9.10.06
COMENTARIOS LIBERALES «Quienes digan» FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
09-10-06
COMENTARIOS LIBERALES
«Quienes digan»
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
El presidente del Gobierno ha dicho en un mitin valenciano que se siente «cerca» del PP, porque «también ha sufrido el terrorismo». O sea, que Rodríguez Zapatero ya ha vuelto a beberse la clásica entrevista de Gallardón en su ABC, en la que el alcalde fraguista se siente cerca, pero muy, muy cerca de Zetapé. En rigor, el Faraón de Correos ha ido todavía más lejos en su petición de mordaza para los medios revoltosos -el Gobierno aún no ha llegado a las querellas contra los periodistas desafectos- y se identifica con cualquier solución fiscal y judicial, la que sea, para el caso del 11-M, que Cándido y Valeyá tienen bastante bien encaminado, siempre que no les falte un garzón para ministrar la copa de Júpiter. Ahora bien, sin la media España de derechas, no colará.
Creo que sobre el 11-M se han dicho muchas cosas chocantes y repugnantes, curiosas y escandalosas, pero ninguna comparable a la que exhala el chico del centro de AP -porque ahora resulta que el centrismo fetén era el de la AP de Manuel Fraga y no el de UCD y otros liberales ajenos al partido fraguista, como Esperanza Aguirre-. Mientras llega la chica de Época a consolidar la sección dominical de Gallardón, he aquí cómo el carquicentrista hace ya de Rajoy, y de Acebes, y de Zaplana, y de Astarloa: «Hay un sumario que se ha cerrado, un juicio oral y quienes digan los jueces que son los responsables, serán los responsables, y eso será plenamente apoyado por el PP». Punto.
Hay, sin embargo, algunos problemas que explican la histérica rotundidad gallardonosa. Hasta ahora, lo que sabemos de ese sumario cerrado (en falso) es que el juez, ayudado por la fiscal, ha sido incapaz de establecer qué explosivos volaron los trenes, quién fue el autor intelectual, quién dio la orden, cómo se organizó el atentado, quiénes participaron y quienes aseguraron el efecto político de la masacre, que era el de echar al PP del poder, inventándose terroristas suicidas o creando a cuenta del Islam unas trolas, fantasías o exageraciones más propias del Bagdad de las mil y una noches que del de Sadam Hussein. Luego están las supuestas pruebas que explicaban el 11-M como cosa de Al Qaeda o similar y que hoy sabemos con toda seguridad que han sido manipuladas y falsificadas desde instancias policiales y judiciales.
En los últimos días hemos visto a la fiscal Valeyá decir qué explosivo estalló en los trenes, cuando según el sumario no se sabe, y a Garzón atropellando la legalidad para linchar, en el diario donde habitualmente depone Gallardón, a los peritos que denunciaron la falsificación de un informe suyo que relacionaba ETA y el 11-M. O sea, que lo que digan los jueces, será verdad. Sobre todo si son como Del Olmo o Garzón. Y lo apoyará el PP. Sobre todo si ya manda Gallardón.
Creo que sobre el 11-M se han dicho muchas cosas chocantes y repugnantes, curiosas y escandalosas, pero ninguna comparable a la que exhala el chico del centro de AP -porque ahora resulta que el centrismo fetén era el de la AP de Manuel Fraga y no el de UCD y otros liberales ajenos al partido fraguista, como Esperanza Aguirre-. Mientras llega la chica de Época a consolidar la sección dominical de Gallardón, he aquí cómo el carquicentrista hace ya de Rajoy, y de Acebes, y de Zaplana, y de Astarloa: «Hay un sumario que se ha cerrado, un juicio oral y quienes digan los jueces que son los responsables, serán los responsables, y eso será plenamente apoyado por el PP». Punto.
Hay, sin embargo, algunos problemas que explican la histérica rotundidad gallardonosa. Hasta ahora, lo que sabemos de ese sumario cerrado (en falso) es que el juez, ayudado por la fiscal, ha sido incapaz de establecer qué explosivos volaron los trenes, quién fue el autor intelectual, quién dio la orden, cómo se organizó el atentado, quiénes participaron y quienes aseguraron el efecto político de la masacre, que era el de echar al PP del poder, inventándose terroristas suicidas o creando a cuenta del Islam unas trolas, fantasías o exageraciones más propias del Bagdad de las mil y una noches que del de Sadam Hussein. Luego están las supuestas pruebas que explicaban el 11-M como cosa de Al Qaeda o similar y que hoy sabemos con toda seguridad que han sido manipuladas y falsificadas desde instancias policiales y judiciales.
En los últimos días hemos visto a la fiscal Valeyá decir qué explosivo estalló en los trenes, cuando según el sumario no se sabe, y a Garzón atropellando la legalidad para linchar, en el diario donde habitualmente depone Gallardón, a los peritos que denunciaron la falsificación de un informe suyo que relacionaba ETA y el 11-M. O sea, que lo que digan los jueces, será verdad. Sobre todo si son como Del Olmo o Garzón. Y lo apoyará el PP. Sobre todo si ya manda Gallardón.