25.9.06
COMENTARIOS LIBERALES Etarras y fiscales FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
25-09-06
COMENTARIOS LIBERALES
Etarras y fiscales
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Ayer venían las noticias de política española mitad trágicas, mitad ridículas. Las trágicas llegaban por obra de ETA y sus cómplices en el Gobierno. Las ridículas, de la mano del PRISOCENTO, que está de los nervios con las revelaciones de EL MUNDO sobre el 11-M y llama en su auxilio a la Guardia Civil, como si aún estuvieran Roldán y Galindo, y a Cándido, como si no tuviera a Zaragoza para no desgastarse aún más y poder optar a la sucesión de López Aguilar.
Empecemos por lo trágico: la vicepresidenta, de quien se asegura que ha conseguido cerrar uno de los absurdos frentes de desgaste de Zapatero, el abierto con la Iglesia Católica (hasta que eso no se publique oficialmente no lo creeré ni comentaré), repetía el mismo latiguillo del presidente en su paupérrima conferencia política: la lucha por el final de la violencia etarra será un camino «largo, duro y difícil». Con la política de claudicación del PSOE, de eso no hay la menor duda.
Para las víctimas del terrorismo, la política proetarra y anti-AVT de ZP está siendo una afrenta y una tortura; para el PP, una afrenta y una burla; y para el sector decente, español y, por ello, minoritario en el PSOE, una burla y una vergüenza, en especial tras la vileza de Montilla diciendo que Múgica ha recurrido el Estatuto norcoreano de Cataluña porque los etarras le han matado a su hermano. El argumento, vomitivo y proterrorista, retrata al PSC montillesco y al PSOE zapateril.
Pero este Gobierno ha acreditado tanto desprecio por las víctimas del terrorismo, sean de ETA, del 11-M o de ambos, que es natural que ya no respete a sus propios muertos y a sus propias víctimas. Lo malo es que, hasta ayer, lo fiaba todo a la «buena voluntad», al «proceso irreversible» y al «discurso de paz» de Otegi y compañía. Hoy, veremos cómo reacciona ante la reaparición de la ETA diciendo lo de siempre: que continuarán matando y, si es preciso, muriendo, hasta conseguir la independencia y el socialismo de ese Estado llamado Euskal Herria que Zapatero quiere entregarles en fideicomiso para poder presentarse a las elecciones generales con el señuelo de la paz. Paz por territorios y por unos días, porque hasta la independencia y el socialismo faltan bastantes años y muchísima sangre. ¿Cómo lo explicará el Gobierno? ¿Diciendo que son mensajes «para consumo interno» de los etarras? Seguro. Sería un mensaje para consumo interno, pero de progres amoscados por los dos flancos procesales abiertos: la arriesgadísima apuesta por el acuerdo con la ETA y la inseparable guerra al estilo GAL sobre el 11-M.
Y ahí entra la noticia cómica de ayer: Zarzalejos le pide a Mesquida que Cándido actúe... ¡contra Jiménez y Ramírez! ¡Torero! ¡Torero! El ataque de los fiscales candididejos superaría en carcajadas a Torrente, el brazo tonto de la Ley.
Empecemos por lo trágico: la vicepresidenta, de quien se asegura que ha conseguido cerrar uno de los absurdos frentes de desgaste de Zapatero, el abierto con la Iglesia Católica (hasta que eso no se publique oficialmente no lo creeré ni comentaré), repetía el mismo latiguillo del presidente en su paupérrima conferencia política: la lucha por el final de la violencia etarra será un camino «largo, duro y difícil». Con la política de claudicación del PSOE, de eso no hay la menor duda.
Para las víctimas del terrorismo, la política proetarra y anti-AVT de ZP está siendo una afrenta y una tortura; para el PP, una afrenta y una burla; y para el sector decente, español y, por ello, minoritario en el PSOE, una burla y una vergüenza, en especial tras la vileza de Montilla diciendo que Múgica ha recurrido el Estatuto norcoreano de Cataluña porque los etarras le han matado a su hermano. El argumento, vomitivo y proterrorista, retrata al PSC montillesco y al PSOE zapateril.
Pero este Gobierno ha acreditado tanto desprecio por las víctimas del terrorismo, sean de ETA, del 11-M o de ambos, que es natural que ya no respete a sus propios muertos y a sus propias víctimas. Lo malo es que, hasta ayer, lo fiaba todo a la «buena voluntad», al «proceso irreversible» y al «discurso de paz» de Otegi y compañía. Hoy, veremos cómo reacciona ante la reaparición de la ETA diciendo lo de siempre: que continuarán matando y, si es preciso, muriendo, hasta conseguir la independencia y el socialismo de ese Estado llamado Euskal Herria que Zapatero quiere entregarles en fideicomiso para poder presentarse a las elecciones generales con el señuelo de la paz. Paz por territorios y por unos días, porque hasta la independencia y el socialismo faltan bastantes años y muchísima sangre. ¿Cómo lo explicará el Gobierno? ¿Diciendo que son mensajes «para consumo interno» de los etarras? Seguro. Sería un mensaje para consumo interno, pero de progres amoscados por los dos flancos procesales abiertos: la arriesgadísima apuesta por el acuerdo con la ETA y la inseparable guerra al estilo GAL sobre el 11-M.
Y ahí entra la noticia cómica de ayer: Zarzalejos le pide a Mesquida que Cándido actúe... ¡contra Jiménez y Ramírez! ¡Torero! ¡Torero! El ataque de los fiscales candididejos superaría en carcajadas a Torrente, el brazo tonto de la Ley.