19.9.06
COMENTARIOS LIBERALES Los invitados FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
19-09-06
COMENTARIOS LIBERALES
Los invitados
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
No llegué a verla, pero creo recordar que hace unos 20 años se estrenó una película con guión de Alfonso Grosso y Lola Flores como protagonista nada folclórica que recreaba el crimen de Los Galindos, uno de esos asesinatos que en la caló del Sur parecen más salvajes y misteriosos que en Escandinavia, pongamos por caso. Claro que cuando la película es buena, como Fargo de los Coen, hasta la nieve resulta el sudario perfecto para una madeja de crímenes. Es cuestión de talento.
Supongo que el título Los invitados sugiere una visita de muerte y se me ocurre que, si no estuviera pillado, podría ser un título perfecto para la película que merece el 11-M. O al menos para el capítulo de la serie de televisión que podría ir preparando Melchor Miralles tras el estreno de GAL. Casimiro García-Abadillo se lo ha dado casi hecho. Con lo de ayer y los pedazos correspondientes del restario, que no sumario, del juez Del Olmo, salía un capitulazo.
En principio, la factoría de trolas, intoxicaciones y linchamientos mediáticos conocida como Producciones Rubalcaba no debería tener demasiada dificultad para reorientar sus cañoneras hacia el Gobierno del PP, cuya política de mano dura contra ETA tan buenos resultados dio, aunque no pudiera impedir, si finalmente fueron los etarras los que mecieron la cuna del 11-M, la mayor masacre de la Historia de España, Paracuellos aparte. Incluso como defensa del diálogo genuflexo ante ETA, podría esgrimirse el 11-M como prueba de que España no puede con la banda y debe rendirse. Total, para decir lo de la esperanza, el camino largo y duro y demás gansadas zapateriles, cualquier argumento puede servir, con tal de que no sea ni democrático, ni legal, ni español. Para Rubalcaba, tirado.
Lo malo es que si acierta Mayor Oreja, que hasta ahora no ha fallado nunca en lo que a las relaciones entre ETA y este Gobierno se refiere, el proyecto de Zapatero pasa por devolverle a los etasunos en las municipales el poder y la pasta de sus mejores épocas y llegar a las generales con el aval de la banda asesina para ganarlas. En el estado moral de la izquierda y el estado mediático de la derecha, no es imposible.
En los escombros de España, muchos viven en el silencio de los corderos, la obediencia de los borregos y el pavor de los chotos. Están maduros para Don Julián y Don Cebrián, para vuelta y vuelta y que los sirvan con una manzana en la boca, osea, como Zapatero quiere entregarle Navarra a ETA, para cerrar el lebensraum euskonazi. Si vamos a eso, la campaña contra los medios que investigan los atentados del 11-M superará el nivel de la de los GAL. Iba a decir que esa película ya la hemos visto, pero aún no. Vimos la de Rubalcaba, también de terror.
Supongo que el título Los invitados sugiere una visita de muerte y se me ocurre que, si no estuviera pillado, podría ser un título perfecto para la película que merece el 11-M. O al menos para el capítulo de la serie de televisión que podría ir preparando Melchor Miralles tras el estreno de GAL. Casimiro García-Abadillo se lo ha dado casi hecho. Con lo de ayer y los pedazos correspondientes del restario, que no sumario, del juez Del Olmo, salía un capitulazo.
En principio, la factoría de trolas, intoxicaciones y linchamientos mediáticos conocida como Producciones Rubalcaba no debería tener demasiada dificultad para reorientar sus cañoneras hacia el Gobierno del PP, cuya política de mano dura contra ETA tan buenos resultados dio, aunque no pudiera impedir, si finalmente fueron los etarras los que mecieron la cuna del 11-M, la mayor masacre de la Historia de España, Paracuellos aparte. Incluso como defensa del diálogo genuflexo ante ETA, podría esgrimirse el 11-M como prueba de que España no puede con la banda y debe rendirse. Total, para decir lo de la esperanza, el camino largo y duro y demás gansadas zapateriles, cualquier argumento puede servir, con tal de que no sea ni democrático, ni legal, ni español. Para Rubalcaba, tirado.
Lo malo es que si acierta Mayor Oreja, que hasta ahora no ha fallado nunca en lo que a las relaciones entre ETA y este Gobierno se refiere, el proyecto de Zapatero pasa por devolverle a los etasunos en las municipales el poder y la pasta de sus mejores épocas y llegar a las generales con el aval de la banda asesina para ganarlas. En el estado moral de la izquierda y el estado mediático de la derecha, no es imposible.
En los escombros de España, muchos viven en el silencio de los corderos, la obediencia de los borregos y el pavor de los chotos. Están maduros para Don Julián y Don Cebrián, para vuelta y vuelta y que los sirvan con una manzana en la boca, osea, como Zapatero quiere entregarle Navarra a ETA, para cerrar el lebensraum euskonazi. Si vamos a eso, la campaña contra los medios que investigan los atentados del 11-M superará el nivel de la de los GAL. Iba a decir que esa película ya la hemos visto, pero aún no. Vimos la de Rubalcaba, también de terror.