5.6.06
Eternidad breve
5-06-06
COMENTARIOS LIBERALES
Eternidad breve
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
En un sentido homenaje a Pangloss, decía ayer Pedro J. que quiere creer que la escandalosa rendición de ZP ante ETA obedece a la buena intención del presidente, pero que, en todo caso, el horizonte político-electoral diseñado por nuestro Pétain (eso lo digo yo) es aciago. ¿Por qué? Porque proscribe la alternativa democrática desde un pacto eterno de socialistas y nacionalistas que impedirán el acceso del PP al Gobierno mientras España desaparece poco a poco. El análisis sería inapelable de ser ciertas las buenas intenciones zapaterinas, pero como son tan improbables como la castidad de Mae West o la cobardía de El Cid, habremos de atenernos a los hechos. Y los hechos prueban la identificación del PSOE con el nacionalismo antiespañol, no sólo un acuerdo duradero entre una fuerza centrípeta y otra centrífuga, sino entre la disolución socialista y el caos separatista. Así que la eternidad de ese pacto está condenada a la brevedad. Una legislatura más.Dos como mucho. Luego, la solución balcánica, léase disolución: siete Kosovos, 17 Montenegros, un militarismo inútilmente centralista y algunos narcoestados eficazmente periféricos en la geografía y cancerígenos en las instituciones.
La balcanización de España se producirá fatalmente por el monstruoso afán de poder de Zapatero, por la corrupción de las instituciones supuestamente nacionales y por la propia naturaleza del nacionalismo, que hace imposible que nada dure salvo la dictadura en ámbitos cada vez más pequeños. Los nacionalismos tienden al totalitarismo y a la irreversibilidad, entre otras cosas porque se basan en el afán de poder ilimitado de una casta dirigente insaciable.En España, además, porque la deslegitimación de la idea nacional española dentro de la izquierda, fechoría intelectual y moral perpetrada por el multimperio de Polancobrián, la ha llevado a confundirse con el separatismo más lerdo. No hay sino ver a Maragall apelando a Macià para movilizar las bases del PSC a favor de un Estatuto que, en rigor, sólo reclamaba CiU y como metáfora de la independencia. ¿Y si en vez del desacreditado Maragall fuera el acreditado Montilla quien dirigiera el PSC? Da igual. En vez de Macià, apelaría a Companys. Ninguna legitimidad española queda en el discurso político progre, salvo en la disidencia de Ciudadanos de Cataluña o el testimonio de una Rosa Díez.No cabe imaginar a Montilla o López reivindicando a los Reyes Católicos, los Austrias, los Borbones, la Constitución de Cádiz, Cánovas y Sagasta, Maura y Canalejas, Dato y Cambó, ni siquiera, distancias aparte, a Franco y a Azaña, que era, en última instancia, el espíritu de la Transición. Si el golpista de Prats de Molló, o sea, Macià, los goles de Eto o y La Trinca son los argumentos del socialismo catalán, Zapatero sólo podría sobrevivir en 2010 como Zapaterovic. ¡Breve eternidad!
La balcanización de España se producirá fatalmente por el monstruoso afán de poder de Zapatero, por la corrupción de las instituciones supuestamente nacionales y por la propia naturaleza del nacionalismo, que hace imposible que nada dure salvo la dictadura en ámbitos cada vez más pequeños. Los nacionalismos tienden al totalitarismo y a la irreversibilidad, entre otras cosas porque se basan en el afán de poder ilimitado de una casta dirigente insaciable.En España, además, porque la deslegitimación de la idea nacional española dentro de la izquierda, fechoría intelectual y moral perpetrada por el multimperio de Polancobrián, la ha llevado a confundirse con el separatismo más lerdo. No hay sino ver a Maragall apelando a Macià para movilizar las bases del PSC a favor de un Estatuto que, en rigor, sólo reclamaba CiU y como metáfora de la independencia. ¿Y si en vez del desacreditado Maragall fuera el acreditado Montilla quien dirigiera el PSC? Da igual. En vez de Macià, apelaría a Companys. Ninguna legitimidad española queda en el discurso político progre, salvo en la disidencia de Ciudadanos de Cataluña o el testimonio de una Rosa Díez.No cabe imaginar a Montilla o López reivindicando a los Reyes Católicos, los Austrias, los Borbones, la Constitución de Cádiz, Cánovas y Sagasta, Maura y Canalejas, Dato y Cambó, ni siquiera, distancias aparte, a Franco y a Azaña, que era, en última instancia, el espíritu de la Transición. Si el golpista de Prats de Molló, o sea, Macià, los goles de Eto o y La Trinca son los argumentos del socialismo catalán, Zapatero sólo podría sobrevivir en 2010 como Zapaterovic. ¡Breve eternidad!