30.6.06
Españicidio
30-06-06
COMENTARIOS LIBERALES
Españicidio
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, más conocido por Pacto Antiterrorista, hemos pasado al Pacto Pro-terrorista. En un escandaloso alarde de ilegitimidad, Zapatero ha abandonado el consenso con el PP y se ha echado en brazos de ETA, insultando así la memoria de las víctimas del terrorismo, burlándose del Parlamento, tomando el pelo a una ciudadanía presuntamente borreguil y anunciando que, como en Cataluña, está dispuesto a ciscarse en la soberanía nacional, a triturar el régimen constitucional de 1978 y a asesinar con alevosía a la milenaria nación española.
Sometido a los plazos y condiciones de ETA, Zapatero no ha vacilado en decir que «el Gobierno respetará las decisiones que tomen los ciudadanos vascos». Con ello cumple una de las tres condiciones de la banda terrorista para la suspensión de su actividad criminal: la autodeterminación del País Vasco. Las otras dos, que son la anexión de Navarra y la suelta de los terroristas que pagan sus crímenes con la cárcel, va terminar de aliñarlas este verano para servírnoslas como plato fuerte en el año electoral. De aquí a un año, habremos tenido elecciones municipales y autonómicas. Y posiblemente, generales.
Yo, como ciudadano particular, me siento moral y legalmente desvinculado de cualquier iniciativa de este Gobierno, que ha puesto en marcha un proceso golpista cuyo fin es el descuartizamiento de la nación española cuyo medio es la desnaturalización del Estado de Derecho. El Gobierno se ha constituido en régimen alternativo y proclama que «respetará» la autodeterminación de lo que llama «ciudadanos vascos». En España, mientras no cambiemos y votemos otra Constitución, sólo existe constitucionalmente la soberanía española y no hay más ciudadanía que la española. Sobre el futuro de cada una de las partes de España sólo puede decidir el conjunto de los ciudadanos españoles. Este Gobierno, cuyo origen está en la masacre del 11-M, posiblemente perpetrada por ETA, ha concedido al separatismo terrorista lo que no tiene derecho a conceder.
Hace menos de tres años, anunció en campaña electoral que aceptaría cualquier cosa que votara el Parlamento catalán. El resultado es un bodrio anticonstitucional que tras una campaña electoral fascista sólo recibió el apoyo de un tercio de los catalanes, pero que ya opera como un cáncer mortal en las entrañas del régimen constitucional. Ahora ZP dice o da a entender -el resultado es el mismo- que acepta el separatismo vasco, sin tener legitimidad ni legalidad para hacerlo. Y ahora viene el proceso totalitario en el que se manipularán los instintos más borreguiles de la masa y en contra de la libertad de los pocos medios de comunicación que planten cara al españicidio. Pues bien, Zapatero será el presidente del Gobierno para ETA. Por eso mismo, para mí ha dejado de serlo.
Sometido a los plazos y condiciones de ETA, Zapatero no ha vacilado en decir que «el Gobierno respetará las decisiones que tomen los ciudadanos vascos». Con ello cumple una de las tres condiciones de la banda terrorista para la suspensión de su actividad criminal: la autodeterminación del País Vasco. Las otras dos, que son la anexión de Navarra y la suelta de los terroristas que pagan sus crímenes con la cárcel, va terminar de aliñarlas este verano para servírnoslas como plato fuerte en el año electoral. De aquí a un año, habremos tenido elecciones municipales y autonómicas. Y posiblemente, generales.
Yo, como ciudadano particular, me siento moral y legalmente desvinculado de cualquier iniciativa de este Gobierno, que ha puesto en marcha un proceso golpista cuyo fin es el descuartizamiento de la nación española cuyo medio es la desnaturalización del Estado de Derecho. El Gobierno se ha constituido en régimen alternativo y proclama que «respetará» la autodeterminación de lo que llama «ciudadanos vascos». En España, mientras no cambiemos y votemos otra Constitución, sólo existe constitucionalmente la soberanía española y no hay más ciudadanía que la española. Sobre el futuro de cada una de las partes de España sólo puede decidir el conjunto de los ciudadanos españoles. Este Gobierno, cuyo origen está en la masacre del 11-M, posiblemente perpetrada por ETA, ha concedido al separatismo terrorista lo que no tiene derecho a conceder.
Hace menos de tres años, anunció en campaña electoral que aceptaría cualquier cosa que votara el Parlamento catalán. El resultado es un bodrio anticonstitucional que tras una campaña electoral fascista sólo recibió el apoyo de un tercio de los catalanes, pero que ya opera como un cáncer mortal en las entrañas del régimen constitucional. Ahora ZP dice o da a entender -el resultado es el mismo- que acepta el separatismo vasco, sin tener legitimidad ni legalidad para hacerlo. Y ahora viene el proceso totalitario en el que se manipularán los instintos más borreguiles de la masa y en contra de la libertad de los pocos medios de comunicación que planten cara al españicidio. Pues bien, Zapatero será el presidente del Gobierno para ETA. Por eso mismo, para mí ha dejado de serlo.