21.12.06
COMENTARIOS LIBERALES Tonticio de invierno FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
21-12-06
COMENTARIOS LIBERALES
Tonticio de invierno
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
La cursi anticlerigalla que nos mangonea y desgobierna ha dado ahora en paganizar las Navidades, curiosamente las fiestas de origen religioso más secularizadas en todo el ancho mundo. Y supongo que el día en que lo dicte la Logia rebautizarán los nombres de los meses como en la Revolución Francesa y Zapatero decretará el culto a la Diosa Razón.
No sé si en homenaje a la II República y a la famosa escena de los milicianos fusilando al Corazón de Jesús, los memoriosos cuanto ignaros zapateristas fusilarán alguna escultura de Juan de Avalos al pie de la cruz del Valle de los Caídos. No obstante, cualquier fechoría de la Alianza de Civilizaciones quedará mejor situándola en Brumario que en Abril. Cuanto más confuso, mejor.
(.../...)
Si no recuerdo mal, fue baturro el magín que urdió hace unos años el rebautismo pijiprogre de la Navidad como solsticio de invierno, pero ha sido en este dichoso 2006, consagrado a la memoria selectiva, cuando se ha afianzado y generalizado como gesto de tremebunda rebeldía contra la Historia. Por supuesto, sólo la de nuestra civilización occidental y cristiana. Las demás, aunque sean menos civilización y estén pervertidas por la occidentalización, también son menos cristianas, así que debemos conservarlas, mimarlas, protegerlas y subvencionarlas. Del Belén sólo conservarían el caganer; y de las fiestas navideñas, la mona de Pascua. No en balde ha sido éste también el año de la consagración de los derechos de los grandes Simios y de todos los orangutanes, chimpancés y macacos diversos que se rascan las pulgas o se aporrean el pecho mientras merodean por los escombros de España.
Tampoco recuerdo en qué blog de Internet he leído estos días lo de rebautizar a su vez a las rebautizadas Navidades como «tonticio» en vez de solsticio de invierno, pero la idea me parece extraordinaria. Por ejemplo, igual que se jura o promete el respeto a la Constitución al jurar un cargo -aunque poco le importe la Constitución al zapaterismo- podremos a partir de ahora felicitar las Pascuas añadiendo una reverencia intelectual masónica y posmoderna que deje con los ojos a cuadros a las porteras, tan gratas al socialismo desde tiempos de Boyer como metáfora de la España popular y berroqueña. «Éste es un país de porteras», dijo Miguel cuando se lió con Isabel, pero ahí está su bella Ana, dicen que listísima, brillando en el ¡Hola!, así que las porteras no se equivocaron al avizorar su futuro en alas del chisme de chiscón.
La tribu zapateril felicitará, en vez de las Pascuas, el solsticio de invierno. Y los que aborrecemos a esta cursi anticlerigalla la felicitaremos por el tonticio de invierno. Aunque, desde luego, para ellos todo el año es Navidad.
No sé si en homenaje a la II República y a la famosa escena de los milicianos fusilando al Corazón de Jesús, los memoriosos cuanto ignaros zapateristas fusilarán alguna escultura de Juan de Avalos al pie de la cruz del Valle de los Caídos. No obstante, cualquier fechoría de la Alianza de Civilizaciones quedará mejor situándola en Brumario que en Abril. Cuanto más confuso, mejor.
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Si no recuerdo mal, fue baturro el magín que urdió hace unos años el rebautismo pijiprogre de la Navidad como solsticio de invierno, pero ha sido en este dichoso 2006, consagrado a la memoria selectiva, cuando se ha afianzado y generalizado como gesto de tremebunda rebeldía contra la Historia. Por supuesto, sólo la de nuestra civilización occidental y cristiana. Las demás, aunque sean menos civilización y estén pervertidas por la occidentalización, también son menos cristianas, así que debemos conservarlas, mimarlas, protegerlas y subvencionarlas. Del Belén sólo conservarían el caganer; y de las fiestas navideñas, la mona de Pascua. No en balde ha sido éste también el año de la consagración de los derechos de los grandes Simios y de todos los orangutanes, chimpancés y macacos diversos que se rascan las pulgas o se aporrean el pecho mientras merodean por los escombros de España.
Tampoco recuerdo en qué blog de Internet he leído estos días lo de rebautizar a su vez a las rebautizadas Navidades como «tonticio» en vez de solsticio de invierno, pero la idea me parece extraordinaria. Por ejemplo, igual que se jura o promete el respeto a la Constitución al jurar un cargo -aunque poco le importe la Constitución al zapaterismo- podremos a partir de ahora felicitar las Pascuas añadiendo una reverencia intelectual masónica y posmoderna que deje con los ojos a cuadros a las porteras, tan gratas al socialismo desde tiempos de Boyer como metáfora de la España popular y berroqueña. «Éste es un país de porteras», dijo Miguel cuando se lió con Isabel, pero ahí está su bella Ana, dicen que listísima, brillando en el ¡Hola!, así que las porteras no se equivocaron al avizorar su futuro en alas del chisme de chiscón.
La tribu zapateril felicitará, en vez de las Pascuas, el solsticio de invierno. Y los que aborrecemos a esta cursi anticlerigalla la felicitaremos por el tonticio de invierno. Aunque, desde luego, para ellos todo el año es Navidad.