29.9.06
COMENTARIOS LIBERALES El 11-M y el PP falso FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
29-09-06
COMENTARIOS LIBERALES
El 11-M y el PP falso
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Si los autodenominados «centristas» y «moderados» del PP, o sea, los oportunistas de derechas como Gallardón, Piqué y demás cuadrilla, consideran que el 11-M no debería ser el eje de la acción política de su partido, ¿por qué no se les cae de la boca? ¿Cómo es posible que si realmente creen que al PP le perjudica verse asociado con la investigación de la mayor masacre de la Historia de España y no con su encubrimiento, como ya les sucede al PSOE y su Frente Antipopular, no dejan de traerlo a colación para desacreditar a quienes como Zaplana y Acebes están cumpliendo con su deber político y con la inmensamente mayoritaria aspiración de la derecha sociológica española, que quiere saber toda la verdad sobre el 11-M y sus encubridores?
Porque, si se fija el curioso lector, los que más hablan del 11-M son los que dicen que no hay nada que hablar del 11-M. Los que más critican la tarea de Zaplana y demás gente decente del partido son los que dicen que poner el foco en esa tarea, aun siendo respetable, no favorece la condición de alternativa de Mariano Rajoy. Yo no sé cómo podría favorecerla aparecer ante la opinión pública, empezando por sus propios votantes, como quieren los gallardones y piquerdones, como simples cómplices en el vergonzoso borrado y manipulación de pruebas, cuando no invención de pruebas falsas, sobre la verdadera autoría del 11-M y las tramas negras que lo facilitaron y lo encubren.
Pero supongamos que la derecha sociológica española hubiera llegado al mismo nivel de indignidad moral de la izquierda, a la que lo mismo le da la OTAN que el No a la OTAN, la guerra que el No a la guerra, con tal de que sea su partido el que se lo mande. No es así, pero supongamos que lo fuera. ¿Por qué insisten tanto Gallardón y Piqué en repetir que no hay que hablar del 11-M si es cierto que al PP no le conviene hacerlo?
A Gallardón (y a Piqué, si es que Montse La Fantástica -Esperanza dixit- no piensa en una sucesión rápida) lo único que les interesa es distanciarse cuanto puedan del partido al que todo se lo deben y acercarse hasta la identificación más servil al Poder Fáctico Fácilmente Reconocible (aún más fácilmente en Cataluña), al Gobierno, a la izquierda política y al nacionalismo, que han hecho de su negativa a investigar el 11-M y del linchamiento a quienes lo intentan en la prensa o en el Parlamento su máxima prioridad política. Su única prioridad, si se tiene en cuenta que es la otra cara del mantenimiento del diálogo presente y la alianza futura con la ETA. Y como cada día es más evidente que el Gobierno y sus aliados están entregados a la tarea de borrar huellas etarras y socialistas del 11-M, la forma de hacer méritos de gallardones y piquerdones es jugar a santanos y telesforos.
Por eso hablan tanto de lo que dicen que no hay que hablar.
Porque, si se fija el curioso lector, los que más hablan del 11-M son los que dicen que no hay nada que hablar del 11-M. Los que más critican la tarea de Zaplana y demás gente decente del partido son los que dicen que poner el foco en esa tarea, aun siendo respetable, no favorece la condición de alternativa de Mariano Rajoy. Yo no sé cómo podría favorecerla aparecer ante la opinión pública, empezando por sus propios votantes, como quieren los gallardones y piquerdones, como simples cómplices en el vergonzoso borrado y manipulación de pruebas, cuando no invención de pruebas falsas, sobre la verdadera autoría del 11-M y las tramas negras que lo facilitaron y lo encubren.
Pero supongamos que la derecha sociológica española hubiera llegado al mismo nivel de indignidad moral de la izquierda, a la que lo mismo le da la OTAN que el No a la OTAN, la guerra que el No a la guerra, con tal de que sea su partido el que se lo mande. No es así, pero supongamos que lo fuera. ¿Por qué insisten tanto Gallardón y Piqué en repetir que no hay que hablar del 11-M si es cierto que al PP no le conviene hacerlo?
A Gallardón (y a Piqué, si es que Montse La Fantástica -Esperanza dixit- no piensa en una sucesión rápida) lo único que les interesa es distanciarse cuanto puedan del partido al que todo se lo deben y acercarse hasta la identificación más servil al Poder Fáctico Fácilmente Reconocible (aún más fácilmente en Cataluña), al Gobierno, a la izquierda política y al nacionalismo, que han hecho de su negativa a investigar el 11-M y del linchamiento a quienes lo intentan en la prensa o en el Parlamento su máxima prioridad política. Su única prioridad, si se tiene en cuenta que es la otra cara del mantenimiento del diálogo presente y la alianza futura con la ETA. Y como cada día es más evidente que el Gobierno y sus aliados están entregados a la tarea de borrar huellas etarras y socialistas del 11-M, la forma de hacer méritos de gallardones y piquerdones es jugar a santanos y telesforos.
Por eso hablan tanto de lo que dicen que no hay que hablar.