6.10.06
CANELA FINA Cinismo del aliado de la extrema izquierda LUIS MARIA ANSON
06-10-06
CANELA FINA
Cinismo del aliado de la extrema izquierda
LUIS MARIA ANSON
El presidente por accidente, José Luis Rodríguez Zapatero, ha disparado sobre el ruedo ibérico una cantinela apolillada, acusando a un sector del Partido Popular de aproximación a la extrema derecha. Es una vieja estrategia, parásita del antiguo comunismo. Hay un sector de la izquierda que, si el centro derecha no se aviene a sus planteamientos, inmediatamente le ataca acusándole de fascista y de extrema derecha. La maniobra cada vez proporciona menores resultados y ha sido desechada en algunos países europeos, pero aquí, en España, todavía se piensa que puede servir para algo: sobre todo por la falta de pegada del PP, con reacciones tantas veces merengosas y acomplejadas.
Porque Zapatero I, el de las mercedes, debería contemplar su tejado de frágil cristal antes de lanzar pedruscos contra el ajeno. El Partido Popular ha rechazado, igual que Chirac con relación a Le Pen, la menor alianza con los partidos o grupos de extrema derecha. Esta es una cuestión de hecho desde la Transición. Zapatero, sin embargo, mantiene al menos dos alianzas profundas con la extrema izquierda, en Galicia y Cataluña. Tanto el BNG como Esquerra están instalados en una extrema izquierda de panfleto preuniversitario. Una ley electoral absurda les ha encaramado al poder y el PSOE, contra la más elemental ética política -con tal de gobernar todo vale-, se ha aliado con ambas formaciones ultra. Carod-Rovira llegó a decir en un artículo en el diario Avui, dirigiéndose a ETA (hago una síntesis): «No estoy de acuerdo con vuestros métodos, pero si vuestra decisión es matar, hacedlo en España pero no en Cataluña porque Cataluña no es España». Tras su entrevista clandestina, y tal vez constitutiva de delito, con Josu Ternera en Perpiñán, la banda terrorista, seguramente por casualidad y sin que nada hubiera tenido que ver el encuentro, decretó una tregua en la región catalana anunciando que seguiría asesinando en el resto de España.
Antes de acusar de tendencia a la extrema derecha a una parte del PP, Zapatero debería explicar por qué el PSOE mantiene en dos gobiernos -Galicia y Cataluña- una alianza profunda con la extrema izquierda, que es, en ambos casos, independentista y anticonstitucional, por añadidura. Todo ello sin descender a su colaboración siamesa con el Partido Comunista, enmascarado tras Izquierda Unida. Una parte considerable de los comunistas actuales son democráticos, responsables y constructivos. Hay otra parte que permanece en la extrema izquierda estalinista. Durante largos años, la ética política impedía a los partidos socialistas democráticos formar gobierno con los comunistas, como la derecha no podía hacerlo con los fascistas. Ahora habría que hacerse esta pregunta ofidia: ¿El Zapatero que denuncia tendencias ultras de una parte del PP, estaría dispuesto, legalizada Batasuna y avanzado el proceso de paz, a aliarse con el partido proetarra y gobernar junto a él en el País Vasco? Con tal de desplazar al PP del poder, ¿a qué alianzas está dispuesto a llegar el presidente?
El cinismo del aliado de la extrema izquierda, de los ultras de la izquierda, del BNG y Esquerra se ha elevado al cubo en las últimas semanas. El periódico adicto y todo el aparato mediático manejado directa o indirectamente por el PSOE en la radio y la televisión se han lanzado en tromba, obedeciendo las consignas del think tank monclovita, a acusar de extrema derecha a un sector del PP con el fin de extender la trapisondería en la opinión pública, a ver si Rajoy pica el anzuelo y embiste la muleta con la que Zapatero pretende torearle al natural.
Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.
Porque Zapatero I, el de las mercedes, debería contemplar su tejado de frágil cristal antes de lanzar pedruscos contra el ajeno. El Partido Popular ha rechazado, igual que Chirac con relación a Le Pen, la menor alianza con los partidos o grupos de extrema derecha. Esta es una cuestión de hecho desde la Transición. Zapatero, sin embargo, mantiene al menos dos alianzas profundas con la extrema izquierda, en Galicia y Cataluña. Tanto el BNG como Esquerra están instalados en una extrema izquierda de panfleto preuniversitario. Una ley electoral absurda les ha encaramado al poder y el PSOE, contra la más elemental ética política -con tal de gobernar todo vale-, se ha aliado con ambas formaciones ultra. Carod-Rovira llegó a decir en un artículo en el diario Avui, dirigiéndose a ETA (hago una síntesis): «No estoy de acuerdo con vuestros métodos, pero si vuestra decisión es matar, hacedlo en España pero no en Cataluña porque Cataluña no es España». Tras su entrevista clandestina, y tal vez constitutiva de delito, con Josu Ternera en Perpiñán, la banda terrorista, seguramente por casualidad y sin que nada hubiera tenido que ver el encuentro, decretó una tregua en la región catalana anunciando que seguiría asesinando en el resto de España.
Antes de acusar de tendencia a la extrema derecha a una parte del PP, Zapatero debería explicar por qué el PSOE mantiene en dos gobiernos -Galicia y Cataluña- una alianza profunda con la extrema izquierda, que es, en ambos casos, independentista y anticonstitucional, por añadidura. Todo ello sin descender a su colaboración siamesa con el Partido Comunista, enmascarado tras Izquierda Unida. Una parte considerable de los comunistas actuales son democráticos, responsables y constructivos. Hay otra parte que permanece en la extrema izquierda estalinista. Durante largos años, la ética política impedía a los partidos socialistas democráticos formar gobierno con los comunistas, como la derecha no podía hacerlo con los fascistas. Ahora habría que hacerse esta pregunta ofidia: ¿El Zapatero que denuncia tendencias ultras de una parte del PP, estaría dispuesto, legalizada Batasuna y avanzado el proceso de paz, a aliarse con el partido proetarra y gobernar junto a él en el País Vasco? Con tal de desplazar al PP del poder, ¿a qué alianzas está dispuesto a llegar el presidente?
El cinismo del aliado de la extrema izquierda, de los ultras de la izquierda, del BNG y Esquerra se ha elevado al cubo en las últimas semanas. El periódico adicto y todo el aparato mediático manejado directa o indirectamente por el PSOE en la radio y la televisión se han lanzado en tromba, obedeciendo las consignas del think tank monclovita, a acusar de extrema derecha a un sector del PP con el fin de extender la trapisondería en la opinión pública, a ver si Rajoy pica el anzuelo y embiste la muleta con la que Zapatero pretende torearle al natural.
Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.