26.7.06

 

El arenque

 

26-07-06


AL ABORDAJE

El arenque


DAVID GISTAU

Es asombroso lo que Pepiño Blanco se parece a Acidonitrix, el tortuoso intrigante que en un álbum de Astérix enfrenta a unos galos con otros por provecho propio, y que en las estancias de las que sale siempre deja olor a arenque. Con ese tufo, Uderzo caracteriza al canalla que no encuentra su último refugio en el patriotismo, como decía Samuel Johnson, sino en la política profesional. La semejanza entre ambos personajes es tal que a Pedro Cuartango se le ha escapado para una de sus Vidas paralelas: como Pepiño, Acidonitrix es el consejero e inspirador de un jefe que tiene a su tribu separada por una zanja -«los buenos y los malos», que diría Peces-Barba- con la que Uderzo quiso referirse al Muro de Berlín, pero que sin duda sirve para evocar la que ha sido excavada durante esta legislatura por un Gobierno al que le sobra media aldea. Y que propaga olor a arenque cada vez que Pepiño siembra cizaña soltando una frase que parece una cabra arrojada desde el campanario.

Pero Pepiño, con su carita de haberse sentado en una bici sin sillín, era hasta ahora un cizañero de consumo interno al que debíamos soportar nosotros como aguantamos al Posí o al Cuñao de Quintero. Hasta que le ha dado por irse a abrir zanjas nada menos que a la política internacional, con unas declaraciones sobre la perfidia de Israel en la que uno sólo ha añorado, ya que la retórica era la misma, una estética copiada de los vídeos de Bin Laden, con el kalaka detrás y un mantel de trattoria a modo de pañuelo. Al maniqueísmo antisemita, que no es sino una ramificación del antiamericano, tal vez le complazca esa visión del judío como un señor que desde que se levanta por la mañana no piensa sino en agregar cabezas de civiles a su salón de trofeos de caza. Y de Israel, no como un Estado que puja por no dejar de existir desde su misma fundación, sino como una suerte de castillo transilvano enclavado sobre aldeas bucólicas de las que desaparecen niños para que la condesa Bathory se dé sus baños de sangre. Esa visión, digo, complacerá a quienes bendicen y prestan coartada a los terroristas islámicos para seguir disponiendo, incluso después del Muro, de un azote antiimperialista al que encomendar todas las revanchas pendientes, aunque sea a costa de simpatizar precisamente con los enemigos de su propia forma de vida. Pero a alguien debería inquietarle que la dialéctica del Cojo Manteca constituya el discurso oficial de un Gobierno occidental y que Pepiño, sin que ni siquiera le enmiende el jefe de la tribu, pueda subirse a un cajón de huevos para encender las teas de la muchedumbre a la que no se le está señalando el castillo de Drácula, sino una democracia para la que desde su misma fundación hay proyectos de exterminio planteados por terroristas que, ellos sí, «matan civiles deliberadamente». Ah, pero es que son judíos.

Comentarios:

Publicar un comentario



<<A página principal

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Estadisticas y contadores web gratis
Oposiciones Masters

         Image hosting by Photobucket

    Escribeme

   
 

Mi Bitácora

  La Bitácora de Luis del Pino
 Fondo documental sobre el 11-M y su foro
Mensajes anteriores
Prensa Digital

 

Links solidarios