Hemeroteca de kickjor

La célebre definición marxista de la religión como «opio del pueblo» ha tenido toda clase de adaptaciones y lecturas en el último siglo pero, como decían los primitivos orfebres del idioma español, «en la grande polvareda / perdimos a Don Beltrane». Hemos olvidado el contexto político de Marx y el de Lenin, que identificaba la religión con el cristianismo ortodoxo del zarismo y al pueblo con unas masas campesinas, las rusas, perdidas dentro de la lucha de clases que sólo el partido bolchevique, o sea, él, sabía interpretar. Pero cuando el comunismo existía de verdad, aún como aurora roja en la lejanía y no sólo como ocaso sangriento en la penumbra de las chekas, los rojos que trataban de imponerlo en los países musulmanes solían usar la metáfora del opio para identificar y denostar el islam. Ahora, el peor opiáceo es considerado por las momias leninistas como su aliado en la «lucha final». Pero, ¿contra qué? ¿El capitalismo, el liberalismo, la democracia, Occidente, la libertad individual, la igualdad sexual? ¿Qué? En rigor, contra la quiebra del marxismo-leninismo como alternativa a las democracias liberales para mejorar materialmente la vida de los pobres y tratar de vivir en libertad. Antes de reconocer su inmenso, criminal error, prefieren el opio del islam. Y si no se atreven a tanto, la Alianza de Civilizaciones, cuyo opio para este pueblo apopulachado de PER, siesta y "corrá es la Paz, o sea, la Pá. «Opá, yo ví a traé la Pá», ZP dipixit.

Conviene recordar que el opio es una droga, una de las fuentes más poderosas de rendición de los sentidos que la adormidera ha suministrado al ser humano, pero además de una forma de sobrevivir a costa de la vida, el opio era en la época de Marx y del colonialismo inglés en China una forma de dominación pérfida, sutil y aplastantemente eficaz. En vez de guerrear contra inmensos ejércitos chinos, los ingleses promovieron masivamente el consumo de opio para adormecer, desarmar vitalmente y derrotar a los reclutas antes de ser reclutados. La vileza fue eficaz porque captó certeramente el punto débil de la China del siglo XIX. El comunismo supo utilizar la Paz como los ingleses el opio, porque vio que el punto débil de las democracias occidentales está en el deseo de disfrutar los bienes materiales del capitalismo y la libertad de la democracia liberal pero sin sus obligaciones, sin sacrificarse para defenderlos. Privado de la fibra moral de la libertad y dignidad del individuo frente al poder, el sistema se hunde. Los movimientos por la Paz fueron la cara amable del Gulag y el verdadero Ministerio de Exteriores de la URSS. Por la Paz defendieron a Hitler cuando el pacto germano-soviético. Con la Paz por bandera, los comunistas tomaron y arrasaron Vietnam. Hoy Vietnam es Irak. La paz de ZP y la ETA es el opio del progre-pueblo. Y el fumadero, el cuarto de tele-estar.