Del cuadrumano al gran timonel y vuelta al cuadrumano.El PSOE ha traído nuevos derechos, decía Blanco en Vistalegre.Quién iba a pensar que se refería a los orangutanes.

El arzobispo de Pamplona ha dicho que «para los monos habrá que pedir derechos de simios, derechos simiescos, pero no pedir Derechos Humanos, ya que sería como pedir derechos taurinos para los hombres (...). Esta es una sociedad ridícula o dislocada (...). Por hacer el progre se puede hacer el ridículo».

Pero es que don Fernando Sebastián está más cerca de Santo Tomás de Aquino que de Gianni Vattimo y el pensamiento débil, por no hablar de la nueva picaresca globalizada ¿Y lo rentable que resulta hacer el ridículo siempre que sea en plan progre? Si además haces el monigote contra el PP, la Iglesia, la familia o los Reyes Católicos, seguro que cae algo.

Volviendo al principio, yo creo que cuando se proclama que todas las civilizaciones valen igual, es decir, que los valores alumbrados durante siglos no valen nada; se acaba diciendo que todo ser vivo, sea humano, gorila, besugo, geranio, bacteria o virus, tiene los mismos derechos.

Si tratan a los monos como a humanos, tratarán a los humanos como a monos.