13.7.06
Otra de Zapatero
13-07-06
LOS PLACERES Y LOS DIAS
Otra de Zapatero
FRANCISCO UMBRAL
El señor Zapatero, presidente español, va difundiendo su gloria europea, internacional, con nuevos gestos que se atribuyen a Jaimito, aquel Jaimito de los antiguos tebeos que utilizaban las mamás para asustarnos. Massimo Cacciari, alcalde progre de Venecia, no se ha impresionado nada con las movidas de Zapatero, sino que ha dicho en público: «Sus gestos son más bien estúpidos».
Ahora comprenderá el niño terrible de Castilla y León que con sus posturitas no está epatando a nadie, sino creándose un entorno de gilipollez que ya no rinde crédito, sino que le convierte en el gran desacreditado. Jugar al dalinismo es tan difícil que sólo podía permitírselo Salvador Dalí. Y en política, ya digo, queda meramente progre y veneciano. Cacciari, el de antes, es un alcalde rojo, pero si hay que cometer alguna blasfemia no duda en ir a misa y además lo explica. La personalidad del alcalde/filósofo y la autoridad mundial de la Iglesia recomiendan un respeto para Ratzinger, porque el rechazo a este Papa sólo puede ser intelectual y por ahí tampoco funciona el castellano-leonés que nos representa en el mundo.
Pero, metidos en alcaldes, recordemos a nuestros clásicos: «No rebuznaron en balde el uno y el otro alcalde». Y no sólo los alcaldes. Francisco Camps, presidente de la Generalitat valenciana, le ha pegado la bronca a Madrid: «Nadie entiende por qué el Gobierno de Rodríguez Zapatero insiste en mantener una relación de tensión con la Iglesia». Nosotros sí que lo entendemos. Quiero decir que la tensión contra la Iglesia es el precio político que paga Valencia por haber sido capital terminal de la II República, puerta y puerto de Azaña.
Pero toda la última jornada valenciana fue una movida a tope para visitantes y visitados. Así, Chirac va y le dice a Zidane: «Eres un hombre de corazón, compromiso y convicción. Francia te quiere». Estas palabras de Chirac revisten a Zidane como el primer futbolista del mundo, aunque cerró el Mundial con poca galantería.
Pero no todo fue política. En la Conferencia Euroafricana la delegación francesa propuso que sea España la que se encargue del control de las fronteras europeas en el Atlántico y el Mediterráneo, aunque Moratinos no concretó ayuda. Esto puede ser otro gesto generoso de Zapatero o bien otra tontería europeísta de nuestro joven presidente que por cierto, con tanto alterne, se le pasó la misa del Papa, coño, cosa que también ha sido muy mal vista en los medios intelectuales europeos. La católica Europa sabe guardar las formas. Zapatero es el James Bond de las ideologías americanas y el Superman de las tonterías yanquis, lo cual que está haciendo dos carreras a la vez, es el pequeño escribiente florentino de Edmundo d Amicis, pero sus profesores no le quieren y eso es lo más triste, ay, para un niño estudioso: que sus profesores no le quieran.
Incluso la cosmopolita belleza de doña María Teresa Fernández de la Vega ha coqueteado mejor con el Papa que el galán galante, señor Zapatero. De momento ella se ha llevado más fotos y pronto la veremos en Vogue. Haciendo un posado, por supuesto.
Ahora comprenderá el niño terrible de Castilla y León que con sus posturitas no está epatando a nadie, sino creándose un entorno de gilipollez que ya no rinde crédito, sino que le convierte en el gran desacreditado. Jugar al dalinismo es tan difícil que sólo podía permitírselo Salvador Dalí. Y en política, ya digo, queda meramente progre y veneciano. Cacciari, el de antes, es un alcalde rojo, pero si hay que cometer alguna blasfemia no duda en ir a misa y además lo explica. La personalidad del alcalde/filósofo y la autoridad mundial de la Iglesia recomiendan un respeto para Ratzinger, porque el rechazo a este Papa sólo puede ser intelectual y por ahí tampoco funciona el castellano-leonés que nos representa en el mundo.
Pero, metidos en alcaldes, recordemos a nuestros clásicos: «No rebuznaron en balde el uno y el otro alcalde». Y no sólo los alcaldes. Francisco Camps, presidente de la Generalitat valenciana, le ha pegado la bronca a Madrid: «Nadie entiende por qué el Gobierno de Rodríguez Zapatero insiste en mantener una relación de tensión con la Iglesia». Nosotros sí que lo entendemos. Quiero decir que la tensión contra la Iglesia es el precio político que paga Valencia por haber sido capital terminal de la II República, puerta y puerto de Azaña.
Pero toda la última jornada valenciana fue una movida a tope para visitantes y visitados. Así, Chirac va y le dice a Zidane: «Eres un hombre de corazón, compromiso y convicción. Francia te quiere». Estas palabras de Chirac revisten a Zidane como el primer futbolista del mundo, aunque cerró el Mundial con poca galantería.
Pero no todo fue política. En la Conferencia Euroafricana la delegación francesa propuso que sea España la que se encargue del control de las fronteras europeas en el Atlántico y el Mediterráneo, aunque Moratinos no concretó ayuda. Esto puede ser otro gesto generoso de Zapatero o bien otra tontería europeísta de nuestro joven presidente que por cierto, con tanto alterne, se le pasó la misa del Papa, coño, cosa que también ha sido muy mal vista en los medios intelectuales europeos. La católica Europa sabe guardar las formas. Zapatero es el James Bond de las ideologías americanas y el Superman de las tonterías yanquis, lo cual que está haciendo dos carreras a la vez, es el pequeño escribiente florentino de Edmundo d Amicis, pero sus profesores no le quieren y eso es lo más triste, ay, para un niño estudioso: que sus profesores no le quieran.
Incluso la cosmopolita belleza de doña María Teresa Fernández de la Vega ha coqueteado mejor con el Papa que el galán galante, señor Zapatero. De momento ella se ha llevado más fotos y pronto la veremos en Vogue. Haciendo un posado, por supuesto.