8.9.06
Candidatos
7-08-06
COMENTARIOS LIBERALES
Candidatos
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Es curioso que, por mucho que los partidos políticos ahoguen de forma tan estéril como suicida la personalidad de sus dirigentes, basta poner en marcha el proceso de selección de un candidato a un cargo electo, por ejemplo, a la alcaldía de Madrid, y una especie de hormigueo con toques de risa floja, un frenesí verbal, una feria de adivinaciones se apodera del respetable. Cunden los rumores, los discreteos, los dimes y diretes, entran en ebullición los periódicos, se agitan las radios y se atonta más si cabe la televisión. En Europa estamos asistiendo a una crisis profundísima del sistema representativo, pero el hecho de elegir representante sigue siendo una fiesta ciudadana. Si tendrá fuerza esta fiesta cívica con remate en las urnas que desde que Zapatero ha nombrado no se qué de algo a Trinidad Jiménez para apartarla de la lucha por la alcaldía madrileña, todos son quinielas, nervios, confidencias. Es la apoteosis del chau chau. «País de porteras», diría Boyer. Sí, don Miguel, pero de porteras que votan. Un respeto.
Hace años, en un viaje de los Reyes a Bolivia, deambulaba yo por un antiguo parlamento con algo de palacio y bastante de palomar cuando en la umbría del pasillo se dibujó la silueta no diré grácil pero sí pintoresca de una india con todos sus requilorios, desde el sombrero negro de miga de pan hasta la séptima falda de rayas. Llevaba al brazo una cesta de la que asomaban dos gallinas silentes de notable envergadura, más que probable presente al diputado, senador o lo que fuera de la buena mujer. La imagen desprendía un aroma antiguo o, mejor, intemporal a democracia. No, no olía a corrupción en pequeña escala, sino a conocimiento profundo de las debilidades humanas y de los remedios decentes para satisfacerlas. Los huevos de aquellas robustas gallinas bolivianas debían de ser de dos yemas, acaso tres, y cuando el diputado los degustara se acordaría, seguro, de resolver su problema rápidamente, en sentido homenaje a la gallina ponedora. Hoy, Evo habría nacionalizado la gallina.
Cantar la gallina es como llama precisamente el pueblo llano a franquearse o mostrar las cartas, inclinaciones o predilecciones. Para Madrid se barajan los nombres de Javier Solana, Bono y Felipe González, lo cual supone un homenaje a la tercera edad y la constatación de la escasa entidad de esta generación sociata. Ya sabemos que, en realidad, el que nombre el PSOE será un candidato redundante, porque el de Polanco es Gallardón, pero aún así nos gusta la incertidumbre. Lo razonable sería que el PSOE presentara a 'Fefé', para reforzar el equipo y abrir zanjas a medias, pero la política no es sólo el recuelo de la realidad, sino el prestigio de la libertad, lo irrenunciable. Un gusto.
Hace años, en un viaje de los Reyes a Bolivia, deambulaba yo por un antiguo parlamento con algo de palacio y bastante de palomar cuando en la umbría del pasillo se dibujó la silueta no diré grácil pero sí pintoresca de una india con todos sus requilorios, desde el sombrero negro de miga de pan hasta la séptima falda de rayas. Llevaba al brazo una cesta de la que asomaban dos gallinas silentes de notable envergadura, más que probable presente al diputado, senador o lo que fuera de la buena mujer. La imagen desprendía un aroma antiguo o, mejor, intemporal a democracia. No, no olía a corrupción en pequeña escala, sino a conocimiento profundo de las debilidades humanas y de los remedios decentes para satisfacerlas. Los huevos de aquellas robustas gallinas bolivianas debían de ser de dos yemas, acaso tres, y cuando el diputado los degustara se acordaría, seguro, de resolver su problema rápidamente, en sentido homenaje a la gallina ponedora. Hoy, Evo habría nacionalizado la gallina.
Cantar la gallina es como llama precisamente el pueblo llano a franquearse o mostrar las cartas, inclinaciones o predilecciones. Para Madrid se barajan los nombres de Javier Solana, Bono y Felipe González, lo cual supone un homenaje a la tercera edad y la constatación de la escasa entidad de esta generación sociata. Ya sabemos que, en realidad, el que nombre el PSOE será un candidato redundante, porque el de Polanco es Gallardón, pero aún así nos gusta la incertidumbre. Lo razonable sería que el PSOE presentara a 'Fefé', para reforzar el equipo y abrir zanjas a medias, pero la política no es sólo el recuelo de la realidad, sino el prestigio de la libertad, lo irrenunciable. Un gusto.