29.11.06
COMENTARIOS LIBERALES Errores del 98 FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
29-11-06
COMENTARIOS LIBERALES
Errores del 98
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Una ventaja está teniendo la última fantasmada propagandística del PSOE y es que nos obliga a repasar la actuación del PP en materia antiterrorista. Por supuesto, el asunto más grave sobre el que volver en cuanto a terrorismo se refiere es el 11-M, cuya víctima política es el PP y cuyos beneficiarios han sido socialistas y separatistas, sin excluir, bien al contrario, a los terroristas etarras.
Pero como por mucho que se empeñen jueces y fiscales bizcochables, por no decir bacigalupables, habremos de volver muchas veces sobre el 11-M, vamos a concentrarnos en lo que Blanco ha pedido: la actuación de Aznar en la tregua trampa de 1998. Conviene recordar que entonces -todavía con los GAL enredados en los zancajos del CESID- no alentaba en La Moncloa más propósito que el de acabar con el terrorismo mediante el Estado de Derecho. Con tregua y sin ella, Aznar nunca se dedicó a blanquear la condición criminal de pistoleros como Otegi o De Juana Chaos, ni el PP empleó la Fiscalía del Estado para favorecer a los criminales como está haciendo el PSOE. Es más, con Aznar las víctimas del terrorismo dejaron de ser tratadas como apestadas y por fin fueron consideradas como lo que deben ser: un referente moral en cualquier política antiterrorista. En cuanto a ETA se refiere, cuanto más comparas a Aznar con Zapatero, mejor queda Aznar y peor queda Zapatero.
¿Quiere eso decir que en la tregua trampa del 98 todo se hizo bien? No. Se hizo mal eso de lo que hoy presume el PSOE. Y de esos errores, aunque fueran a medias con la oposición, cabe sacar consecuencias. La primera es que con ETA toda tregua es y será trampa. Todo lo que no sea autodisolución de la banda será disolución de la legalidad en la lucha contra el terrorismo. Ahora sabemos que la tregua respondía al pacto secreto de Estella con el que PNV, EA y ETA blindaron el separatismo vasco tras las gigantescas movilizaciones por el martirio y asesinato de Miguel Angel Blanco. Era tan nuevo aquel fervor español que se entiende el error, pero lo fue.
Los separatistas no dejan de serlo; los terroristas no toman vacaciones salvo para volver a la faena criminal con energía y armería renovadas. Grave error fue entrar en el diálogo con ETA sin haber empezado a desarmarse la banda. Y síntoma del error fue la admisión conceptual del «Movimiento de Liberación Nacional Vasco», famoso desliz de Aznar que demuestra que la guerra contra el terrorismo es siempre de orden semántico, informativo y cultural. Además, policial, pero los avatares de la lucha legal contra el terror tienen altibajos. La lucha semántica y de comunicación debe ser permanente.
Y otro error más: Aznar nunca debió conceder el indulto a los presos de los GAL a cambio del respaldo del PSOE a su diálogo con ETA en la tregua trampa. Porque el PSOE suele ser la trampa sin tregua.
Pero como por mucho que se empeñen jueces y fiscales bizcochables, por no decir bacigalupables, habremos de volver muchas veces sobre el 11-M, vamos a concentrarnos en lo que Blanco ha pedido: la actuación de Aznar en la tregua trampa de 1998. Conviene recordar que entonces -todavía con los GAL enredados en los zancajos del CESID- no alentaba en La Moncloa más propósito que el de acabar con el terrorismo mediante el Estado de Derecho. Con tregua y sin ella, Aznar nunca se dedicó a blanquear la condición criminal de pistoleros como Otegi o De Juana Chaos, ni el PP empleó la Fiscalía del Estado para favorecer a los criminales como está haciendo el PSOE. Es más, con Aznar las víctimas del terrorismo dejaron de ser tratadas como apestadas y por fin fueron consideradas como lo que deben ser: un referente moral en cualquier política antiterrorista. En cuanto a ETA se refiere, cuanto más comparas a Aznar con Zapatero, mejor queda Aznar y peor queda Zapatero.
¿Quiere eso decir que en la tregua trampa del 98 todo se hizo bien? No. Se hizo mal eso de lo que hoy presume el PSOE. Y de esos errores, aunque fueran a medias con la oposición, cabe sacar consecuencias. La primera es que con ETA toda tregua es y será trampa. Todo lo que no sea autodisolución de la banda será disolución de la legalidad en la lucha contra el terrorismo. Ahora sabemos que la tregua respondía al pacto secreto de Estella con el que PNV, EA y ETA blindaron el separatismo vasco tras las gigantescas movilizaciones por el martirio y asesinato de Miguel Angel Blanco. Era tan nuevo aquel fervor español que se entiende el error, pero lo fue.
Los separatistas no dejan de serlo; los terroristas no toman vacaciones salvo para volver a la faena criminal con energía y armería renovadas. Grave error fue entrar en el diálogo con ETA sin haber empezado a desarmarse la banda. Y síntoma del error fue la admisión conceptual del «Movimiento de Liberación Nacional Vasco», famoso desliz de Aznar que demuestra que la guerra contra el terrorismo es siempre de orden semántico, informativo y cultural. Además, policial, pero los avatares de la lucha legal contra el terror tienen altibajos. La lucha semántica y de comunicación debe ser permanente.
Y otro error más: Aznar nunca debió conceder el indulto a los presos de los GAL a cambio del respaldo del PSOE a su diálogo con ETA en la tregua trampa. Porque el PSOE suele ser la trampa sin tregua.