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Sólo hay tres hechos indiscutibles sobre la masacre del 11-M: 1) que provocó casi 200 muertos y 1.500 heridos o mutilados, alguno de los cuales no ha salido del coma desde entonces; 2) que llevó al poder al PSOE de Zapatero, que pacta con ETA la liquidación del régimen constitucional de 1978; y 3) que para ayudar a ese fin, la Fiscalía zapaterina, con Cándido, Zaragoza y Olga Sánchez Valeyá como tridente luciferino, ha perpetrado todos los atropellos legales e ilegales, habidos y por haber para favorecer a los etarras y que ha reventado la investigación sumarial y reinventado de forma harto grosera la masacre del 11-M, cuyo fin y, en todo caso, cuya manipulación a cargo del PRISOE tendió a un solo objetivo: echar al PP del Gobierno.

Ayer, el editorial de El País, diario gubernamental por excelencia (hay otros por excrecencia) editorializaba así en apoyo a la fiscal: «Con la solvencia de los medios de investigación de que dispone el Estado, ofrece una versión basada en hechos y en pruebas, al margen de teorías fantasiosas. Indica, además, que el juicio sobre el mayor atentado terrorista en España está cerca, y que las víctimas recibirán por fin la satisfacción que merecen (...) El relato del Ministerio Fiscal sigue, pues, los trazos de la instrucción en cuanto a la autoría yihadista de la masacre, tanto intelectual como material; su motivación, enmarcada en su fase decisoria en la intervención de España en la Guerra de Irak y la foto de las Azores; y el explosivo empleado, dinamita Goma 2 ECO, robada en una mina asturiana y entregada a cambio de droga a los terroristas. Como en la instrucción, tampoco hay rastro de ETA en el escrito de la fiscal, salvo los esporádicos contactos carcelarios entre presos islamistas y etarras».

Hechos y pruebas. Dice la fiscal solvente que Bin Laden fue el detonante del 11-M. Ni una sola prueba que lo avale y, además, la fiscal no lo imputa. Dice que se trataba de vengar la Guerra de Irak, pero eso es sólo la propaganda socialista que explicó la masacre del 11-M como culpa del PP: ni es un hecho ni hay una prueba. Dice que en los trenes estalló Goma 2 ECO, pero oculta que el informe oficial (hay otro seguramente borrado como el de los peritos, en cuyo linchamiento participó Olga Sánchez) asegura que no se pudo averiguar el explosivo usado para volar los trenes; tampoco habla de la nitroglicerina a la que aludió el tedax Manzano por dos veces en la Comisión del 11-M, que no está en la Goma 2 ECO y si en el Titadyn (ETA); reinventa la contaminación por metenamina de la muestra y la mochila vallecana, que nunca estuvo en los trenes. Y dice que los terroristas aprendieron a detonar bombas con móviles en Afganistán, pero no da el nombre de un solo alumno. Ni arma, ni autores, ni pruebas: nada.

¡11-Mentira!