7.11.06
COMENTARIOS LIBERALES PP capicúa FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
07-11-06
COMENTARIOS LIBERALES
PP capicúa
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Mariano Rajoy está consiguiendo una hazaña indiscutible: poner a su partido a la vanguardia de la retaguardia; a la cabeza, pero de la cola. El PP va para partido capicúa, el que termina donde otros empiezan y viceversa. Evidentemente, encabeza en solitario la resistencia a la liquidación de la Nación y del Estado que desde hace siglos forman España, pero también se ha unido a la huída hacia adelante de Zapatero para acabar con las posibilidades de su rival, que casualmente es Rajoy.
El político gallego, al que creíamos prudente, se ha lanzado de cabeza a la reforma del Estatuto de Andalucía, queriendo convencernos a la vez de dos cosas: que era del todo innecesario y que era particularmente necesario colaborar en su innecesaria factura para mejorarlo mucho. En rigor, lo que ha mejorado muy poco es el PP como alternativa nacional a la disolución promovida por la alianza de izquierdistas y nacionalistas. Ya se puede poner como se ponga don Mariano, y ya puede hacer fintas, jeribeques y fullerías Javier Arenas, que a los cuatro millones de ciudadanos que pusieron su firma y su número de carné en contra del Estatuto de Cataluña se les ha puesto cara de idiotas. ¡Otra vez el timo del consenso!
Vivimos un proceso acelerado de destrucción nacional, que en parte es crimen y en parte suicidio. El crimen es izquierdista y el suicidio es derechista; pero, en cualquier caso, ambos convertirán a España en cadáver. Luego vendrán los historiadores a repartir responsabilidades, pero a la Nación más antigua de Europa ya le dará lo mismo.
A burro muerto, la cebada al rabo. Y a Rajoy se le ha puesto cara de enterrador o, al menos, de colaborador de Funerarias Progres SA, cuando sus votantes lo querríamos ver en hábito de jefe de la oposición, es decir, de El Cobrador del Frac. En apenas tres días, Rajoy ha afirmado que el fracaso del PPC en las elecciones catalanas es un éxito; y ha respaldado en persona, sin ninguna necesidad, la estrategia de rendición preventiva ante el PSOE sagazmente ideada por Arenas en Andalucía. Doble ahorcamiento: la estrategia de Piqué de distanciarse del núcleo central y nacional del partido ha sido una calamidad; y dudo mucho que el PP obtenga un solo voto más en Andalucía rindiéndose a la estrategia de Chaves, que no era otra que la de disimular la fechoría anticonstitucional del Estatuto catalán, como por otra parte se hartó de denunciar el PP.
Pues bien, he ahí las Baleares, la Comunidad Valenciana, Aragón, Andalucía, La Mancha y, muy pronto, Galicia; seis cartuchos, seis, para la voladura controlada del Estado de las Autonomías, enterrado en Cataluña y amortajado en el País Vasco y Navarra. ¡Qué más quería el Constitucional! Maragall podía haberse ahorrado una pasta en informes: el de Tremp y el del otro de la otra.
Brillante el PP: saldando el Estado y la Nación; y, encima, alimentando el déficit.
El político gallego, al que creíamos prudente, se ha lanzado de cabeza a la reforma del Estatuto de Andalucía, queriendo convencernos a la vez de dos cosas: que era del todo innecesario y que era particularmente necesario colaborar en su innecesaria factura para mejorarlo mucho. En rigor, lo que ha mejorado muy poco es el PP como alternativa nacional a la disolución promovida por la alianza de izquierdistas y nacionalistas. Ya se puede poner como se ponga don Mariano, y ya puede hacer fintas, jeribeques y fullerías Javier Arenas, que a los cuatro millones de ciudadanos que pusieron su firma y su número de carné en contra del Estatuto de Cataluña se les ha puesto cara de idiotas. ¡Otra vez el timo del consenso!
Vivimos un proceso acelerado de destrucción nacional, que en parte es crimen y en parte suicidio. El crimen es izquierdista y el suicidio es derechista; pero, en cualquier caso, ambos convertirán a España en cadáver. Luego vendrán los historiadores a repartir responsabilidades, pero a la Nación más antigua de Europa ya le dará lo mismo.
A burro muerto, la cebada al rabo. Y a Rajoy se le ha puesto cara de enterrador o, al menos, de colaborador de Funerarias Progres SA, cuando sus votantes lo querríamos ver en hábito de jefe de la oposición, es decir, de El Cobrador del Frac. En apenas tres días, Rajoy ha afirmado que el fracaso del PPC en las elecciones catalanas es un éxito; y ha respaldado en persona, sin ninguna necesidad, la estrategia de rendición preventiva ante el PSOE sagazmente ideada por Arenas en Andalucía. Doble ahorcamiento: la estrategia de Piqué de distanciarse del núcleo central y nacional del partido ha sido una calamidad; y dudo mucho que el PP obtenga un solo voto más en Andalucía rindiéndose a la estrategia de Chaves, que no era otra que la de disimular la fechoría anticonstitucional del Estatuto catalán, como por otra parte se hartó de denunciar el PP.
Pues bien, he ahí las Baleares, la Comunidad Valenciana, Aragón, Andalucía, La Mancha y, muy pronto, Galicia; seis cartuchos, seis, para la voladura controlada del Estado de las Autonomías, enterrado en Cataluña y amortajado en el País Vasco y Navarra. ¡Qué más quería el Constitucional! Maragall podía haberse ahorrado una pasta en informes: el de Tremp y el del otro de la otra.
Brillante el PP: saldando el Estado y la Nación; y, encima, alimentando el déficit.
Comentarios:
ahora si que estamos en cabeza, po que el zapatero a aruinado a españa, nada mas sabe hablar de los terrorista y los españoles sufriendo por la economia, tendriamos que estar nosotros los populares,marianorajoi en cabeza, llebando a españa y a los españoles, sin tanta emigracion,y con una mas ampliacion de subida de salarios y ampliar las ventas pactando con los paises colindante, para una buena colaboracion con los bancos estranjeros, dandoles las hipotecas e inyectando capital, atraves de las hipotecas,viva mariano ajoi, david jimenez diaz