11.9.06
El PPC a los USA
11-09-06
COMENTARIOS LIBERALES
El PPC a los USA
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Admirable la eficacia de la justicia norteamericana, actualización a veces dura pero siempre sabrosa de la justicia poética. Mira por dónde va a tener Rajoy una oportunidad de oro para enmendar el yerro pertinaz de su política en Cataluña. Con la declaración en rebeldía de Piqué y Vendrell, amén de la de Clos y otras personalidades de la política en el Principado, basta con ponerles en suelo americano para que vayan a la cárcel. Porque, en principio, la deuda del Fórum que ha originado la persecución de los jueces yanquis es impagable. Antes de ser perdonados, mucho tendrán que porfiar y mucho que abonar a los estudios cinematográficos sorprendidos en su ingenuidad por los gestores de la cosa aquélla de las Cien Mil Culturas. Y antes de todo ello, deberían presentarse ante la Justicia, ponerse el mono naranja y, con cadenas en manos y pies, salir en la tele con cara de Nick Nolte después de una noche de whisky y comisaría. Sólo por eso, yo ya me declararía proamericano. Pero es que además el beneficio que puede suponer para la derecha española y para España en general sería inmenso.
Imagínense al PPC librado de las ataduras nacionalistas del criptoduranlleidista Vendrell y del brumoso gallardonismo de Piqué. Pronto los Fernández, Sirera y demás volverían al timón, probablemente fecundados por la estupenda cosecha de 2006 de la Bodega de Ciudadanos por Cataluña. Y Rajoy, sencillamente, se habría limitado a cumplir con su deber. Bastaría una inocente recepción en alguna embajada o consulado norteamericanos, una sumaria identificación del FBI y, hala, a quedarse en plan Angel Exterminador dentro del edificio o personarse en los USA para cumplir sus obligaciones legales y morales. No necesariamente en Guantánamo.
No menos valor para el enderezamiento de la vida pública española tendría la detención de Clos y su internamiento por, digamos, 16 meses en alguna acogedora prisión de Los Angeles, Nueva York o El Paso. El nuevo ministro de Industria, heredero si no émulo de Montilla, sólo puede provocar más líos en la ya liadísima OPA sobre Endesa. Estoy convencido de que, si hiciera falta, Brufau y Pizarro, sin excluir a Gabarró, estarían dispuestos a pagar la fianza y el oneroso bufete que pudiera sacarlos de territorio americano.
Mientras tanto, lo que es un dilema o una posibilidad empresarial lo solventarían los que realmente tienen derecho a hacerlo: las empresas y sus accionistas. Incluso Miguel Sebastián y Carlos Solchaga tendrían la oportunidad de comportarse decentemente, Zapatero podría disimular y la semillita podría buscar el amoroso surco de Iberdrola, por si arraiga. Todos tienen su oportunidad.
Imagínense al PPC librado de las ataduras nacionalistas del criptoduranlleidista Vendrell y del brumoso gallardonismo de Piqué. Pronto los Fernández, Sirera y demás volverían al timón, probablemente fecundados por la estupenda cosecha de 2006 de la Bodega de Ciudadanos por Cataluña. Y Rajoy, sencillamente, se habría limitado a cumplir con su deber. Bastaría una inocente recepción en alguna embajada o consulado norteamericanos, una sumaria identificación del FBI y, hala, a quedarse en plan Angel Exterminador dentro del edificio o personarse en los USA para cumplir sus obligaciones legales y morales. No necesariamente en Guantánamo.
No menos valor para el enderezamiento de la vida pública española tendría la detención de Clos y su internamiento por, digamos, 16 meses en alguna acogedora prisión de Los Angeles, Nueva York o El Paso. El nuevo ministro de Industria, heredero si no émulo de Montilla, sólo puede provocar más líos en la ya liadísima OPA sobre Endesa. Estoy convencido de que, si hiciera falta, Brufau y Pizarro, sin excluir a Gabarró, estarían dispuestos a pagar la fianza y el oneroso bufete que pudiera sacarlos de territorio americano.
Mientras tanto, lo que es un dilema o una posibilidad empresarial lo solventarían los que realmente tienen derecho a hacerlo: las empresas y sus accionistas. Incluso Miguel Sebastián y Carlos Solchaga tendrían la oportunidad de comportarse decentemente, Zapatero podría disimular y la semillita podría buscar el amoroso surco de Iberdrola, por si arraiga. Todos tienen su oportunidad.