31.5.06
Tongo fino
31-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Tongo fino
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
En el Debate sobre el estado de la Nación me ha decepcionado el discurso de Rajoy y no me ha sorprendido el de Zapatero. Quiero decir que, como siempre, me ha horrorizado el presidente del Gobierno, síntesis no precisamente admirable de vanidad tontiloca y aventurerismo suicida, de sectarismo y de irresponsabilidad.Pero el bálsamo que suele suponer para todo aquel que se opone al Gobierno el fiero discurso alternativo de la oposición, esta vez no ha suavizado nada, salvo su propia condición curativa.Rajoy ha protagonizado un tongo fino, pero tongo al fin, sacando de la pelea parlamentaria lo más grave que sucede en España, lo que corona y explica la oscura y tortuosa acción de Gobierno de estos dos años aciagos. Y eso tan grave es el pacto del PSOE con ETA que permite comprender pasos previos tan disparatados y letales para la Nación como el del Estatuto de Cataluña. Tampoco puede separarse el pacto del PSOE con la ETA del fin del régimen constitucional del 78, denunciado por el PP, pero que por lo visto ya no está muerto, sino dormido, como decía de Felipe el Hermoso la viuda que se resistía a serlo, aquella desventurada conocida como Juana la Loca.
Hoy no es posible en España separar la lucha contra el terrorismo de la lucha contra el separatismo ni de la lucha por la libertad.Rajoy lo ha hecho. No es posible dar un cheque en blanco al Gobierno en sus tratos con ETA. Rajoy lo ha hecho. No es posible separar el Estatuto de Cataluña del trato con ETA. Rajoy lo ha hecho.No es posible separar el atropello general de las libertades constitucionales de las agresiones particulares sufridas por los militantes del PP, especialmente en el caso Bono, porque la proscripción de los derechos civiles se produce sólo contra la derecha, sólo desde la izquierda y siempre con un espíritu y un discurso de exaltación guerracivilista. Rajoy lo ha hecho.De la detención ilegal de sus militantes y la condena a varios años de cárcel de policías de confianza del PSOE como el famoso Comisario Ruiz, apenas una breve mención, de pasada y en una réplica. ¿Pero y del 11-M? Más tongo. Ni palabra sobre el pecado original del régimen zapateril, sobre el mayor escándalo político y judicial de estos dos años, inseparable, también, del pacto de Zapatero y ETA. En resumen: ¿ha dicho Rajoy algo sobre algo? No. Ha dicho mucho sobre nada. Lo ha dicho bien, por supuesto, pero eso agrava el tongo. Al hablar de la división deliberadamente buscada por ZP, Rajoy se ha instalado en el buenismo pasota y ha negado que ningún partido de hoy tenga que ver con los del 36. ¡Hable por el PP, no por quienes reivindican la II República! En fin, ZP fue ayer el descarado jefe de la oposición a la oposición y Rajoy volvió a parecer el vicepresidente de un Gobierno íntima, incurablemente, descabezado.
Hoy no es posible en España separar la lucha contra el terrorismo de la lucha contra el separatismo ni de la lucha por la libertad.Rajoy lo ha hecho. No es posible dar un cheque en blanco al Gobierno en sus tratos con ETA. Rajoy lo ha hecho. No es posible separar el Estatuto de Cataluña del trato con ETA. Rajoy lo ha hecho.No es posible separar el atropello general de las libertades constitucionales de las agresiones particulares sufridas por los militantes del PP, especialmente en el caso Bono, porque la proscripción de los derechos civiles se produce sólo contra la derecha, sólo desde la izquierda y siempre con un espíritu y un discurso de exaltación guerracivilista. Rajoy lo ha hecho.De la detención ilegal de sus militantes y la condena a varios años de cárcel de policías de confianza del PSOE como el famoso Comisario Ruiz, apenas una breve mención, de pasada y en una réplica. ¿Pero y del 11-M? Más tongo. Ni palabra sobre el pecado original del régimen zapateril, sobre el mayor escándalo político y judicial de estos dos años, inseparable, también, del pacto de Zapatero y ETA. En resumen: ¿ha dicho Rajoy algo sobre algo? No. Ha dicho mucho sobre nada. Lo ha dicho bien, por supuesto, pero eso agrava el tongo. Al hablar de la división deliberadamente buscada por ZP, Rajoy se ha instalado en el buenismo pasota y ha negado que ningún partido de hoy tenga que ver con los del 36. ¡Hable por el PP, no por quienes reivindican la II República! En fin, ZP fue ayer el descarado jefe de la oposición a la oposición y Rajoy volvió a parecer el vicepresidente de un Gobierno íntima, incurablemente, descabezado.
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30.5.06
La coartada
30-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
La coartada
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Zapatero ha tenido el gesto, muy poco ingenuo, de adelantar la clave del Debate sobre el estado de la Nación que empieza hoy.Ha dicho que hablará con ETA «del futuro de sus integrantes», lo cual confirma que el inquilino monclovita, más poseído que nunca de su papel providencial, cronohistórico y caudillista, ha asumido ya por su cuenta y riesgo los tres poderes del Estado: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Sin mayoría absoluta en el Parlamento, Zapatero está decidiendo por mayoría simple cualquier aberración por disparatada y anticonstitucional que sea, por ejemplo, los Estatutos de Cataluña y Andalucía, que destruyen la Nación y trituran la Constitución. Y al margen de las leyes y de los jueces, se proclama dispuesto a negociar con la banda terrorista ETA nada menos que el futuro de unos asesinos que nunca se han arrepentido de sus crímenes, ni pedido perdón a las víctimas ni variado un ápice su programa político: la construcción de un régimen racista-socialista en el País Vasco y Navarra.
Por eso Otegi anuncia en México que en 2008, cuando ZP debe convocar y, con la ayuda etarra, ganar las elecciones generales, los etarras fundarán ese régimen «republicano y socialista». Huelga decir que dictatorial, pero lo aclaro para lerdos progres: cuando un régimen se proclama socialista es porque no permite alternativa política que no sea más de lo mismo, o sea, socialismo. En el régimen euskonazi de los nuevos amigos de Zapatero, gente de paz con discurso de paz como Otegi o Ternera, no se podrá cambiar de Gobierno mediante el voto. Y es lógico: no han rechazado las urnas y han matado a tantísima gente durante 30 años para jugarse el poder absoluto del tiro en la nuca en unas míseras elecciones.No habrá democracia en Euskal Herria. No la hay donde manda la ETA. Pero ese régimen entre Castro y Milosevic es el que Zapatero quiere traer al mundo, el que ha asociado a su futuro, la cesta donde ha puesto todos los huevos de la granja, con permiso del gallo Polanco. Prisacrem Gallina Blanca.
Despreciando el Parlamento, Zapatero no sólo ha dicho en una radio nacionalista catalana que negociará con los etarras el Estado de Derecho, sino también que necesita una oposición que le ayude en ese proceso de paz que su Gobierno lleva a medias con la ETA. Dice que algunos líderes del PP no le ayudan con su discurso, pero sugiere con ello que, en cambio, otros sí le ayudan o están dispuestos a ayudarle, así su interlocutor personal Rajoy. El papel del PP en el futuro régimen zapateril, también republicano y socialista, es el de coartada institucional para desmantelar las instituciones. Pues bien, hoy veremos si Rajoy está dispuesto a asumir ese papel.
Arriolacaba dice que sí, que sí.
Sin mayoría absoluta en el Parlamento, Zapatero está decidiendo por mayoría simple cualquier aberración por disparatada y anticonstitucional que sea, por ejemplo, los Estatutos de Cataluña y Andalucía, que destruyen la Nación y trituran la Constitución. Y al margen de las leyes y de los jueces, se proclama dispuesto a negociar con la banda terrorista ETA nada menos que el futuro de unos asesinos que nunca se han arrepentido de sus crímenes, ni pedido perdón a las víctimas ni variado un ápice su programa político: la construcción de un régimen racista-socialista en el País Vasco y Navarra.
Por eso Otegi anuncia en México que en 2008, cuando ZP debe convocar y, con la ayuda etarra, ganar las elecciones generales, los etarras fundarán ese régimen «republicano y socialista». Huelga decir que dictatorial, pero lo aclaro para lerdos progres: cuando un régimen se proclama socialista es porque no permite alternativa política que no sea más de lo mismo, o sea, socialismo. En el régimen euskonazi de los nuevos amigos de Zapatero, gente de paz con discurso de paz como Otegi o Ternera, no se podrá cambiar de Gobierno mediante el voto. Y es lógico: no han rechazado las urnas y han matado a tantísima gente durante 30 años para jugarse el poder absoluto del tiro en la nuca en unas míseras elecciones.No habrá democracia en Euskal Herria. No la hay donde manda la ETA. Pero ese régimen entre Castro y Milosevic es el que Zapatero quiere traer al mundo, el que ha asociado a su futuro, la cesta donde ha puesto todos los huevos de la granja, con permiso del gallo Polanco. Prisacrem Gallina Blanca.
Despreciando el Parlamento, Zapatero no sólo ha dicho en una radio nacionalista catalana que negociará con los etarras el Estado de Derecho, sino también que necesita una oposición que le ayude en ese proceso de paz que su Gobierno lleva a medias con la ETA. Dice que algunos líderes del PP no le ayudan con su discurso, pero sugiere con ello que, en cambio, otros sí le ayudan o están dispuestos a ayudarle, así su interlocutor personal Rajoy. El papel del PP en el futuro régimen zapateril, también republicano y socialista, es el de coartada institucional para desmantelar las instituciones. Pues bien, hoy veremos si Rajoy está dispuesto a asumir ese papel.
Arriolacaba dice que sí, que sí.
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29.5.06
Hacer de Estado
29-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Hacer de Estado
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Dice Rubalcaba que «vamos a tener que hacer de Estado en Africa» ante la incapacidad de algunos países para guardar las fronteras, hacer cumplir las leyes y garantizar el cumplimiento básico de los convenios y acuerdos internacionales. Por una vez, lo que dice Rubalcaba no es una mentira vulgar barnizada de malicia politiquera o una politiquería mentirosa con barniz malicioso y navajero. En realidad, eso de «hacer de Estado» donde no gobernamos es lo que viene haciendo el Gobierno de Zapatero en España desde que llegó al poder. Y, por supuesto, Rubalcaba, desde que llegó a Interior.
¿Qué es eso de mandar a centenares de guardias civiles a proteger los chalés catalanes asaltados por esas mafias violentísimas que se han dado cuenta de que en España ya no hay ley salvo para cuidar al delincuente? ¿Qué pinta esa misma Guardia Civil que ha sido expulsada afrentosamente de la Cataluña nacionalista volviendo de esforzados guardeses de fincas y chalés particulares, no sea que los votantes del Estatuto piensen que esto del separatismo amontillado es muy mal negocio y que se fiaban más de la Benemérita que de los Mossos d'Esquadra? ¿Por qué «hacemos de Estado» en Cataluña cuando según el Estatuto del propio Zapatero que se vota en 20 días ya no somos ni Gobierno, cuando lo que decida el parlamento catalán es de hecho inamovible, cuando las relaciones de Cataluña con España son bilaterales, de igual a igual, entre estados de hecho diferenciados como corresponde a naciones distintas? ¿Es que el último servicio de la Benemérita a España va a ser ayudar a la liquidación de España, fingiendo que el Estatuto no afectará a la presencia de fuerzas del orden con tradición y credibilidad? Pues sí. Parece que ese es el papel reservado por Rubalcaba a los guardias civiles recién salidos de la Academia: ser la coartada electoral del separatismo, de la liquidación del Estado y de la voladura relativamente controlada de la nación.Porque cuando los guardias firman ese contrato público de Todo por la patria, ¿se refieren a Cataluña? Evidentemente, no. ¿Les van a dejar cumplir su tarea allí como en Huesca o Albacete? Ni hablar. ¿Tiene algún futuro la Benemérita en Cataluña después de votar el Estatuto? Ninguno. ¿Y a qué va? ¿A «hacer de Estado», donde se ha renunciado a serlo?
¿Y vamos a hacer en Mauritania lo que hemos renunciado a ser en Cataluña? Tampoco. Según Alonso, la Armada está para «vigilar las fronteras», pero, ojo, «la inmigración ilegal no es un problema de naturaleza militar». La Armada, dice, está para «socorrer, auxiliar, salvar vidas y realizar operaciones humanitarias».¿Y qué se le pide que haga en Canarias sino eso? «Hacer de Estado» aunque no lo sea y nadie se lo crea.
¿Qué es eso de mandar a centenares de guardias civiles a proteger los chalés catalanes asaltados por esas mafias violentísimas que se han dado cuenta de que en España ya no hay ley salvo para cuidar al delincuente? ¿Qué pinta esa misma Guardia Civil que ha sido expulsada afrentosamente de la Cataluña nacionalista volviendo de esforzados guardeses de fincas y chalés particulares, no sea que los votantes del Estatuto piensen que esto del separatismo amontillado es muy mal negocio y que se fiaban más de la Benemérita que de los Mossos d'Esquadra? ¿Por qué «hacemos de Estado» en Cataluña cuando según el Estatuto del propio Zapatero que se vota en 20 días ya no somos ni Gobierno, cuando lo que decida el parlamento catalán es de hecho inamovible, cuando las relaciones de Cataluña con España son bilaterales, de igual a igual, entre estados de hecho diferenciados como corresponde a naciones distintas? ¿Es que el último servicio de la Benemérita a España va a ser ayudar a la liquidación de España, fingiendo que el Estatuto no afectará a la presencia de fuerzas del orden con tradición y credibilidad? Pues sí. Parece que ese es el papel reservado por Rubalcaba a los guardias civiles recién salidos de la Academia: ser la coartada electoral del separatismo, de la liquidación del Estado y de la voladura relativamente controlada de la nación.Porque cuando los guardias firman ese contrato público de Todo por la patria, ¿se refieren a Cataluña? Evidentemente, no. ¿Les van a dejar cumplir su tarea allí como en Huesca o Albacete? Ni hablar. ¿Tiene algún futuro la Benemérita en Cataluña después de votar el Estatuto? Ninguno. ¿Y a qué va? ¿A «hacer de Estado», donde se ha renunciado a serlo?
¿Y vamos a hacer en Mauritania lo que hemos renunciado a ser en Cataluña? Tampoco. Según Alonso, la Armada está para «vigilar las fronteras», pero, ojo, «la inmigración ilegal no es un problema de naturaleza militar». La Armada, dice, está para «socorrer, auxiliar, salvar vidas y realizar operaciones humanitarias».¿Y qué se le pide que haga en Canarias sino eso? «Hacer de Estado» aunque no lo sea y nadie se lo crea.
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26.5.06
Glaucoma
26-05-06
ZOOM
Glaucoma
ARCADI ESPADA
El glaucoma es una grave y silenciosa enfermedad ocular. Empieza apoderándose de las células periféricas y paulatinamente va reduciendo el campo de visión del afectado. El centro permanece intacto, pero el enfermo acaba confundiendo el mundo con una cabeza de alfiler. El juez Del Olmo padece glaucoma en los dos ojos, y ha sido operado. Glaucoma hay de varios tipos y desconozco hasta qué punto los ojos del juez podrán recuperarse. La enfermedad y sus características surtirán de un arsenal metafórico a los críticos del juez, partidarios de la teoría de la conspiración en torno al atentado del 11 de marzo. ¿Qué garantías de acierto puede dar un hombre que ha visto gravemente comprometida la visión periférica y cuya inteligencia (al fin y al cabo mero resultado de procesos físicos) sólo atiende a un centro obsesivo, dominante? Eso dirán. Mi absoluta renuencia a las tesis conspirativas y mi convencimiento de que lo peor del atentado del 11 de marzo es que todo lo fundamental se sabe (ninguna conspiración nos redimirá de su burdo carácter, de su estremecedora facilidad logística, de la vulgaridad -se me permita-con que pueden liquidarse de un golpe a 191 seres humanos) me impide abandonarme a estas metáforas de ángulo cerrado. Pero no, no quiero, a las metáforas que se derivan del relato que Manuel Marraco ponía ayer en boca del secretario del juez: «Físicamente agotado, haciendo uso continuo del colirio y pegado a una pantalla de ordenador de enormes dimensiones porque su visión le impedía ya trabajar en una normal, fue completando las 1.460 páginas del auto de procesamiento». Una mosca (sus ojos) obsesivamente pegada a una ventana, que busca en el cristal su luz y su alimento. Es probable que el juez Del Olmo haya cometido errores en su instrucción. Creo, incluso, que alguno de ellos ha facilitado la emergencia de las teorías más imaginativas.Pero su actitud es un símbolo profundo y emocionante. Afecta a la raíz íntima de la democracia, del sistema de convivencia y a la imprescindible búsqueda de la verdad a la que está obligado un servidor del Estado. Los ojos del juez van arriba y abajo de la descomunal pantalla, comprobando nombres, descartando hipótesis, atando cabos, trazando algunas pocas líneas rectas y orgullosas, tan difíciles en una naturaleza que se deleita y muere por la curva. Días y noches. En medio además, los problemas personales, los afectos desmoronados, la presión de los periódicos, el juego glorioso e infame de la vida. Y el glaucoma cerrando el ángulo.De acuerdo, con errores. Incluso con graves errores. ¿Pero qué hay al otro lado, enfrente de los ojos difíciles del Estado? Enfrente está la bomba: fácil, amoral y sin formato, como la mierda.
(Coda: «El portón está atrancado, y tras él, el último héroe vela sus armas, solo, como si fuera el principio, empantanado de sueño, sin escudero ni fe. Viejo hasta la humedad, con su espada como lastre, artrítico, terco, solemne, mira tras su glaucoma los fantasmas que navegan a través de la noche» [Héctor Alarcón]).
(Coda: «El portón está atrancado, y tras él, el último héroe vela sus armas, solo, como si fuera el principio, empantanado de sueño, sin escudero ni fe. Viejo hasta la humedad, con su espada como lastre, artrítico, terco, solemne, mira tras su glaucoma los fantasmas que navegan a través de la noche» [Héctor Alarcón]).
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Los instruidos
26-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Los instruidos
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
El secretario judicial del juez Del Olmo habrá querido, sin duda, defenderlo ante el expediente abierto por el CGPJ, pero lo ha hecho de tal forma que ha terminado de hundirlo. Sostiene el secretario Velasco que el sumario más importante y de mayor densidad y gravedad política de nuestra Historia lo ha instruido un juez prácticamente ciego y en un estado de nervios terrible, incapaz de resistir la presión de los medios de comunicación (como si el 11-M fuera un caso de multa de tráfico, que sólo interesa al pagano y al guardia) y que hay que entender y disculpar que cometa errores como el de dejar salir de la cárcel a un imputado, porque el pobre juez hace más de lo que puede. Pero no hace lo que debe, que es renunciar a la instrucción de un caso para el que carece de fortaleza física y psicológica y en el que más que instruir él está siendo instruido por la Policía de Zapatero, que le ha llenado de pruebas falsas el sumario.
La descripción del juez es tremenda: «Físicamente agotado, haciendo continuo uso del colirio y pegado a una pantalla de ordenador de enormes dimensiones porque su visión le impedía ya trabajar en una normal». ¿Y en esas condiciones de tan manifiesta incapacidad física no han tenido el juez Del Olmo ni los que le rodean, empezando por el solícito Velasco, la honradez elemental de solicitar la baja? ¿Cree alguien que un juez en ese estado puede sacar adelante una instrucción tan compleja como la de la masacre del 11-M, perpetrada para cambiar radicalmente el Gobierno y la política española? ¿Es que los casi 200 muertos, los 1.500 heridos y el golpe a la democracia española no merecen un juez en perfecto estado físico y psicológico? ¿Qué graves compromisos ha contraído el juez -y con qué instancias políticas o judiciales- para mantenerse en la instrucción de semejante caso cuando, además de ser evidentemente incapaz de redactar correctamente, prácticamente no puede leer una línea sin esfuerzo?
¿Por qué este empeño del Gobierno, especialmente del antifiscal Cándido, de mantener al juez Del Olmo en el caso pese a la evidencia de que es incapaz de sacar adelante el sumario? ¿Por qué salir a defenderlo pese a haber comprobado todos los que han querido asomarse al océano de folios que estamos ante una elefantiásica ilustración del corta y pega típico de los malos estudiantes?
Pues, evidentemente, porque hasta ahora el juez se ha tragado las pruebas falsas como los antiguos tragasables del Circo Price, sin esfuerzo aparente. Porque la incapacidad física y psicológica del juez Del Olmo es la ideal para un caso que, si por el Gobierno fuera, no llegaría a juicio. Ayer creíamos que el juez no podía con el caso. Hoy sabemos que debe dejarlo cuanto antes.
La descripción del juez es tremenda: «Físicamente agotado, haciendo continuo uso del colirio y pegado a una pantalla de ordenador de enormes dimensiones porque su visión le impedía ya trabajar en una normal». ¿Y en esas condiciones de tan manifiesta incapacidad física no han tenido el juez Del Olmo ni los que le rodean, empezando por el solícito Velasco, la honradez elemental de solicitar la baja? ¿Cree alguien que un juez en ese estado puede sacar adelante una instrucción tan compleja como la de la masacre del 11-M, perpetrada para cambiar radicalmente el Gobierno y la política española? ¿Es que los casi 200 muertos, los 1.500 heridos y el golpe a la democracia española no merecen un juez en perfecto estado físico y psicológico? ¿Qué graves compromisos ha contraído el juez -y con qué instancias políticas o judiciales- para mantenerse en la instrucción de semejante caso cuando, además de ser evidentemente incapaz de redactar correctamente, prácticamente no puede leer una línea sin esfuerzo?
¿Por qué este empeño del Gobierno, especialmente del antifiscal Cándido, de mantener al juez Del Olmo en el caso pese a la evidencia de que es incapaz de sacar adelante el sumario? ¿Por qué salir a defenderlo pese a haber comprobado todos los que han querido asomarse al océano de folios que estamos ante una elefantiásica ilustración del corta y pega típico de los malos estudiantes?
Pues, evidentemente, porque hasta ahora el juez se ha tragado las pruebas falsas como los antiguos tragasables del Circo Price, sin esfuerzo aparente. Porque la incapacidad física y psicológica del juez Del Olmo es la ideal para un caso que, si por el Gobierno fuera, no llegaría a juicio. Ayer creíamos que el juez no podía con el caso. Hoy sabemos que debe dejarlo cuanto antes.
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25.5.06
Las rosas
25-05-06
Las rosas
DAVID GISTAU
Las rosas blancas, se hacen llamar. Cada día 24, un coro de actrices remedará a las vestales que tapizaban con pétalos el camino del César. La infantería pancartera, que en tiempos de Aznar, enamorada de su propio reflejo en el estanque, ocupó la garita de la vigilancia crítica, acude ahora a la llamada del amo para decorar un triunfo, el de Zetapé, en el que aceptará cualquier función salvo recordar al presidente que también él es mortal. Algo tardío este compromiso por la paz del que no tuvimos noticia cuando había que arropar en su entierro casi clandestino a un guardia civil asesinado.O cuando la reserva moral del cine olvidaba pegarse en la solapa el No a ETA cada vez que acudía a San Sebastián fingiendo creer que más allá del cóctel no ocurría nada.
(.../...)
El No a la guerra consagró una relación de favores mutuos entre Zetapé y la farándula. Que ya estaba cohesionada por una naturaleza sectaria que purga a los disidentes y que además tenía una cercanía con el público que la convertía en herramienta ideal para cualquier campaña de agit-prop como las programadas desde la nueva checa de Bellas Artes.
Cumplida la misión de demolición, sospechábamos que la unidad de abajofirmantes se disolvería para dedicarse en adelante a pasar por caja a cobrar prebendas, premios y subvenciones como los que han ido cayendo en goteo para recompensar diagnósticos políticos tan atinados y ecuánimes como aquél de Almodóvar en que nos advertía de la inminencia de un golpe de Estado urdido por el PP. O de este otro igual de acertado de Boris Izaguirre, que ayer mismo contribuyó al proceso de beatificación del terrorismo declarando en la Ser que ETA se le antoja un modelo de democracia superior al representado por el primer partido de la oposición: ya está Carmen Calvo revisando qué premios quedan vacantes para conceder uno a este pensador orgánico, a esta conejita de la piscina de Moncloa.
Pero resulta que la infantería pancartera no había sido licenciada.Tan solo estaba replegada en retaguardia a la espera de que Zetapé dijera ven, que entonces lo dejan todo. Justo cuando las encuestas revelan el mosqueo ciudadano por la postración ante ETA, justo cuando no hay verificación que oculte que los terroristas siguen llevándose la mano a la pistola, Zetapé aprieta un botón y los abajofirmantes de guardia se deslizan por la barra como los bomberos para acudir al rescate propagandístico. Las rosas blancas no hacen sino perpetuar el hábito de entreguismo a una forma de poder de la que se sienten al mismo tiempo prolongación y artífice.
Anda que no hubo tiempo de repartir flores en Hernani, de asumir compromisos con cualquiera de los que miran los bajos del coche antes de arrancarlo.
(.../...)
El No a la guerra consagró una relación de favores mutuos entre Zetapé y la farándula. Que ya estaba cohesionada por una naturaleza sectaria que purga a los disidentes y que además tenía una cercanía con el público que la convertía en herramienta ideal para cualquier campaña de agit-prop como las programadas desde la nueva checa de Bellas Artes.
Cumplida la misión de demolición, sospechábamos que la unidad de abajofirmantes se disolvería para dedicarse en adelante a pasar por caja a cobrar prebendas, premios y subvenciones como los que han ido cayendo en goteo para recompensar diagnósticos políticos tan atinados y ecuánimes como aquél de Almodóvar en que nos advertía de la inminencia de un golpe de Estado urdido por el PP. O de este otro igual de acertado de Boris Izaguirre, que ayer mismo contribuyó al proceso de beatificación del terrorismo declarando en la Ser que ETA se le antoja un modelo de democracia superior al representado por el primer partido de la oposición: ya está Carmen Calvo revisando qué premios quedan vacantes para conceder uno a este pensador orgánico, a esta conejita de la piscina de Moncloa.
Pero resulta que la infantería pancartera no había sido licenciada.Tan solo estaba replegada en retaguardia a la espera de que Zetapé dijera ven, que entonces lo dejan todo. Justo cuando las encuestas revelan el mosqueo ciudadano por la postración ante ETA, justo cuando no hay verificación que oculte que los terroristas siguen llevándose la mano a la pistola, Zetapé aprieta un botón y los abajofirmantes de guardia se deslizan por la barra como los bomberos para acudir al rescate propagandístico. Las rosas blancas no hacen sino perpetuar el hábito de entreguismo a una forma de poder de la que se sienten al mismo tiempo prolongación y artífice.
Anda que no hubo tiempo de repartir flores en Hernani, de asumir compromisos con cualquiera de los que miran los bajos del coche antes de arrancarlo.
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Diálogo y fracaso
25-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Diálogo y fracaso
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Uno de los dogmas más indiscutidos y por ello más nefastos de la España democrática es el de considerar una obligación del gobierno de turno el diálogo con los terroristas para que abandonen el crimen y disuelvan su furia política en la democracia.
Aplicado sobre todo a los etarras, las distintas aplicaciones de ese dogma han supuesto y suponen un permanente balón de oxígeno para la banda marxista-separatista. En los gobiernos de UCD, de Suárez y Calvo Sotelo, nacía del complejo de origen franquista y de la debilidad ante un golpismo alimentado por el terrorismo.En González, siempre con Vera al aparato, fue una mezcla venezolana de guerra sucia (GAL) y apaño mafioso (Argel). En Aznar, en fin, fue un error no demasiado grave porque Mayor convenció a Aznar de que la tregua era una trampa, pero, en todo caso, y a mi juicio, un error. Claro que todo lo de UCD, PSOE y PP se ha quedado en nada si lo comparamos con el actual proceso de paz, que más bien parece el proceso de beatificación de Otegi en RTVE.
Como este PSOE de Polanco y Zapatero está a medio camino entre la caricatura leninista de los socialdemócratas en La revolución proletaria y el renegado Kautsky y el socialismo mediterráneo de los años 70, síntesis tercermundista de la demagogia frentepopulista a lo Mitterrand y el terrorismo petrodolarizado a lo Gadafi, el clásico balón de oxígeno a los etarras se ha convertido en una UCI modernísima, con soberbios equipos de reanimación y respiración asistida. Lo del PSOE con la ETA no es diálogo ni amor, sino sexo, placer a través de la sumisión e incluso el dolor, según acuñó en La venus de las pieles Leopold Sacher-Masoch, del que nace el término masoquismo.
Pero que Zapatero nos arrastre a una humillación histórica ante la ETA (que a su vez lo arrastrará a él al abismo electoral si el proceso termina como el de Kafka visto por Orson Welles) no es fruto de la torpeza masoquista del PRISOE, que se ha puesto en manos de la ETA sin necesidad y sin garantía. El error radica en la idea de diálogo. Sí, ya sé que sale siempre en las encuestas, pero eso no significa que los encuestados acierten. Mientras se mantenga la idea de que todo Gobierno español debe dialogar con la ETA en cuanto ésta deja creer que puede dejar el crimen, ese diálogo será un fracaso. Porque los etarras se han instalado en la idea de que, por mal que les vaya, siempre pueden pedir tiempo (muerto, cómo no) para rehacerse. Sólo si la doctrina fuera que el Gobierno jamás debe dialogar con los terroristas (como se haría si el terrorismo fuera de extrema derecha) es posible que ETA entre en barrena. Después de tantos años, su ruina sólo puede venir de dentro. Fuera, persecución judicial y policial. Y diálogo, jamás.
Aplicado sobre todo a los etarras, las distintas aplicaciones de ese dogma han supuesto y suponen un permanente balón de oxígeno para la banda marxista-separatista. En los gobiernos de UCD, de Suárez y Calvo Sotelo, nacía del complejo de origen franquista y de la debilidad ante un golpismo alimentado por el terrorismo.En González, siempre con Vera al aparato, fue una mezcla venezolana de guerra sucia (GAL) y apaño mafioso (Argel). En Aznar, en fin, fue un error no demasiado grave porque Mayor convenció a Aznar de que la tregua era una trampa, pero, en todo caso, y a mi juicio, un error. Claro que todo lo de UCD, PSOE y PP se ha quedado en nada si lo comparamos con el actual proceso de paz, que más bien parece el proceso de beatificación de Otegi en RTVE.
Como este PSOE de Polanco y Zapatero está a medio camino entre la caricatura leninista de los socialdemócratas en La revolución proletaria y el renegado Kautsky y el socialismo mediterráneo de los años 70, síntesis tercermundista de la demagogia frentepopulista a lo Mitterrand y el terrorismo petrodolarizado a lo Gadafi, el clásico balón de oxígeno a los etarras se ha convertido en una UCI modernísima, con soberbios equipos de reanimación y respiración asistida. Lo del PSOE con la ETA no es diálogo ni amor, sino sexo, placer a través de la sumisión e incluso el dolor, según acuñó en La venus de las pieles Leopold Sacher-Masoch, del que nace el término masoquismo.
Pero que Zapatero nos arrastre a una humillación histórica ante la ETA (que a su vez lo arrastrará a él al abismo electoral si el proceso termina como el de Kafka visto por Orson Welles) no es fruto de la torpeza masoquista del PRISOE, que se ha puesto en manos de la ETA sin necesidad y sin garantía. El error radica en la idea de diálogo. Sí, ya sé que sale siempre en las encuestas, pero eso no significa que los encuestados acierten. Mientras se mantenga la idea de que todo Gobierno español debe dialogar con la ETA en cuanto ésta deja creer que puede dejar el crimen, ese diálogo será un fracaso. Porque los etarras se han instalado en la idea de que, por mal que les vaya, siempre pueden pedir tiempo (muerto, cómo no) para rehacerse. Sólo si la doctrina fuera que el Gobierno jamás debe dialogar con los terroristas (como se haría si el terrorismo fuera de extrema derecha) es posible que ETA entre en barrena. Después de tantos años, su ruina sólo puede venir de dentro. Fuera, persecución judicial y policial. Y diálogo, jamás.
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24.5.06
PPanic Room
24-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
PPanic Room
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Que lo que sucede en Norteamérica, bueno, malo o regular, acaba sucediendo en España y en toda la Unión Europea pocos años después, es una ley sociológica convertida casi en lugar común. Casi.Por ejemplo, la independencia de los jueces y el respeto por parte del Ejecutivo y el Legislativo a la autonomía del Poder Judicial nunca se han dado del todo en España. Lástima. Pero las costumbres más tontas de la vida cotidiana, por ejemplo esa horrenda de llevar los pantalones tan bajos que arrastren por el suelo y muestren algo de lencería por arriba -al menos lo segundo-, las ha adoptado con fruición en la UE esa misma juventud adocenada tan convencionalmente antiamericana como perrunamente imitadora de todo lo norteamericano. Más grotesco aún es el caso de los titiriteros españoles, o franceses, que se proclaman enemigos mortales de los USA y de la máquina de sueños de Hollywood, pero que serían capaces de matar por un Oscar.
Sin embargo, esos achaques típicos de bellezas descerebradas y de la dictadura de lo políticamente correcto en el mundo del cine no son originales de Europa. Basta ver a las estrellas hollywoodienses de gira por la UE y sus declaraciones contra Bush para constatar que también el antiamericanismo es de lo más americano. Recuérdese a Jane Fonda pidiendo desde Vietnam del Norte a sus compatriotas que desertaran de lucha tan atroz. No para ella, claro. Atroz para el Vietnam del Sur cuando, sin perder una batalla, se fueron los americanos. Pero Jane ya no estaba allí para ayudar a los boat people. El titiritero progre se hace la foto, sale en la tele, finge peligro, coge el dinero y hasta otra.
La moda americana que más se imita hoy en España es de otro género aunque la conocemos también por Hollywood: La habitación del pánico (Panic Room), de Jodie Foster. Resulta tan terrible el aumento de los ataques violentísimos a los chalés de las urbanizaciones grandes o pequeñas que ya hay miles de conciudadanos en lista de espera para que les instalen esa habitación que puede convertirse en caja fuerte mientras llega la policía. Otra cosa es que se sepa o se pueda usar, pero como, de todas formas, los nuevos delincuentes propinan unas palizas tremendas cuanto innecesarias, la panic room cumple la misma función tranquilizadora de la pistola o la escopeta de caza. Lo que no sé es si, acostumbrados al asalto tele y radiodirigido de sus sedes, los del PP van a instalar en Génova 13 su habitación del pánico. Con el sucio apaño de ZP y ETA, tienen tal ataque de pavor demoscópico-electoral que Rajoy suele enviar a Acebes a combatir a los malos mientras él se queda puliendo sus discursos. ¿Dónde? Supongo que en la panic room del PP. Que, por supuesto, habrá instalado (y cobrado) Arriola.
Sin embargo, esos achaques típicos de bellezas descerebradas y de la dictadura de lo políticamente correcto en el mundo del cine no son originales de Europa. Basta ver a las estrellas hollywoodienses de gira por la UE y sus declaraciones contra Bush para constatar que también el antiamericanismo es de lo más americano. Recuérdese a Jane Fonda pidiendo desde Vietnam del Norte a sus compatriotas que desertaran de lucha tan atroz. No para ella, claro. Atroz para el Vietnam del Sur cuando, sin perder una batalla, se fueron los americanos. Pero Jane ya no estaba allí para ayudar a los boat people. El titiritero progre se hace la foto, sale en la tele, finge peligro, coge el dinero y hasta otra.
La moda americana que más se imita hoy en España es de otro género aunque la conocemos también por Hollywood: La habitación del pánico (Panic Room), de Jodie Foster. Resulta tan terrible el aumento de los ataques violentísimos a los chalés de las urbanizaciones grandes o pequeñas que ya hay miles de conciudadanos en lista de espera para que les instalen esa habitación que puede convertirse en caja fuerte mientras llega la policía. Otra cosa es que se sepa o se pueda usar, pero como, de todas formas, los nuevos delincuentes propinan unas palizas tremendas cuanto innecesarias, la panic room cumple la misma función tranquilizadora de la pistola o la escopeta de caza. Lo que no sé es si, acostumbrados al asalto tele y radiodirigido de sus sedes, los del PP van a instalar en Génova 13 su habitación del pánico. Con el sucio apaño de ZP y ETA, tienen tal ataque de pavor demoscópico-electoral que Rajoy suele enviar a Acebes a combatir a los malos mientras él se queda puliendo sus discursos. ¿Dónde? Supongo que en la panic room del PP. Que, por supuesto, habrá instalado (y cobrado) Arriola.
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23.5.06
Ignominioso
23-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Ignominioso
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Los únicos argumentos que me parecen imbatibles a favor del consenso dentro de un régimen constitucional son dos: el primero, que el régimen esté aún muy tierno y que se imponga la lealtad al sistema naciente por encima de la legítima disputa del poder por los partidos políticos; el segundo, que no se debe imponer a una parte importante de la ciudadanía actos de Gobierno que éste, por razones de orden moral, ni debe ni puede imponer. Ya sé que hablar de razones morales a propósito del Gobierno de Zapatero y Rubalcaba es tanto como perorar de castidad en casa de la madre Celestina: una forma de perder el tiempo. Sin embargo, mientras estos señores ocupen el Gobierno de España, hay que exigirles que se comporten como tal, y no como una banda que se ha hecho con el poder y está dispuesta a cualquier cosa por conservarlo. Ellos pueden haber renunciado a ejercer su cargo con dignidad. Nosotros no podemos dimitir de la obligación de exigírselo. Lo contrario equivaldría a instalarse en la ignominia y eso es algo tan grave que, de llevarse a cabo, ningún gobierno debería hacer por nosotros.
Tanto la forma como el fondo del anuncio de rendición del Gobierno Zapatero ante la ETA son absolutamente bochornosos. No cometeré la injusticia de achacarle a ZP esa «fatal arrogancia» que según Hayek padecen los socialistas, porque creo que Zapatero no opera en virtud de un error conceptual típicamente izquierdoso que le haría suponer que sabe sobre la realidad más que todos nosotros y está dispuesto a aprovechar su sabiduría para hacernos felices, queramos o no.
Creo que ZP se ha tirado a una piscina sin agua porque en ninguna charca terrorista se puede nadar, y aunque todo estuviera más pactado por socialistas y etarras de lo que parece, la naturaleza íntima del terrorismo debería hacer más prudente a éste y cualquier otro Gobierno al fiarse de ETA como interlocutor. No lo parece.Pero es que, en cualquier caso, no se puede imponer a la ciudadanía la equiparación de un Gobierno que, lo quiera o no, la representa en su totalidad, con una banda criminal que tiene en su haber un millar de cadáveres, decenas de miles de heridos y cientos de miles de exiliados. Ni Zapatero ni nadie tiene derecho a imponer a las víctimas del terror un final dialogado del terrorismo que ni puede ser dialogado ni tampoco es final. Sólo un consenso político abrumador podría hacerlo más o menos aceptable para la ciudadanía en general, y aún así resulta discutible que el Parlamento pueda arrogarse una generosidad que sólo deberían permitirse las víctimas.
Pero es que Zapatero se ha sentado ostentosamente a decidir nada menos que el futuro de España con la ETA sin el respaldo del PP, es decir, de media España. Eso, además de ignominioso, es un Golpe de Estado moral. Y, como tal, absolutamente ilegítimo.
Tanto la forma como el fondo del anuncio de rendición del Gobierno Zapatero ante la ETA son absolutamente bochornosos. No cometeré la injusticia de achacarle a ZP esa «fatal arrogancia» que según Hayek padecen los socialistas, porque creo que Zapatero no opera en virtud de un error conceptual típicamente izquierdoso que le haría suponer que sabe sobre la realidad más que todos nosotros y está dispuesto a aprovechar su sabiduría para hacernos felices, queramos o no.
Creo que ZP se ha tirado a una piscina sin agua porque en ninguna charca terrorista se puede nadar, y aunque todo estuviera más pactado por socialistas y etarras de lo que parece, la naturaleza íntima del terrorismo debería hacer más prudente a éste y cualquier otro Gobierno al fiarse de ETA como interlocutor. No lo parece.Pero es que, en cualquier caso, no se puede imponer a la ciudadanía la equiparación de un Gobierno que, lo quiera o no, la representa en su totalidad, con una banda criminal que tiene en su haber un millar de cadáveres, decenas de miles de heridos y cientos de miles de exiliados. Ni Zapatero ni nadie tiene derecho a imponer a las víctimas del terror un final dialogado del terrorismo que ni puede ser dialogado ni tampoco es final. Sólo un consenso político abrumador podría hacerlo más o menos aceptable para la ciudadanía en general, y aún así resulta discutible que el Parlamento pueda arrogarse una generosidad que sólo deberían permitirse las víctimas.
Pero es que Zapatero se ha sentado ostentosamente a decidir nada menos que el futuro de España con la ETA sin el respaldo del PP, es decir, de media España. Eso, además de ignominioso, es un Golpe de Estado moral. Y, como tal, absolutamente ilegítimo.
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22.5.06
El Himno del Mundial de la 6
Segundo es último
22-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Segundo es último
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Holgazaneando por internet, que se ha convertido en la coartada perfecta para trabajar sin dar golpe, me encuentro con este titular: «Ronaldinho: segundo y último es lo mismo». Naturalmente, mientras pulso la flechita para leerlo entero siento un dolor afilado a la altura de la memoria. «Hasta éste se mofa del Madrid -me digo-, ya ni los brasileños nos respetan». «Claro -continúo-, empieza el veterano Montejano, diciendo que de mayor quiere ser Laporta y acompañándolo como valet de chambre a París y se acaba convertido en el hazmerreír de los genios de alquiler». «Esto pasa -prosigo en mi magín, mientras en la ventana luminosa del ordenador siguen sin aparecer las declaraciones de Ronaldinho- por lo mal que funcionan los medios de comunicación. Mucho autobús en las Atarazanas y mucha muchedumbre, pero ya nadie se acuerda del Camp Nou con aquel gigantesco mapa de los Països Catalans en el centro del césped, dibujando el lebensraum o espacio vital del imperio nacionalista catalán que, con una o dos copas más, acaudillará Laporta». «España se hunde; -rumio, porque el ordenata no se abre- y el Madrid da risa: el año que no nos insulta Eto'o, se pitorrea Ronaldinho».
Llegado a ese punto de amarga reflexión sobre el sic transit, lo raudo de las glorias del mundo y lo infaliblemente humano de la ingratitud, por fin, ah, se abre la pantalla y... debo mandar todas mis reflexiones a la papelera de reciclaje. Ronaldinho no habla del Madrid sino del Brasil. No sugiere lo que todos sabemos: que para el Real Madrid, como para el Barcelona en las épocas de grandeza, quedar segundos y últimos es lo mismo. No.El brasileño dice que para su selección nacional de fútbol, quedar segunda o última en el Mundial es exactamente igual, porque todo lo que no sea ganar, supone para jugadores y aficionados una derrota inaceptable, demoledora, tristísima.
No hay mejor modo de explicar lo que significa el dominio, la hegemonía o el liderazgo en un campo cualquiera, de fútbol o de los otros.
Para los grandes, no hay derrotas pequeñas. Para los pequeños, todas las victorias son grandes. Nos zambullimos ahora en un turbio periodo electoral y nacional, cuyo calendario ha puesto Zapatero en manos de la ETA, y deberíamos medir nuestros deseos con la vieja vara de la realidad. España sólo podía aspirar a la derrota del terrorismo separatista. Todo lo que no fuera ganar, era perder. Para el terrorismo separatista, no perder ante España y no verse, como siempre, perseguido por el Poder, suponía la victoria. Jugar contra España de igual a igual lo es para ETA por partida doble: por lo que uno alcanza y lo que el otro acepta perder. Sí, Ronaldinho: ser segundo y último puede ser lo mismo.En España, también.
Llegado a ese punto de amarga reflexión sobre el sic transit, lo raudo de las glorias del mundo y lo infaliblemente humano de la ingratitud, por fin, ah, se abre la pantalla y... debo mandar todas mis reflexiones a la papelera de reciclaje. Ronaldinho no habla del Madrid sino del Brasil. No sugiere lo que todos sabemos: que para el Real Madrid, como para el Barcelona en las épocas de grandeza, quedar segundos y últimos es lo mismo. No.El brasileño dice que para su selección nacional de fútbol, quedar segunda o última en el Mundial es exactamente igual, porque todo lo que no sea ganar, supone para jugadores y aficionados una derrota inaceptable, demoledora, tristísima.
No hay mejor modo de explicar lo que significa el dominio, la hegemonía o el liderazgo en un campo cualquiera, de fútbol o de los otros.
Para los grandes, no hay derrotas pequeñas. Para los pequeños, todas las victorias son grandes. Nos zambullimos ahora en un turbio periodo electoral y nacional, cuyo calendario ha puesto Zapatero en manos de la ETA, y deberíamos medir nuestros deseos con la vieja vara de la realidad. España sólo podía aspirar a la derrota del terrorismo separatista. Todo lo que no fuera ganar, era perder. Para el terrorismo separatista, no perder ante España y no verse, como siempre, perseguido por el Poder, suponía la victoria. Jugar contra España de igual a igual lo es para ETA por partida doble: por lo que uno alcanza y lo que el otro acepta perder. Sí, Ronaldinho: ser segundo y último puede ser lo mismo.En España, también.
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21.5.06
A ZP le dan las prisas
20.5.06
El Código de la discordia
DOS PALABRAS
El Código de la discordia
@Federico Quevedo
Sábado, 20 de mayo de 2006
“Don Jesús, don Jesús, ¿es pecado ir a ver El Código Da Vinci?”. Don Jesús es el párroco de Santa María de Caná, una iglesia de culto mariano en Pozuelo de Alarcón que todos los domingos deja pequeñas las previsiones más optimistas de asistencia a Misa, y que serviría por si sola como la más sólida evidencia de que todo lo que se cuenta en el famoso best seller de Dan Brown y, ahora, en la película de Ron Howard que ayer se estrenó en nuestro país, es mentira. La feligresa insistió y don Jesús, con tono un tanto ceremonial, le dijo: “No hija, no es pecado. Pero es de tontos”. No por el hecho de ir a verla o de leer el libro, que al final es una cuestión que responde a la libertad de conciencia de cada uno, sino porque si a nadie le gustaría que en una película se dijeran falsedades o mentiras sobre sus padres, tampoco a un cristiano que sienta y viva su Fe debería agradarle que se extendiera la sospecha y la infamia sobre sus creencias más íntimas. Pero la prueba evidente de que esa imagen de secta oscura y tenebrosa de la Iglesia que tanto Dan Brown como Howard presentan en sus respectivas obras es tan falsa como Judas –¡que a cuento viene!- es, precisamente, que se han podido publicar y estrenar sin que nadie haya pretendido impedirlo, con el máximo respeto a la libertad que es la herencia del humanismo cristiano sobre la que hemos levantado el edificio de esta sociedad occidental y, por lo tanto, muy lejos de responder a los roles típicos de las sectas fundamentalistas. Seamos sinceros: si El Código Da Vinci en lugar de atacar, porque eso es lo que hace, al Cristianismo, hiciera lo mismo con el Islamismo pues, en fin, ya saben ustedes lo que pasó por unas caricaturas, así que imagínense como sería la respuesta.
(.../...)
Dios existe –por suerte- y ese es el meollo del asunto. Dios existe a pesar de tantísima gente que se ha empeñado en demostrar todo lo contrario, lo cual no deja de ser una prueba –poco ortodoxa desde el punto de vista teológico- de que está ahí. Pero, a pesar de las numerosas muestras de su presencia infinita, fundamentalmente se trata de una cuestión de Fe creer en Él, y la Fe juega un papel esencial a la hora de medir el nivel de felicidad del hombre. Y esa Fe es la que ha sostenido durante más de dos mil años el edificio que levantó San Pedro, la Iglesia de Cristo, la más fascinante aventura del ser humano: encontrarse con Dios. Les diré algo, permítanme que les abra un poco la intimidad de mi corazón... Al ponerme a escribir estas líneas había rodeado mi mesa con numerosos documentos sobre El Código Da Vinci, papeles y más papeles destinados a desmontar las numerosas falsedades que se cuentan en el libro, porque aunque su autor y el director de la película digan que se trata de una ficción, lo cierto es que utilizan elementos reales para construir una mentira, y sobre esa mentira han levantado toda una industria del marketing dirigida a la obtención de pingües beneficios, para lo cual no han dudado en herir la esencia del Cristianismo. Y, hombre, el fin no siempre justifica los medios, por más que para ello hayan contado con la benevolencia de una religión que se sostiene, precisamente, sobre la base de la misericordia y el amor a la libertad. Pero, dicho esto, no voy a acudir a los argumentos históricos o a las realidades evidentes para encadenar un desmentido tras otro de El Código Da Vinci. No, déjenme que les diga otras cosas.
Porque quizá el mejor argumento para desmentir El Código Da Vinci se encuentre, no en una sesuda reflexión histórico-religiosa, sino en nosotros mismos. Si algo ha tenido de bueno tanto el libro como la película es, precisamente, que ha puesto de moda el Cristianismo y, por lo tanto, suponen una oportunidad única para explicar de qué va nuestra Fe y, sobre todo, predicar con el ejemplo, que es la mejor manera de demostrar que lo que escribió Brown y dirigió Howard nada tiene que ver con la realidad. No es fácil, y por eso les decía que les abriría un poco mi intimidad. Los hombres somos débiles por naturaleza, fáciles de llevar a la complacencia y el acomodamiento, y yo no soy ninguna excepción. De alguna manera, durante un periodo largo de mi vida, la Fe fue algo lejano, distante. Supongo que a muchos de ustedes les pasaría tres cuartos de lo mismo, porque suele ser una experiencia muy habitual. Sigo siendo el mismo ser humano débil y acomodaticio, pero de alguna manera, y sobre todo a raíz de la muerte de Juan Pablo II, algo ha empezado a cambiar dentro de mí, y creo que Dios está un poco más cerca –o, mejor, yo lo siento más cerca-, a pesar de que como cualquiera de nosotros tropezaré una y mil veces de aquí al final de mi vida. Si les cuento esto es porque creo que a muchos de ustedes les habrá pasado algo parecido, si no lo mismo, o conocerán a otros que hayan vivido algo similar. Yo sí.
Y no es ninguna coincidencia que esta nueva marea de movimientos anti-cristianos haya coincidido, precisamente, con lo que se vino en llamar un tsunami de espiritualidad, de Fe. Desde la muerte de Juan Pablo II han sido centenares de miles de almas las que han llamado a la puerta de la Iglesia, y da la sensación de que Benedicto XVI ha recogido esas simientes y se ha empeñado en la ardua labor de regarlas con la doctrina, tan esencial en un momento en el que nuestra sociedad adolece de valores, algunos tan fundamentales para nuestra propia existencia como el de la libertad, y otros tan necesarios para el propio crecimiento interior de las personas como el de la Fe. En ese contexto, El Código Da Vinci no deja de ser una piedra más en el camino de la extensión del Evangelio, aunque a lo mejor, y gracias a que vivimos en un mundo en el que la información es accesible desde cualquier rincón, desde cualquier lugar –salvo en Cuba-, la curiosidad que la propia película despierta puede hacer que mucha gente se acerque al conocimiento de Cristo y del Evangelio. Esta es, probablemente, una gran oportunidad de hablar de Jesucristo, porque el interés por su figura, por su vida, renace en el corazón de mucha gente que parecía ajena a Él.
Creo que, de alguna manera, El Código Da Vinci es una llamada de atención a los propios cristianos, un recordatorio de que Cristo está ahí y que es la respuesta a muchas de las preguntas que nos hacemos diariamente, preguntas, muchas de ellas, referidas al sentido de la vida y a la propia muerte y, sobre todo, a la necesidad de amar. El hombre siempre ha buscado en lo sobrenatural la explicación a muchas de sus dudas, de ahí que la figura de Cristo y el interés que despierta explique en buena medida la difusión que ha tenido el best seller de Brown –muy criticado en el aspecto literario- y el que tendrá la película de Howard, a la que los críticos han puesto a caldo y de la que solo parece salvarse el trabajo de Tom Hanks. La religión, sobre todo la católica, y todo lo que le rodea, siempre ha tenido un especial atractivo, y más si detrás de ella se esconden sociedades oscuras y libidinosos predicadores, producto de la imaginación de algún autor con posibles. El silencio de los creyentes, el respeto a la libertad de los que optan por dañar nuestras creencias, la tolerancia en definitiva, no puede confundirse con una actitud vergonzante. El Código Da Vinci es una ofensa a los cristianos, y lo menos que puede hacer la misma sociedad que pide respeto para quienes alaban la película, es darnos a nosotros el derecho de réplica.
Yo no voy a ir a ver la película. Tengo derecho a no hacerlo y nadie puede criticarme por ello, ni siquiera por aconsejar a otros que sigan el mismo camino. Si fuéramos sinceros con nosotros mismos, rechazaríamos de plano una película que levanta falsos testimonios y mentiras sobre las creencias de la mayor parte de la sociedad occidental. Es como si un filme denunciara que realmente la empresa Sony esconde una red de mafias japonesas y trata de blancas... ¿Qué haría la multinacional nipona, productora de El Código Da Vinci? Lo imposible por evitar su distribución, aunque el director dijera que se trata de una ficción. ¿Por qué, entonces, no utilizamos el mismo rasero cuando se trata de ofender a millones de cristianos en todo el mundo? “Cristo sigue siendo vendido, ya no a los jefes del Sanedrín por treinta denarios, sino a editores y libreros por miles de millones de denarios”, afirmaba, recientemente, el predicador pontificio, Rainiero Cantalamessa. La formulación de sospechas y acusaciones contra el Cristianismo y contra la Iglesia –oscurantismo, secretismo, intrigas...- forma parte de la herencia racionalista y materialista de quienes siempre han pretendido la destrucción de una sociedad libre. Por eso, El Código Da Vinci no es solo una ofensa a los católicos: es, también, un ataque en toda regla en la línea de flotación de la democracia liberal cimentada en el humanismo cristiano.
fquevedo@elconfidencial.com
http://www.elconfidencial.com/opinion/indice.asp?id=1437
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19.5.06
PS de Caín
19-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
PS de Caín
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Si no hay un juez que lo impida, y eso en el caso de que el PPC vaya a los tribunales, la campaña del PSC para pedir el sí al Estatuto de Zapatero y Mas va a tener como eslogan esta pequeña joya intelectual: El PP usará tu no contra Cataluña. Como lo están leyendo. Todo lo que el partido de Maragall y Montilla puede decir a la ciudadanía es que voten contra el PP, por si acaso. ¿Por si acaso, qué? ¡Ah, no se sabe, pero por si acaso! No recuerdo una campaña similar ni siquiera por parte de los etasunos. Creo que lo más descarado que hicieron las criaturas de Otegi, cuando éste aún no era pareja de hecho de Cándido, fue aquello de donde más les duele o lo que más les duele en unas elecciones europeas. Y efectivamente, dolía que un partido capaz de jugar así con el terror y el crimen como gancho electoral pudiera presentarse a las elecciones y que la extrema izquierda en toda España votara a la ETA, que en eso nada ha cambiado desde tiempos de Carrero. El régimen, sí, de dictadura a democracia.La extrema izquierda, no: de dictadura a dictadura, de guerrilla a terrorismo, y siempre con un horizonte de crímenes como programa máximo. Muchos siguen aún en la Checa.
Pues si aquello de los batasunos era sibilinamente terrorista y descaradamente criminoso, esto del PSC pidiendo el voto contra el PP es nítidamente antidemocrático y groseramente miserable.La imputación a todo trapo de que el PP puede utilizar los votos que saque el no nada menos que contra Cataluña, como si Piqué fuera de Madrid, y como si Cataluña fueran Maragall y Artur Mas, o sea, el tripartito del 20% pasado por el 3% del pujolismo, constituye, a mi juicio, una de las demostraciones más desvergonzadas del sectarismo nacionalista catalán, el del Tinell y Perpiñán, que es el único discurso político de curso legal en aquella tierra, tan lejos aún de la democracia. También piden el no, y con más fuerza que el PPC, tan blandito, fuerzas tan opuestas como Ciutadans de Catalunya y Esquerra Republicana, pero de ese no prefieren no acordarse los demagogos amontillados, los favorecidos por la pedrea crediticia de la Caixa.
Una sola virtud tiene esta infame campaña dirigida por Pepe Zaragoza, el aparatchik del aparatchik Montilla, perfecto en su mediocridad como peón de brega del charneguismo irredento, esa charca moral, ese vertedero ideológico e intelectual, esa forma patética de luchar contra los orígenes. La ventaja es que al tal Zaragoza ya lo han condenado por intromisión en el derecho al honor de Manuel Pizarro, al que en defensa de su patrón, o sea, de la Caixa, acusó de financiar al PP y a FAES.
El camino legal está, pues, abierto. Y si los jueces tragan, siempre puede el PPC hacer campaña contra el PSC, Partido Socialista de la Caixa o, mejor, Partido Socialista de Caín. Es su ídolo.
Pues si aquello de los batasunos era sibilinamente terrorista y descaradamente criminoso, esto del PSC pidiendo el voto contra el PP es nítidamente antidemocrático y groseramente miserable.La imputación a todo trapo de que el PP puede utilizar los votos que saque el no nada menos que contra Cataluña, como si Piqué fuera de Madrid, y como si Cataluña fueran Maragall y Artur Mas, o sea, el tripartito del 20% pasado por el 3% del pujolismo, constituye, a mi juicio, una de las demostraciones más desvergonzadas del sectarismo nacionalista catalán, el del Tinell y Perpiñán, que es el único discurso político de curso legal en aquella tierra, tan lejos aún de la democracia. También piden el no, y con más fuerza que el PPC, tan blandito, fuerzas tan opuestas como Ciutadans de Catalunya y Esquerra Republicana, pero de ese no prefieren no acordarse los demagogos amontillados, los favorecidos por la pedrea crediticia de la Caixa.
Una sola virtud tiene esta infame campaña dirigida por Pepe Zaragoza, el aparatchik del aparatchik Montilla, perfecto en su mediocridad como peón de brega del charneguismo irredento, esa charca moral, ese vertedero ideológico e intelectual, esa forma patética de luchar contra los orígenes. La ventaja es que al tal Zaragoza ya lo han condenado por intromisión en el derecho al honor de Manuel Pizarro, al que en defensa de su patrón, o sea, de la Caixa, acusó de financiar al PP y a FAES.
El camino legal está, pues, abierto. Y si los jueces tragan, siempre puede el PPC hacer campaña contra el PSC, Partido Socialista de la Caixa o, mejor, Partido Socialista de Caín. Es su ídolo.
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18.5.06
Bufonadas en palacio
18-05-06
LA GRADA DE LOS LEONES
Bufonadas en palacio
Por RAUL DEL POZO
El PP intentó desvelar el rostro antidemocrático de Zapatero.Zapatero llamó bufones a los diputados de la derecha, aunque no les acusara de serlo del rey. Con el Rey se fue el propio presidente a la ciudad donde les cortaban la cabeza. ¡Qué más quisieran nuestros diputados estar en la nómina de palacio! Aquellos individuos deformes de tanto ingenio eran los únicos que tenían acceso a la intimidad del príncipe y eran los mejor pagados de la corte.
«Señor presidente del Gobierno, usted es el primer presidente del Gobierno desde 1977 cuya Administración es condenada por practicar detenciones políticas». Lo dijo Mariano Rajoy, y hasta seis diputados exigieron ayer al presidente que cese al ministro de Defensa por su conducta cuando lo era de Interior. Mientras sobrevolaba los Pirineos en el Phantom, Zapatero le dijo a Fernando Moraleda, que es del Madrid, si se había traído la bufanda blaugrana.No se atrevió a disfrazarse con el bufandín de los boixos nois, pero su corazón no estaba ayer en la Cibeles, sino en Canaletes.Según sus más cercanos colaboradores, está tranquilo porque los informes del CNI, de la Guardia Civil y de la Policía informan de que no hay turbulencias en la verificación del alto el fuego, y aunque el lenguaje de los etarras no cambia en dos días y siguen utilizando la retórica de los matarifes, aunque apremia y mete prisa la izquierda abertzale, el presidente iba tranquilo a ver la final de la Champions y profetizó una victoria del Barça.
Antes de salir hacia la Ciudad de la Luz tuvo que afrontar lo que Arias Cañete llamó «una tarde de perros». Las metáforas de perros son hirientes; las usaban los escuderos y venteros moriscos para insultarse -hideperro significaba hijo de puta-, aunque lo que quería explicarme Cañete es que por fin el PP ha aprendido, como los perros del Quijote, a andar con bragas de cerro y a no soltar el tobillo cuando lo dentellean. El tobillo es el caso Bono. «Hemos aprendido de ellos, que nos acorralaron durante seis meses con el Prestige y con la Guerra de Irak, un año».Ayer hostigaron al Gobierno en el control hasta seis diputados, sin contar a Mariano Rajoy, hasta el punto de que Rubalcaba tuvo que hacer de escudo humano, compartiendo con su compañero de gabinete el fuego graneado que les lanzaban. Acebes y Zaplana acusaron a Alonso de esconderse tras los policías. «En la España de Zapatero, si miras a un ministro te detienen, y si hablas con dos diputados socialistas, te graban y utilizan los medios del Estado para perseguir a la oposición». El ministro Alonso salió del Hemiciclo desangrándose por las extremidades. Empezó Mariano diciendo: «Yo le voy a decir por qué tiene que dimitir el señor ministro de Defensa: porque la sentencia considera probado que los policías condenados actuaron a instancias de órdenes superiores, porque reconoció públicamente antes de que se practicaran las detenciones que había dado órdenes para que se iniciaran las actuaciones, y porque en esta Cámara negó que las detenciones fueran ilegales y acusó al PP de mentir en todo aquello que luego los jueces dijeron que afirmó la verdad». El presidente del Gobierno volvió a dar el espaldarazo a José Antonio Alonso y sermoneó a la derecha sobre su mal estilo parlamentario cuando exhiben esposas en un Parlamento. «Sus bufonadas producen estupor y vergüenza ajena». Luego se fue a París.
El PP prometió: «Vamos a hacer que todo el mundo se entere del verdadero rostro antidemocrático de Zapatero».
«Señor presidente del Gobierno, usted es el primer presidente del Gobierno desde 1977 cuya Administración es condenada por practicar detenciones políticas». Lo dijo Mariano Rajoy, y hasta seis diputados exigieron ayer al presidente que cese al ministro de Defensa por su conducta cuando lo era de Interior. Mientras sobrevolaba los Pirineos en el Phantom, Zapatero le dijo a Fernando Moraleda, que es del Madrid, si se había traído la bufanda blaugrana.No se atrevió a disfrazarse con el bufandín de los boixos nois, pero su corazón no estaba ayer en la Cibeles, sino en Canaletes.Según sus más cercanos colaboradores, está tranquilo porque los informes del CNI, de la Guardia Civil y de la Policía informan de que no hay turbulencias en la verificación del alto el fuego, y aunque el lenguaje de los etarras no cambia en dos días y siguen utilizando la retórica de los matarifes, aunque apremia y mete prisa la izquierda abertzale, el presidente iba tranquilo a ver la final de la Champions y profetizó una victoria del Barça.
Antes de salir hacia la Ciudad de la Luz tuvo que afrontar lo que Arias Cañete llamó «una tarde de perros». Las metáforas de perros son hirientes; las usaban los escuderos y venteros moriscos para insultarse -hideperro significaba hijo de puta-, aunque lo que quería explicarme Cañete es que por fin el PP ha aprendido, como los perros del Quijote, a andar con bragas de cerro y a no soltar el tobillo cuando lo dentellean. El tobillo es el caso Bono. «Hemos aprendido de ellos, que nos acorralaron durante seis meses con el Prestige y con la Guerra de Irak, un año».Ayer hostigaron al Gobierno en el control hasta seis diputados, sin contar a Mariano Rajoy, hasta el punto de que Rubalcaba tuvo que hacer de escudo humano, compartiendo con su compañero de gabinete el fuego graneado que les lanzaban. Acebes y Zaplana acusaron a Alonso de esconderse tras los policías. «En la España de Zapatero, si miras a un ministro te detienen, y si hablas con dos diputados socialistas, te graban y utilizan los medios del Estado para perseguir a la oposición». El ministro Alonso salió del Hemiciclo desangrándose por las extremidades. Empezó Mariano diciendo: «Yo le voy a decir por qué tiene que dimitir el señor ministro de Defensa: porque la sentencia considera probado que los policías condenados actuaron a instancias de órdenes superiores, porque reconoció públicamente antes de que se practicaran las detenciones que había dado órdenes para que se iniciaran las actuaciones, y porque en esta Cámara negó que las detenciones fueran ilegales y acusó al PP de mentir en todo aquello que luego los jueces dijeron que afirmó la verdad». El presidente del Gobierno volvió a dar el espaldarazo a José Antonio Alonso y sermoneó a la derecha sobre su mal estilo parlamentario cuando exhiben esposas en un Parlamento. «Sus bufonadas producen estupor y vergüenza ajena». Luego se fue a París.
El PP prometió: «Vamos a hacer que todo el mundo se entere del verdadero rostro antidemocrático de Zapatero».
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Izquierda y Placer
18-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Izquierda y Placer
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Un amigo psicoanalista, no hace falta decir que argentino, me dio hace bastantes años una definición muy interesante sobre lo que realmente diferencia a Izquierda y Derecha. La he recordado a propósito de la deriva populista de casi toda la izquierda y buena parte de la derecha en Latinoamérica, pero como España empieza a parecerse cada vez más a esa macedonia de desastres que son las repúblicas bolivarinas, no digamos ya bolivarianas, convendría actualizar el análisis pro domo nostra. Mi amigo partía de uno de los textos más famosos de Freud, el que diferencia el Principio del Placer y el Principio de Realidad como dos fuerzas actuantes en el ser humano que lo arrastran (del que jalan, diría él) en un sentido y en otro, o en ambos, en forcejeo siempre incierto. Y concluía que la Derecha opera bajo el principio de Realidad y la Izquierda bajo el del Placer.
Nunca se alcanza un compromiso realmente estable entre esas dos fuerzas, salvo en la fosa, así que depende de nuestro carácter y de las distintas épocas y avatares de nuestra vida que se vaya imponiendo un principio u otro, siempre en términos relativos, para no acabar fatal y antes de tiempo. Si perdemos o despreciamos el principio de realidad podemos asomarnos a la ventana y echarnos a volar por no perdernos ese gusto. El resultado es la tortilla humana en la acera. Pero si perdemos de vista el principio del placer, también padece, aunque aparentemente en menor medida, nuestro equilibrio interior, desprovisto de todo estímulo placentero y atado a los deberes que una realidad exigente y hasta hipertrofiada nos impone. Y el resultado puede ser igualmente trágico.
Mi amigo, arrastrado por el turbión revolucionario de los años 70, estaba horrorizado por el empeño irracional de comunistas, peronistas y demás revolucionarios latinoamericanos en negar la realidad y despreciar los trabajosos frutos de la economía de mercado y del liberalismo democrático, únicos cauces de prosperidad y libertad para los países que, tras renunciar a los mitos del buen salvaje y del Gobierno salvador, los disfrutan. Lo importante es salvarse del Gobierno. Pero en España, ay, también se ha puesto a funcionar a toda máquina el principio del placer como base de acción política. Es placentero fingir que un Estatuto de Cataluña no rompe la Constitución y la Nación, aunque las rompa. Es más cómodo creer que la ETA va a dejar de matar a cambio de nada que aplicar el principio de realidad que lo desmiente. En política exterior, a ZP y compañía les gusta el discurso antioccidental de Evo y el islam, aunque para los dos España sea Occidente.Con la inmigración ilegal o la Educación, pasa lo mismo. Así que en realidad vamos al gran desastre, pero la Izquierda, ah, lo está disfrutando mucho.
Nunca se alcanza un compromiso realmente estable entre esas dos fuerzas, salvo en la fosa, así que depende de nuestro carácter y de las distintas épocas y avatares de nuestra vida que se vaya imponiendo un principio u otro, siempre en términos relativos, para no acabar fatal y antes de tiempo. Si perdemos o despreciamos el principio de realidad podemos asomarnos a la ventana y echarnos a volar por no perdernos ese gusto. El resultado es la tortilla humana en la acera. Pero si perdemos de vista el principio del placer, también padece, aunque aparentemente en menor medida, nuestro equilibrio interior, desprovisto de todo estímulo placentero y atado a los deberes que una realidad exigente y hasta hipertrofiada nos impone. Y el resultado puede ser igualmente trágico.
Mi amigo, arrastrado por el turbión revolucionario de los años 70, estaba horrorizado por el empeño irracional de comunistas, peronistas y demás revolucionarios latinoamericanos en negar la realidad y despreciar los trabajosos frutos de la economía de mercado y del liberalismo democrático, únicos cauces de prosperidad y libertad para los países que, tras renunciar a los mitos del buen salvaje y del Gobierno salvador, los disfrutan. Lo importante es salvarse del Gobierno. Pero en España, ay, también se ha puesto a funcionar a toda máquina el principio del placer como base de acción política. Es placentero fingir que un Estatuto de Cataluña no rompe la Constitución y la Nación, aunque las rompa. Es más cómodo creer que la ETA va a dejar de matar a cambio de nada que aplicar el principio de realidad que lo desmiente. En política exterior, a ZP y compañía les gusta el discurso antioccidental de Evo y el islam, aunque para los dos España sea Occidente.Con la inmigración ilegal o la Educación, pasa lo mismo. Así que en realidad vamos al gran desastre, pero la Izquierda, ah, lo está disfrutando mucho.
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17.5.06
Video del ataque al Pentagono del 11-S
Dueños de esto
17-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Dueños de esto
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
A veces, en el fragor del debate partidista, se pierden de vista los asuntos que deberían quedar al margen de esa diaria lucha por el poder. Y es una lástima, porque, al final, la diferencia entre unos países y otros no está en la población, ni en las reservas naturales, ni en la forma de Estado, ni en el Producto Interior Bruto, ni siquiera en la renta per cápita, sino en las instituciones que se sitúan por encima de la querella por el poder.
En rigor, lo que hace prósperos y respetables o pobres y miserables a los países es todo lo que por ley escapa al Gobierno de turno, porque no entra dentro de sus atribuciones cambiar determinadas cosas. O, al revés, si el Gobierno tiene derecho a cambiarlo todo aunque su estancia en el poder sea tasada y limitada en el tiempo. El gran cambio en España, la gran estafa del zapaterismo, es que había cosas que no podía cambiar el Gobierno de turno porque era exactamente eso: de turno. Zapatero no ha respetado las reglas del juego, ha demolido el régimen constitucional de 1978 y se ha saltado a la torera todas las cauciones legales, políticas y morales que nos permitían estar relativamente tranquilos en cuanto al alcance de las reformas que un Gobierno llegado a través de las urnas podía imponer sobre lo que no pasa ni debe pasar por las urnas, porque está fuera de su alcance. Y claro que todo régimen constitucional puede cambiar según sus propias reglas, pero eso exige siempre acudir a los dueños de la parcela para ver si dan el visto bueno y aceptan la edificabilidad de nuevos edificios. No se puede edificar por las bravas o demoler porque sí cuando la propiedad es de otro.
El debate de ayer en el Congreso enfrentaba a Rajoy, que es Registrador de la Propiedad, con una clase política que, en contra de todos los principios liberales y del sentido real de la democracia, cree que puede hacer lo que le dé la gana con España; unos, los nacionalistas, porque piensan que España no existe o no debe existir y aspiran a destruirla; otros, los socialistas, porque piensan que no existe como sujeto de derecho, sino como objeto inerte de su voluntad. En el fondo, el debate sobre si los españoles como tales tenemos derecho a opinar sobre el futuro de la Nación se convirtió en una disputa sobre un principio esencial de cualquier sociedad, que es el de propiedad. Rajoy dice que «los dueños de esto», o sea, los españoles, tenemos derecho a opinar. Y cuatro millones de firmas lo avalan. Socialistas, comunistas y nacionalistas niegan que España sea propiedad de los españoles en conjunto y no por partes autoproclamadas soberanas, que eso supone el Estatuto de Cataluña.
En todas partes, el derecho de propiedad «bien habida» levanta un muro entre el Gobierno fuerte y el ciudadano débil. Allá donde hay propiedad suele haber libertad. Pero en este Parlamento son mayoría los amigos de Evo.
En rigor, lo que hace prósperos y respetables o pobres y miserables a los países es todo lo que por ley escapa al Gobierno de turno, porque no entra dentro de sus atribuciones cambiar determinadas cosas. O, al revés, si el Gobierno tiene derecho a cambiarlo todo aunque su estancia en el poder sea tasada y limitada en el tiempo. El gran cambio en España, la gran estafa del zapaterismo, es que había cosas que no podía cambiar el Gobierno de turno porque era exactamente eso: de turno. Zapatero no ha respetado las reglas del juego, ha demolido el régimen constitucional de 1978 y se ha saltado a la torera todas las cauciones legales, políticas y morales que nos permitían estar relativamente tranquilos en cuanto al alcance de las reformas que un Gobierno llegado a través de las urnas podía imponer sobre lo que no pasa ni debe pasar por las urnas, porque está fuera de su alcance. Y claro que todo régimen constitucional puede cambiar según sus propias reglas, pero eso exige siempre acudir a los dueños de la parcela para ver si dan el visto bueno y aceptan la edificabilidad de nuevos edificios. No se puede edificar por las bravas o demoler porque sí cuando la propiedad es de otro.
El debate de ayer en el Congreso enfrentaba a Rajoy, que es Registrador de la Propiedad, con una clase política que, en contra de todos los principios liberales y del sentido real de la democracia, cree que puede hacer lo que le dé la gana con España; unos, los nacionalistas, porque piensan que España no existe o no debe existir y aspiran a destruirla; otros, los socialistas, porque piensan que no existe como sujeto de derecho, sino como objeto inerte de su voluntad. En el fondo, el debate sobre si los españoles como tales tenemos derecho a opinar sobre el futuro de la Nación se convirtió en una disputa sobre un principio esencial de cualquier sociedad, que es el de propiedad. Rajoy dice que «los dueños de esto», o sea, los españoles, tenemos derecho a opinar. Y cuatro millones de firmas lo avalan. Socialistas, comunistas y nacionalistas niegan que España sea propiedad de los españoles en conjunto y no por partes autoproclamadas soberanas, que eso supone el Estatuto de Cataluña.
En todas partes, el derecho de propiedad «bien habida» levanta un muro entre el Gobierno fuerte y el ciudadano débil. Allá donde hay propiedad suele haber libertad. Pero en este Parlamento son mayoría los amigos de Evo.
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16.5.06
Corto el fuego
16-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Corto el fuego
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
El famoso alto el fuego etarra está resultando de muy corto recorrido.Casi tan corto como el de la famosa tregua trampa del 98, en la que, a pesar de las ganas locas de rendirse ante el terror que exhibe esta sociedad aborregada y la clase política que la pastorea, el Gobierno Aznar resistió a la tentación con bastante decoro. Claro que la diferencia entre los ministros del Interior de entonces y ahora, Mayor y Rubalcaba, ahorra cualquier comentario sobre los límites morales de cualquier relación política con el terrorismo separatista. Mayor, como todo el PP de los años de Aznar, tenía claro que la ética debe dirigir la política si quiere coincidir con la estética, es decir, que el parecer no debe apartarse tanto del ser que no haya quien pueda reconocerlo.Rubalcaba elevó el parecer a la categoría de Ser Supremo y a él lo sacrifica todo. Por un eslogan, por una frase arrojadiza, por una apertura de telediario daría cualquier cosa. Él y su jefe político Zapatero (¿o es al revés?) deberían escuchar aquella canción de Brassens con héroe vagamente vascongado: «Gastibeltza.Connaissez pas?». Labordeta os la prestará.
Gastibeltza, definido por Brassens como «l homme à la carabine», es decir, el hombre de la escopeta, describe así el enloquecimiento del rey de España por Doña Sabina: «pour un baiser, pour un sourire d elle, pour un cheveu, / Infant Don Ruy, je donnerarai l Espagne et le Perou. / Le vent qui vient á travers les montagnes me rendra fou!». Que podríamos traducir así: «por un beso, por una sonrisa suya, por un cabello, / Infante Don Ruy, yo entregaría la España y el Perú. / ¡Este viento que viene a través de las montañas acabará volviéndome loco!».
El rey, no sé, pero el Gobierno, que desde 1812 ejerce las funciones ejecutivas que antaño correspondían al rey, parece haber perdido la cabeza por una sonrisa, un cabello, una palabra, un guiño, un algo, cualquier cosa que demuestre una ligera predisposición de la ETA a hacer o a fingir la paz. El problema es que ni Doña Sabina le hizo caso al rey de España, ni Gastibeltza colgó la escopeta en las estrofas de Brassens, ni la ETA piensa dejar el crimen, el terrorismo callejero, el chantaje empresarial, Navarra a su albedrío ni el País Vasco en libertad. Por si había dudas dentro de la banda de que la dirección seguirá ateniéndose al guión de siempre, los tíos de la escopeta y de la boina lo han aclarado en Gara: ni el alto el fuego es permanente, ni lo será mientras no se obedezcan sus condiciones. ¿Cuáles? Las de siempre: anexión de Navarra, independencia y obediencia. Y mucho ojito con dilatar el proceso, porque aquí no ha cambiado nada salvo que Otegi tiene como abogado particular al Fiscal General.Pero obras son amores y no buenas razones. Con razón quería Rubalcaba echar a Alcaraz de la AVT. En cualquier crimen, los testigos estorban.
Gastibeltza, definido por Brassens como «l homme à la carabine», es decir, el hombre de la escopeta, describe así el enloquecimiento del rey de España por Doña Sabina: «pour un baiser, pour un sourire d elle, pour un cheveu, / Infant Don Ruy, je donnerarai l Espagne et le Perou. / Le vent qui vient á travers les montagnes me rendra fou!». Que podríamos traducir así: «por un beso, por una sonrisa suya, por un cabello, / Infante Don Ruy, yo entregaría la España y el Perú. / ¡Este viento que viene a través de las montañas acabará volviéndome loco!».
El rey, no sé, pero el Gobierno, que desde 1812 ejerce las funciones ejecutivas que antaño correspondían al rey, parece haber perdido la cabeza por una sonrisa, un cabello, una palabra, un guiño, un algo, cualquier cosa que demuestre una ligera predisposición de la ETA a hacer o a fingir la paz. El problema es que ni Doña Sabina le hizo caso al rey de España, ni Gastibeltza colgó la escopeta en las estrofas de Brassens, ni la ETA piensa dejar el crimen, el terrorismo callejero, el chantaje empresarial, Navarra a su albedrío ni el País Vasco en libertad. Por si había dudas dentro de la banda de que la dirección seguirá ateniéndose al guión de siempre, los tíos de la escopeta y de la boina lo han aclarado en Gara: ni el alto el fuego es permanente, ni lo será mientras no se obedezcan sus condiciones. ¿Cuáles? Las de siempre: anexión de Navarra, independencia y obediencia. Y mucho ojito con dilatar el proceso, porque aquí no ha cambiado nada salvo que Otegi tiene como abogado particular al Fiscal General.Pero obras son amores y no buenas razones. Con razón quería Rubalcaba echar a Alcaraz de la AVT. En cualquier crimen, los testigos estorban.
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15.5.06
La victoria de Alcaraz
12.5.06
Broseta presenta su candidatura para «despolitizar» la AVT
12-05-06
Broseta presenta su candidatura para «despolitizar» la AVT
Quiere mejorar la comunicación con el Gobierno Se compromete a retirar la demanda civil contra la anterior junta de la asociación
MARISOL HERNANDEZ
VALENCIA.- Las sospechas de la actual dirección de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) se confirmaron ayer en Valencia. Pablo Broseta, hijo de Manuel Broseta, asesinado por ETA en 1992 cuando se disponía a dar su clase de Derecho Mercantil, anunció ayer su intención de optar a la presidencia de la asociación en sustitución de José Alcaraz, que opta a la reelección. ¿Su propósito? Despolitizar la AVT (aunque rechazó vincular a la actual directiva con el Partido Popular) y mejorar la interlocución con el Gobierno, tras el anuncio de alto el fuego de la banda terrorista.
(.../...)
Broseta, que en las últimas dos semanas ha mantenido contactos con colectivos de víctimas para conseguir su respaldo, negó que su candidatura esté auspiciada por el Gobierno y defendió que la lista que impulsa es «independiente y sin tutelas de ningún tipo». «Me guía sólo el interés en la defensa de las víctimas del terrorismo», dijo, tras aclarar que decidió presentarse a última hora del miércoles.
Aseguró que el alto el fuego de ETA es una situación ajena a las víctimas. «Ante ello debemos estar más unidos de lo que hemos estado hasta ahora». La unidad de todas las víctimas, independientemente de quiénes hayan sido sus verdugos, y la preservación de la dignidad y la memoria fueron su carta de presentación. En la trastienda aparecen reproches a la gestión de Alcaraz -«si estuviera de acuerdo con él no me presentaría»- y una promesa: retirar la demanda civil que la AVT mantiene contra anteriores directivas por supuestas irregularidades en la gestión.
Pablo Broseta desmintió, como sostiene la actual dirección, haber mantenido contactos con representantes del Alto Comisionado de Atención a las Víctimas, dependiente del Gobierno, para fraguar su candidatura ni, añadió, «con nadie del PSOE». Pese a ello, su sintonía con las posiciones que mantiene el Ejecutivo fue evidente. Consideró que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero «no sacará un pie del marco jurídico» y que, tras el anuncio de alto el fuego de ETA, se ha abierto una situación «distinta».
Y, ¿qué postura debe tener la AVT? El proceso de paz, defendió, lo tutela el Gobierno, las víctimas deben tener información sobre lo que ocurre, «se nos debe escuchar y, por ello, es necesario que se abra una línea de comunicación con el Ejecutivo». Pese a esto, indicó que la posición de la asociación siempre la marcará la mayoría. «Si quieren ser más beligerantes, seremos más beligerantes», declaró.
Respecto a la posible excarcelación de terroristas manifestó que es «impensable» y, sobre el acercamiento de presos, que es «demasiado pronto». Dijo no estar más esperanzado que en treguas anteriores, aunque sí se mostró deseoso que fuera la «definitiva».Broseta negó que sus posiciones puedan ser más sumisas con el Gobierno que las que mantiene José Alcaraz, el hombre que ha organizado las dos multitudinarias manifestaciones en Madrid en contra de la política antiterrorista de Zapatero y que fueron secundadas por el Partido Popular. En todo caso, reconoció, «son formas distintas de hablar». Sobre las acusaciones de Alcaraz fue muy claro: «Cuando uno siente que su continuidad está amenazada, dice lo que quiere decir».
Los hijos del fiscal Luis Portero, asesinado por ETA en octubre de 2000, aseguraron ayer que apoyarán para liderar la AVT a quien elimine la «politización» que, a su juicio, ha traído el actual dirigente.
El presidente de la AVT arremetió contra Broseta por ocultar su intención de presentarse hasta dos días antes de la votación y declarar estar dispuesto a aceptar una hipotética liberación de los asesinos de su padre, si eso contribuye a lograr la paz en el País Vasco. En declaraciones a Europa Press, afirmó que le inspira «una total desconfianza» una persona que oculta sus intenciones y que incluso, según Alcaraz, llega a desmentirlas.
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Video expulsión Martinez Pujante
Caso Bonoseta
12-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Caso Bonoseta
FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS
Mañana va a intentar por enésima vez el régimen zapaterino cargarse la AVT mediante la colocación de un lidercito inane, suavecito, incoloro, inodoro e insípido que se pondrá a las órdenes de Zapatero y Rubalcaba, Peces y Cándido, todos mirando de reojo a Otegi, para legitimar la estrategia de rendición ante la ETA.
Esperemos que no lo consigan y que Alcaraz y la buena gente de su equipo se den cuenta de que no se puede ir de buenos por la vida teniendo enfrente a Rubalcaba. Vamos, que si se supera la crisis montada aviesamente por el Gobierno del 14-M, hay que ordenar en serio la AVT, que es una pieza esencial en la resistencia de la España que cree en España, que se mantiene firme en la defensa de la libertad, la dignidad y la justicia. La que ha sido capaz de sacar millón y medio de personas a la calle para protestar contra la miserable política del Gobierno de rendirse ante ETA para narcotizar electoralmente a la media España lanar con el opio de la paz. Hasta después de las elecciones, claro.Y en ese apaño siniestro sobran las víctimas. Hay que volver al guión emotivo pero amortizable de Manjón y romper la movilización continua de Alcaraz y la AVT, que ya anuncian una nueva manifestación para el mes de junio. Hay que impedir que Alcaraz siga. Como sea.
Ahora que el caso Bono alcanza su verdadera dimensión, es decir, ahora que el PP ha empezado a tomarse en serio a sí mismo y a pasarle la factura de la Checa al PSOE, conviene recordar que aquello se convirtió de inmediato en una campaña feroz contra la AVT, el PP y la derecha en general.
Hay que releer las cosas que, con la excusa de la falsa agresión, publicó Belloch contra las víctimas, la Cope, el PP y la derecha en general, con un recuerdo injurioso para los que lo increparon en algún entierro de una de las víctimas de ETA. Claro, a él le gustaba más tratar con Pérez Esquivel o con Paesa, según los días. Y, como Bono, quería que las víctimas del terrorismo le aplaudieran.
Pero el que destacó en esos días de infamia chequista a cuenta de la falsa agresión a Bono fue Peces, que tras no ir a la manifestación de la AVT llamó a Alcaraz para decirle que debía atajar «la conducta intolerante, el extremismo o la manipulación política» en la AVT. Es decir, todo lo que según la sentencia del caso Bono caracterizó la actuación del Gobierno de ZP, su partido y su partida, con el sinuoso Peces haciendo el trabajo sucio. Ahora el Gobierno ha fletado a Pablo Broseta para ese trabajo sucio de cargarse la AVT que no consiguió con el caso Bono.
Esperemos que el Caso Bonoseta acabe igual. Pero, por si los rubalcabas, habrá que acudir mañana a la asamblea de la AVT, no sea que los héroes del 13-M y los deudos de Perpiñán nos la roben también.
Esperemos que no lo consigan y que Alcaraz y la buena gente de su equipo se den cuenta de que no se puede ir de buenos por la vida teniendo enfrente a Rubalcaba. Vamos, que si se supera la crisis montada aviesamente por el Gobierno del 14-M, hay que ordenar en serio la AVT, que es una pieza esencial en la resistencia de la España que cree en España, que se mantiene firme en la defensa de la libertad, la dignidad y la justicia. La que ha sido capaz de sacar millón y medio de personas a la calle para protestar contra la miserable política del Gobierno de rendirse ante ETA para narcotizar electoralmente a la media España lanar con el opio de la paz. Hasta después de las elecciones, claro.Y en ese apaño siniestro sobran las víctimas. Hay que volver al guión emotivo pero amortizable de Manjón y romper la movilización continua de Alcaraz y la AVT, que ya anuncian una nueva manifestación para el mes de junio. Hay que impedir que Alcaraz siga. Como sea.
Ahora que el caso Bono alcanza su verdadera dimensión, es decir, ahora que el PP ha empezado a tomarse en serio a sí mismo y a pasarle la factura de la Checa al PSOE, conviene recordar que aquello se convirtió de inmediato en una campaña feroz contra la AVT, el PP y la derecha en general.
Hay que releer las cosas que, con la excusa de la falsa agresión, publicó Belloch contra las víctimas, la Cope, el PP y la derecha en general, con un recuerdo injurioso para los que lo increparon en algún entierro de una de las víctimas de ETA. Claro, a él le gustaba más tratar con Pérez Esquivel o con Paesa, según los días. Y, como Bono, quería que las víctimas del terrorismo le aplaudieran.
Pero el que destacó en esos días de infamia chequista a cuenta de la falsa agresión a Bono fue Peces, que tras no ir a la manifestación de la AVT llamó a Alcaraz para decirle que debía atajar «la conducta intolerante, el extremismo o la manipulación política» en la AVT. Es decir, todo lo que según la sentencia del caso Bono caracterizó la actuación del Gobierno de ZP, su partido y su partida, con el sinuoso Peces haciendo el trabajo sucio. Ahora el Gobierno ha fletado a Pablo Broseta para ese trabajo sucio de cargarse la AVT que no consiguió con el caso Bono.
Esperemos que el Caso Bonoseta acabe igual. Pero, por si los rubalcabas, habrá que acudir mañana a la asamblea de la AVT, no sea que los héroes del 13-M y los deudos de Perpiñán nos la roben también.
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¿Le aplicará a Olga Sánchez la Fiscalía el rasero de Fungairiño?
12-05-06
IMPRESIONES
¿Le aplicará a Olga Sánchez la Fiscalía el rasero de Fungairiño?
Al día siguiente de la puesta en libertad de Saed el Harrak, la Fiscalía General del Estado anunció la apertura de diligencias informativas sobre la actuación de la encargada del caso, la polémica Olga Sánchez. A partir de ahora, la inspección solicitará un informe al fiscal jefe de la Audiencia, Jesús Santos, recabará documentación sobre lo sucedido y, previsiblemente, llamará a declarar a la protagonista. Una vez concluida esta primera fase, será Cándido Conde-Pumpido quien decida si a la fiscal encargada del 11-M se le abre expediente y si debe o no ser apartada del caso. El error de Olga Sánchez es muy similar al que el fiscal general utilizó hace sólo tres meses para justificar la salida de Eduardo Fungairiño de la Audiencia Nacional. Conde-Pumpido acusó entonces a Fungairiño de propiciar la liberación de los islamistas de la operación Dátil incumpliendo la instrucción de informar sobre las excarcelaciones más inminentes. Tal instrucción -promulgada por el propio Conde-Pumpido el 8 de noviembre de 2004 a raíz de la puesta en libertad de Allekema Lamari- dice que los fiscales deben mantener «el control individualizado de la situación personal de todos los imputados que se encuentren en prisión preventiva». Si este criterio precipitó la caída de un digno servidor del Estado como Fungairiño, nadie entendería que el fiscal general no se lo aplicara también a Olga Sánchez.En vez de conceder entrevistas a los medios dóciles y perturbarse con cada nueva revelación de los que no lo son, la fiscal debería haber encontrado un momento para avisar al juez Del Olmo de cuándo vencía la prisión provisional de El Harrak. Si Conde-Pumpido no aplica en este caso su propia jurisprudencia, quedará más que nunca en evidencia que al Gobierno, además de un juez incompetente, le conviene una fiscal desidiosa.
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11.5.06
El centro nacional
11-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
El centro nacional
FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS
Es posible que Ciudadanos de Cataluña se limite sólo a su cuna política y haga su tarea de higiene intelectual en los páramos morales del oasis, pero si no se hunde, si sobrevive a la primera campaña electoral y a la primera legislatura, que es lo más difícil, estoy convencido de que será realidad su anuncio de convertirse en partido nacional. Por supuesto que ante las novedades políticas de verdad, como sin duda es esta plataforma cívica, suelen prevalecer dos tipos de reacciones: despectivas y asustadas. Las dos se están manifestando ya en el PP. Y ambas resultan sorprendentes porque no se puede ser centrista y desconfiar de una iniciativa que sólo puede reforzar el centrismo del centro, sea éste lo que fuere.
En el largo debate sobre el centrismo que vengo manteniendo con Pedro J. Ramírez desde hace 20 años siempre he sostenido que los fundamentos éticos de la acción política no pueden ser sometidos a la equidistancia, el equilibrio o la componenda. Y que no se puede estar contra la corrupción, pero no mucho; contra el separatismo, pero no del todo; o contra el terrorismo pero sin exagerar el contra. Ahora bien, la situación en España ha llegado a tal extremo de necesidad nacional y de indigencia ética que por primera vez veo que un partido de nuevo cuño como Ciudadanos ocupe un espacio de centro entre PP y PSOE sin caer en el oportunismo y la falta de principios. Bien al contrario: defendiendo los principios contra el oportunismo de izquierdas y derechas.
En un largo análisis de Antonio Robles en Libertad Digital, que es el mejor resumen que yo he leído sobre la gestación y el desarrollo lógico de Ciudadanos de Cataluña, se dan dos claves fundamentales: que siendo el nacionalismo antiespañol un problema de toda España no se puede limitar a Cataluña la lucha contra él, porque español es el problema y española debe ser la solución; y que la disposición de pactar con el PP, el PSOE o ambos todo lo que se refiera a la defensa de las libertades individuales, los derechos de ciudadanía y la igualdad ante la Ley que sólo podría garantizar la supervivencia de la nación española, los coloca en una posición central en el panorama político actual.
La gran diferencia es que hasta ahora tanto los gobiernos populares como los socialistas se han apoyado en los nacionalistas para completar mayorías parlamentarias mientras que, si sale adelante Ciudadanos, sería por primera vez una fuerza centrípeta y no centrífuga la que aseguraría la dichosa gobernabilidad. Si el problema nacional es el más grave que tenemos y nace una fuerza de centro izquierda que puede pactar con el centro derecha, ¿estamos ante un problema o ante una solución?
En el largo debate sobre el centrismo que vengo manteniendo con Pedro J. Ramírez desde hace 20 años siempre he sostenido que los fundamentos éticos de la acción política no pueden ser sometidos a la equidistancia, el equilibrio o la componenda. Y que no se puede estar contra la corrupción, pero no mucho; contra el separatismo, pero no del todo; o contra el terrorismo pero sin exagerar el contra. Ahora bien, la situación en España ha llegado a tal extremo de necesidad nacional y de indigencia ética que por primera vez veo que un partido de nuevo cuño como Ciudadanos ocupe un espacio de centro entre PP y PSOE sin caer en el oportunismo y la falta de principios. Bien al contrario: defendiendo los principios contra el oportunismo de izquierdas y derechas.
En un largo análisis de Antonio Robles en Libertad Digital, que es el mejor resumen que yo he leído sobre la gestación y el desarrollo lógico de Ciudadanos de Cataluña, se dan dos claves fundamentales: que siendo el nacionalismo antiespañol un problema de toda España no se puede limitar a Cataluña la lucha contra él, porque español es el problema y española debe ser la solución; y que la disposición de pactar con el PP, el PSOE o ambos todo lo que se refiera a la defensa de las libertades individuales, los derechos de ciudadanía y la igualdad ante la Ley que sólo podría garantizar la supervivencia de la nación española, los coloca en una posición central en el panorama político actual.
La gran diferencia es que hasta ahora tanto los gobiernos populares como los socialistas se han apoyado en los nacionalistas para completar mayorías parlamentarias mientras que, si sale adelante Ciudadanos, sería por primera vez una fuerza centrípeta y no centrífuga la que aseguraría la dichosa gobernabilidad. Si el problema nacional es el más grave que tenemos y nace una fuerza de centro izquierda que puede pactar con el centro derecha, ¿estamos ante un problema o ante una solución?
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10.5.06
La claque de la Porra
10-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
La claque de la Porra
FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS
No hay piquete informativo comparable a un medio de comunicación.Ni para bien ni para mal. Por eso tiene tanta importancia que en esta vuelta acelerada a los tiempos del GAL (no en balde ya hay quien llama GAL-2 a la banda de sembradores de pruebas falsas en el sumario del juez Del Olmo) prestemos atención al comportamiento de los piquetes mediáticos del galismo gubernamental, más conocidos como Comando Rubalcaba. En aquellos primeros años 90 de la corrupción felipista al por mayor y de la ética ciudadana al por menor, la mayoría de periodistas y medios de comunicación calló como si de un difunto egipcio se tratara. Hoy, hasta los libros de Historia empiezan a reconocer la formidable tarea desempañada entonces por algunos medios, muy especialmente de EL MUNDO (y, mientras duró, Diario 16) con el respaldo casi en solitario de la Cope. Sin embargo, se olvida que buena parte de los medios enmudeció como momia putanesca o sólo levantó la voz para defender abierta o solapadamente a los delincuentes y criminales progresistas, que para eso el Gobierno era de izquierdas.
Y eso que en aquel tiempo, el PCE de Anguita no era, como el de hoy, mero apéndice rubalcabiano. Tal vez por eso López Garrido, que se esfuerza en que olvidemos su ayer y sólo consigue que recordemos el talento maligno de su predecesor, ha producido una explicación típicamente gálica sobre la condena judicial a los policías chequistas del caso Bono. Entonces decían los socialistas: «Nosotros no hemos sido»; y lo estropeaban añadiendo, «pero hay que entender el contexto de aquellos años». Si no habían sido, holgaban explicaciones. Si se explicaban, es que sí habían sido. Parodiando aquel ayer, dice López Garrido: «Ha quedado claro que nadie es detenido en España por pertenecer a un partido político». Y añade: «Los policías no cometieron delito alguno».Una de dos: o han cometido un gravísimo delito y se les condena porque en España no se puede detener a nadie por pertenecer a un partido político, o no han cometido delito alguno y, por tanto, se puede detener a un ciudadano sin hacer nada. Sólo por ser del PP.
Pero lo siniestro ayer y hoy es la claque de esta banda de la porra del socialismo real, los agradaores del progresismo sectario que adornan los desplantes chulescos de sus políticos con bromitas antiperiodísticas. La siniestra campaña de difamación, vía ridiculización, de quienes han descubierto la trama de pruebas falsas en el sumario del 11-M es idéntica a la que perpetraba la misma hez plumiférica y gálica contra Miralles o Pedro Jota. Instalados en el «ni hay pruebas ni las habrá», se les heló la risa cuando aparecieron.
Ahora, con pruebas de sobra, también ríen huecamente. Como calaveras.
Y eso que en aquel tiempo, el PCE de Anguita no era, como el de hoy, mero apéndice rubalcabiano. Tal vez por eso López Garrido, que se esfuerza en que olvidemos su ayer y sólo consigue que recordemos el talento maligno de su predecesor, ha producido una explicación típicamente gálica sobre la condena judicial a los policías chequistas del caso Bono. Entonces decían los socialistas: «Nosotros no hemos sido»; y lo estropeaban añadiendo, «pero hay que entender el contexto de aquellos años». Si no habían sido, holgaban explicaciones. Si se explicaban, es que sí habían sido. Parodiando aquel ayer, dice López Garrido: «Ha quedado claro que nadie es detenido en España por pertenecer a un partido político». Y añade: «Los policías no cometieron delito alguno».Una de dos: o han cometido un gravísimo delito y se les condena porque en España no se puede detener a nadie por pertenecer a un partido político, o no han cometido delito alguno y, por tanto, se puede detener a un ciudadano sin hacer nada. Sólo por ser del PP.
Pero lo siniestro ayer y hoy es la claque de esta banda de la porra del socialismo real, los agradaores del progresismo sectario que adornan los desplantes chulescos de sus políticos con bromitas antiperiodísticas. La siniestra campaña de difamación, vía ridiculización, de quienes han descubierto la trama de pruebas falsas en el sumario del 11-M es idéntica a la que perpetraba la misma hez plumiférica y gálica contra Miralles o Pedro Jota. Instalados en el «ni hay pruebas ni las habrá», se les heló la risa cuando aparecieron.
Ahora, con pruebas de sobra, también ríen huecamente. Como calaveras.
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9.5.06
Bono ya no está
09-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Bono ya no está
FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS
La sentencia de tres a cinco años de cárcel contra los policías del Gobierno de Zapatero que detuvieron ilegalmente, en el más típico estilo chequista, a dos militantes del PP por la inventada agresión a Bono resulta más ejemplar, pero también más triste porque Bono, cuyo orgullo vulnerado trataba de lisonjear la infame actuación de esos agentes de Orden Público, ya no está. Sin el que fue ministro de Defensa en la hornacina de las ofrendas humanas, la condición despiadada y estúpida de esta delictiva actuación funcionarial queda aún más en evidencia. El atropello al Estado de Derecho, la ofensa a las personas, el desprecio por la Ley, la ética y hasta la estética que debe regir cualquier actuación policial resultan más descarnadas, más sórdidas, más feas, más indefendibles.
No me asombra pero me espanta que un sindicato policial salga ahora diciendo que la sentencia es injusta, arbitraria y politizada.Lo de injusta es opinable. Lo de arbitraria, discutible. Ahora bien, lo de politizada es una ofensa, al sentido común y, por supuesto, a la función pública como hecho necesario y forzosamente legal. Si castigar las detenciones ilegales es un acto político condenable, que eso parece inferirse de la nota del SUP, habrá que pensar en disolver la Administración de Justicia o en disolver la Policía, puesto que la Ley y la Fuerza se muestran incompatibles.Más fácil disolver la Policía, obviamente. Además, sin control judicial, sin respeto por la Ley, sin los controles de todo régimen liberal democrático, la Policía no es Policía. Serán chequistas, escuadrones de la muerte, rambos clandestinos o comisarios de extranjis; policías, no.
Otro día hablaremos de la claque de la Banda de la Porra Progre (BPP), que jaleó las detenciones por unos hechos totalmente inventados a mayor gloria de Bono. Lo que hoy resulta urgente es que el que en la sentencia aparece como numen político de la fechoría policial, el Delegado del Gobierno en Madrid y perito en contabilidad de manifestantes, Constantino Méndez, no sea la única víctima política de un escandalazo como no padecía la Policía española desde los tiempos de Amedo y el GAL. El 24 de enero, Méndez anunció que calculaba que «pronto habría identificaciones y detenciones porque había suficientes indicios en la investigación policial».Pues bien, según la precitada sentencia, eso «no respondía a la realidad, pues la investigación policial en la tarde del día 24-1-05 no reflejaba ni agresiones al señor ministro, ni identificaciones de clase alguna de participantes en los incidentes». El superior de Constantino, Alonso y el propio Bono deben asumir sus responsabilidades en este abuso de poder.
Mientras tanto, sea bienvenida la primera condena de la Policía política de Zapatero. No será la última.
No me asombra pero me espanta que un sindicato policial salga ahora diciendo que la sentencia es injusta, arbitraria y politizada.Lo de injusta es opinable. Lo de arbitraria, discutible. Ahora bien, lo de politizada es una ofensa, al sentido común y, por supuesto, a la función pública como hecho necesario y forzosamente legal. Si castigar las detenciones ilegales es un acto político condenable, que eso parece inferirse de la nota del SUP, habrá que pensar en disolver la Administración de Justicia o en disolver la Policía, puesto que la Ley y la Fuerza se muestran incompatibles.Más fácil disolver la Policía, obviamente. Además, sin control judicial, sin respeto por la Ley, sin los controles de todo régimen liberal democrático, la Policía no es Policía. Serán chequistas, escuadrones de la muerte, rambos clandestinos o comisarios de extranjis; policías, no.
Otro día hablaremos de la claque de la Banda de la Porra Progre (BPP), que jaleó las detenciones por unos hechos totalmente inventados a mayor gloria de Bono. Lo que hoy resulta urgente es que el que en la sentencia aparece como numen político de la fechoría policial, el Delegado del Gobierno en Madrid y perito en contabilidad de manifestantes, Constantino Méndez, no sea la única víctima política de un escandalazo como no padecía la Policía española desde los tiempos de Amedo y el GAL. El 24 de enero, Méndez anunció que calculaba que «pronto habría identificaciones y detenciones porque había suficientes indicios en la investigación policial».Pues bien, según la precitada sentencia, eso «no respondía a la realidad, pues la investigación policial en la tarde del día 24-1-05 no reflejaba ni agresiones al señor ministro, ni identificaciones de clase alguna de participantes en los incidentes». El superior de Constantino, Alonso y el propio Bono deben asumir sus responsabilidades en este abuso de poder.
Mientras tanto, sea bienvenida la primera condena de la Policía política de Zapatero. No será la última.
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8.5.06
Otra ocultación más al juez Del Olmo
08-05-06
IMPRESIONES
Otra ocultación más al juez Del Olmo
La Policía ocultó durante meses al juez Del Olmo que tenía un topo en la célula islamista de El Tunecino, uno de los responsables de la masacre del 11-M. El confidente, apodado Cartagena por los agentes de la UCIE, se ganó la confianza de los terroristas e informó a sus enlaces de la intensa actividad de la célula islamista, alertando de la posibilidad de atentados. Cartagena llegó a recriminar a sus controladores policiales, después de la masacre: «¿Cómo es posible que haya pasado esto con todo lo que os he ido contando?». Sin embargo, el juez Del Olmo no tuvo conocimiento de la existencia de este informador hasta que Garzón puso en marcha la operación Nova, que desmanteló un plan para volar la Audiencia. En una declaración que duró 10 horas ante el juez Garzón, Cartagena relató los detalles de su relación con los terroristas del 11-M durante más de un año. Estamos ante un caso, uno más, de ocultación policial al juez Del Olmo de datos relevantes para la investigación. Ya sucedió cuando la Policía entregó al juez una réplica de la mochila de Vallecas como si fuera la original, cuando le informó erróneamente sobre la composición de los explosivos de la mochila, cuando le presentaron la misma foto para mostrarle el explosivo de la Kangoo como el desactivado de la mochila, o cuando le ocultaron primero la existencia y luego la razón social de la tarjeta de Gráficas Bilbainas.La sabiduría popular dice que cuando a uno le engañan más de una vez, el culpable no es quien engaña, sino el engañado.
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Zidane: la estética
05-05-06
COMENTARIOS LIBERALES
Zidane: la estética
FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS
Dentro de pocas horas veré jugar por última vez en el Bernabéu a Zinedine Zidane, el futbolista capaz de resumir lo imperecedero de las tardes breves, el único segundo glorioso en los interminables partidos malos que terminan con empate a cero y a nada, el único capaz de explicar engañosamente ese impulso insensato que arrastra a miles de millones de espectadores en todo el mundo al único espectáculo casi universal: el fútbol. Trato de recordar en qué momento empecé a pensar en este día de hoy, el de su despedida, el de la retirada a ese rincón de la memoria donde nunca terminan los partidos y el césped está eternamente verde y nadie apaga las luces del estadio y todo el mundo está recién llegado y nadie se marcha a su casa. ¿Dónde sería?
Quizás fue en el campo del Glasgow Rangers, cuando marcó el segundo gol al Bayer Leverkusen y con la novena Copa de Europa ascendió al olimpo de los dioses madridistas, casi sin esfuerzo, con esa elegante levedad que le hacía deslizarse por encima del balón sin tener que golpearlo, como si en realidad lo convenciera de que siguiera la dirección que le marcaba, por su propio bien.Persuadido el cuero de ser sólo aire, el balón y tras él Zidane se salvaban juntos y, de paso, redimían la tarde de los que, al terminar el partido, se disuelven en las tardes anochecidas de todos los inviernos del mundo, camino del bar para comentar el partido malo y la jugada milagrosa de Zidane, o de la casa familiar, para enterrarse en la penumbra grata o triste del día siguiente, ya al acecho. De tanta media pena banal, algodonada, angustiada y aburrida de esperar sin prisa el envite de la nada, nos redimía Zinedine Zidane jugando al fútbol, y nadie lo hará como él. Antes, sólo Di Stéfano para ver cómo se ganan los partidos.Luego, Zidane, para ver cómo se disfrutan. Después de Zidane, nadie. Después de nadie, quién sabe.
Es posible, sí, que, tras aquel gol que coronaba su carrera y la de cualquiera, porque después de ganar el Mundial de París, con aquella muchedumbre cantando «¡Zidane, President!», y después de aquella Copa de Europa con el Real Madrid, ningún jugador puede ya ganar más en un campo de fútbol, Zidane se dedicara ya a preparar su retirada. Desde entonces, su fútbol cambió.Cada pocos largos días, en las tardes oscuras y claras del Bernabéu, ochenta mil espectadores le acompañaban en el sentimiento del fútbol, en la magia de un control de balón, cualquier balón, llovido del cielo sólo para que lo jugara Zidane. Era la estética, ilusoria catalogación de la belleza, era el pacto entre Zidane, mostrando lo hermoso que puede ser el fútbol, y el público del Bernabéu, mostrándole a Zidane cómo quería recordarlo. Entonces se fue. Para quedarse.
Quizás fue en el campo del Glasgow Rangers, cuando marcó el segundo gol al Bayer Leverkusen y con la novena Copa de Europa ascendió al olimpo de los dioses madridistas, casi sin esfuerzo, con esa elegante levedad que le hacía deslizarse por encima del balón sin tener que golpearlo, como si en realidad lo convenciera de que siguiera la dirección que le marcaba, por su propio bien.Persuadido el cuero de ser sólo aire, el balón y tras él Zidane se salvaban juntos y, de paso, redimían la tarde de los que, al terminar el partido, se disuelven en las tardes anochecidas de todos los inviernos del mundo, camino del bar para comentar el partido malo y la jugada milagrosa de Zidane, o de la casa familiar, para enterrarse en la penumbra grata o triste del día siguiente, ya al acecho. De tanta media pena banal, algodonada, angustiada y aburrida de esperar sin prisa el envite de la nada, nos redimía Zinedine Zidane jugando al fútbol, y nadie lo hará como él. Antes, sólo Di Stéfano para ver cómo se ganan los partidos.Luego, Zidane, para ver cómo se disfrutan. Después de Zidane, nadie. Después de nadie, quién sabe.
Es posible, sí, que, tras aquel gol que coronaba su carrera y la de cualquiera, porque después de ganar el Mundial de París, con aquella muchedumbre cantando «¡Zidane, President!», y después de aquella Copa de Europa con el Real Madrid, ningún jugador puede ya ganar más en un campo de fútbol, Zidane se dedicara ya a preparar su retirada. Desde entonces, su fútbol cambió.Cada pocos largos días, en las tardes oscuras y claras del Bernabéu, ochenta mil espectadores le acompañaban en el sentimiento del fútbol, en la magia de un control de balón, cualquier balón, llovido del cielo sólo para que lo jugara Zidane. Era la estética, ilusoria catalogación de la belleza, era el pacto entre Zidane, mostrando lo hermoso que puede ser el fútbol, y el público del Bernabéu, mostrándole a Zidane cómo quería recordarlo. Entonces se fue. Para quedarse.
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7.5.06
En mi nombre NO
Al año de la regularización vuelve a haber un millón de 'sin papeles'
7-05-06
Al año de la regularización vuelve a haber un millón de 'sin papeles'
A los 770.000 inmigrantes empadronados en 2005 que quedaron fuera del proceso hay que sumar los nuevos inscritos, que anualmente superan los 500.000 - Otros 259 'ilegales' llegaron ayer a la costa de Tenerife
PEDRO SIMON
MADRID.- Más de un millón de inmigrantes continúan actualmente en situación irregular en España, un año después del último proceso de legalización que acometió el Gobierno. A pesar de que la sexta regularización extraordinaria de los últimos 20 años (cuyo primer aniversario se cumple hoy) ha hecho aflorar buena parte del empleo sumergido y ha dado lugar a que centenares de miles de extranjeros empiecen a cotizar en la Seguridad Social, los datos oficiales señalan que aún existe una bolsa considerable de sin papeles.Más de la mitad de quienes estaban indocumentados al inicio del proceso sigue igual. A ellos hay que sumar los que nunca se han empadronado y quienes han llegado desde entonces a nuestro país.
Según cifras de la Secretaría de Estado de Inmigración, a día 2 de mayo de 2006 se han recogido 691.655 solicitudes de documentación legal, de las que se han resuelto favorablemente 577.049. Dado que al inicio del proceso de normalización, el 7 de febrero de 2005, el padrón indicaba que en España había en torno a 1.350.000 extranjeros sin documentación, la cantidad de personas que aún resta por obtener los papeles en regla rondaría la cifra de 770.000.
A esta cantidad habría que sumar todos los inmigrantes que ni siquiera se han empadronado, una cifra que las ONG estiman entre 100.000 y 150.000 personas. (.../...)
Igualmente, a los 1.350.000 extranjeros sin documentación que había en España a primeros de 2005 hay que añadir todos los que han ido llegando desde entonces. Tomando como referencia los datos del padrón ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), éstos indican que desde 2000 el incremento anual de extranjeros no comunitarios ha sido, de media, de medio millón.
Entre 2004 y 2005 -último periodo completo ofrecido por el INE-, este incremento fue de 586.970 personas. Sin embargo, los expertos subrayan que es previsible una reducción sustancial de esta cifra en el último año debido a las modificaciones introducidas en la Ley de Extranjería.
Las cuentas que hace el Ejecutivo arrojan en cualquier caso puntos de luz. Se ha dado el visto bueno al 83,4% de los expedientes que se presentaron en su día, y el 98% de ese porcentaje ha supuesto un alta en la Seguridad Social; con lo que, de resultas del proceso abierto que se cerró el 7 de mayo de 2005, en España hay en torno 567.000 nuevos cotizantes.
«Hemos puesto legalidad donde había ilegalidad, orden donde había desorden», señala a EL MUNDO Consuelo Rumí, secretaria de Estado de Inmigración. «Un año después del proceso que se abrió, los datos avalan nuestras satisfacción. Se ha cumplido el objetivo del Gobierno, sindicatos y empresarios, y podemos asegurar que se ha asestado el mayor golpe nunca dado en este país a la economía sumergida».
A pesar de la autocomplacencia del Ejecutivo, la última regularización extraordinaria (de las que el PSOE siempre ha rehuido: en septiembre de 2002 llegó incluso a presentar una proposición no de ley para que no se llevaran a cabo) ha generado numerosos problemas y no ha resuelto otras carencias endémicas de la población extranjera en España. Estos son algunos de los aspectos a destacar un año después de la legalización acometida en 2005 por los socialistas.
Sin el 'marcador a cero'
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, vaticinó que, después del proceso de regularización, quedaría una «bolsa de inmigrantes indocumentados de 100.000 o menos».Nada más lejos de la realidad.
Según denuncia la organización SOS Racismo en su informe anual, «las expectativas del Gobierno de poner el marcador a cero» (legalizar a prácticamente todos los sin papeles) no se ha cumplido. «El número de población en situación irregular es cada vez mayor», señala la ONG, «porque se achica el agua pero no se repara la avería»;léase, una ley que condena a la clandestinidad. El informe revela que la irregularidad «es la mayor que nunca ha quedado después de un proceso de regularización».
Mayor represión
Inmediatamente después del proceso, denuncian las ONG, han aumentado los controles policiales y expulsión de inmigrantes en situación ilegal, a la vez que se han incrementado las inspecciones de trabajo que comportan la expulsión de extranjeros.
En noviembre pasado, el Defensor del Pueblo denunció irregularidades en la asistencia jurídica a inmigrantes (un solo abogado para 95 paquistaníes, por ejemplo) y criticó que las personas sometidas a procedimientos de extranjería estaban siendo tratados «como delincuentes».
Indefensión tras denegaciones
Muchos de los permisos rechazados en el proceso de regularización lo han sido por «un informe gubernativo desfavorable y sin dar mayor explicación», se quejan en SOS Racismo.Hasta el punto de que «se han denegado permisos porque el solicitante había sido denunciado por otra persona ante la Policía, tuviese o no fundamento esta denuncia». Fue el caso de H. G., marroquí, que vio tumbado su expediente por la citada razón. Lo único que figura en contra suya es su detención en octubre de 2004. Fue maltratado tras ser confundido con un delincuente. Aquella mancha errónea continúa indeleble.
Contratos precarios
Guardaron cola, pidieron los papeles, se los dieron, pero van a necesitar Dios y ayuda para lograr la renovación anual de los permisos de residencia y trabajo.El motivo es que buena parte de los contratos que sirvieron para regularizar a los inmigrantes en el último proceso de normalización se hicieron sobre contratos muy precarios. Y el derecho a ser llamado, en el caso de reinicio de la actividad productiva (sectores de construcción y hostelería) no se está cumpliendo. Si sus permisos no son renovados, volverán a ser inmigrantes irregulares.
Pagan los trabajadores
Muchos empleados son obligados por los empresarios a abonar las tasas por expedición de las tarjetas o la totalidad de las cotizaciones de la Seguridad Social. Las que más sufren esta práctica son las empleadas del hogar (que suponen cuatro de cada diez permisos de residencia otorgados): cobran en torno a 525-600 euros, de lo que hay que quitar el citado pago irregular de su bolsillo a las arcas públicas. La exigua cantidad que les resta impide, en muchos casos, la reagrupación familiar.
Repatriaciones en cuadro
Los menores están siendo repatriados de forma ilegal en muchos casos, sin ser escuchados y sin tener en cuenta el «interés superior del menor», tal y como dice la legislación internacional. Las administraciones incumplen sistemáticamente la norma que señala que, después de estar nueve meses tutelados, debe ser tramitado su permiso de residencia.
Entre los adultos, sólo tres de cada 10 subsaharianos que hay en España proceden de países que tienen convenio de readmisión con nuestro país, con lo que el resto está condenado a ser ciudadano de la tierra de nadie. Oficialmente, desde mediados de 2004 hasta finales de 2005 unos 7.000 inmigrantes del Africa negra cruzaron nuestras fronteras. El Gobierno expulsó a 1.556.
Eterna espera
Hasta ocho años de espera tienen que soportar los inmigrantes que solicitan permiso de residencia. La consecuencia más directa es la imposibilidad de adquirir una vivienda, con lo que, arrojados al prohibitivo mercado libre del alquiler, son condenados a la infravivienda, el hacinamiento y la marginalidad.
Según cifras de la Secretaría de Estado de Inmigración, a día 2 de mayo de 2006 se han recogido 691.655 solicitudes de documentación legal, de las que se han resuelto favorablemente 577.049. Dado que al inicio del proceso de normalización, el 7 de febrero de 2005, el padrón indicaba que en España había en torno a 1.350.000 extranjeros sin documentación, la cantidad de personas que aún resta por obtener los papeles en regla rondaría la cifra de 770.000.
A esta cantidad habría que sumar todos los inmigrantes que ni siquiera se han empadronado, una cifra que las ONG estiman entre 100.000 y 150.000 personas. (.../...)
Igualmente, a los 1.350.000 extranjeros sin documentación que había en España a primeros de 2005 hay que añadir todos los que han ido llegando desde entonces. Tomando como referencia los datos del padrón ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), éstos indican que desde 2000 el incremento anual de extranjeros no comunitarios ha sido, de media, de medio millón.
Entre 2004 y 2005 -último periodo completo ofrecido por el INE-, este incremento fue de 586.970 personas. Sin embargo, los expertos subrayan que es previsible una reducción sustancial de esta cifra en el último año debido a las modificaciones introducidas en la Ley de Extranjería.
Las cuentas que hace el Ejecutivo arrojan en cualquier caso puntos de luz. Se ha dado el visto bueno al 83,4% de los expedientes que se presentaron en su día, y el 98% de ese porcentaje ha supuesto un alta en la Seguridad Social; con lo que, de resultas del proceso abierto que se cerró el 7 de mayo de 2005, en España hay en torno 567.000 nuevos cotizantes.
«Hemos puesto legalidad donde había ilegalidad, orden donde había desorden», señala a EL MUNDO Consuelo Rumí, secretaria de Estado de Inmigración. «Un año después del proceso que se abrió, los datos avalan nuestras satisfacción. Se ha cumplido el objetivo del Gobierno, sindicatos y empresarios, y podemos asegurar que se ha asestado el mayor golpe nunca dado en este país a la economía sumergida».
A pesar de la autocomplacencia del Ejecutivo, la última regularización extraordinaria (de las que el PSOE siempre ha rehuido: en septiembre de 2002 llegó incluso a presentar una proposición no de ley para que no se llevaran a cabo) ha generado numerosos problemas y no ha resuelto otras carencias endémicas de la población extranjera en España. Estos son algunos de los aspectos a destacar un año después de la legalización acometida en 2005 por los socialistas.
Sin el 'marcador a cero'
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, vaticinó que, después del proceso de regularización, quedaría una «bolsa de inmigrantes indocumentados de 100.000 o menos».Nada más lejos de la realidad.
Según denuncia la organización SOS Racismo en su informe anual, «las expectativas del Gobierno de poner el marcador a cero» (legalizar a prácticamente todos los sin papeles) no se ha cumplido. «El número de población en situación irregular es cada vez mayor», señala la ONG, «porque se achica el agua pero no se repara la avería»;léase, una ley que condena a la clandestinidad. El informe revela que la irregularidad «es la mayor que nunca ha quedado después de un proceso de regularización».
Mayor represión
Inmediatamente después del proceso, denuncian las ONG, han aumentado los controles policiales y expulsión de inmigrantes en situación ilegal, a la vez que se han incrementado las inspecciones de trabajo que comportan la expulsión de extranjeros.
En noviembre pasado, el Defensor del Pueblo denunció irregularidades en la asistencia jurídica a inmigrantes (un solo abogado para 95 paquistaníes, por ejemplo) y criticó que las personas sometidas a procedimientos de extranjería estaban siendo tratados «como delincuentes».
Indefensión tras denegaciones
Muchos de los permisos rechazados en el proceso de regularización lo han sido por «un informe gubernativo desfavorable y sin dar mayor explicación», se quejan en SOS Racismo.Hasta el punto de que «se han denegado permisos porque el solicitante había sido denunciado por otra persona ante la Policía, tuviese o no fundamento esta denuncia». Fue el caso de H. G., marroquí, que vio tumbado su expediente por la citada razón. Lo único que figura en contra suya es su detención en octubre de 2004. Fue maltratado tras ser confundido con un delincuente. Aquella mancha errónea continúa indeleble.
Contratos precarios
Guardaron cola, pidieron los papeles, se los dieron, pero van a necesitar Dios y ayuda para lograr la renovación anual de los permisos de residencia y trabajo.El motivo es que buena parte de los contratos que sirvieron para regularizar a los inmigrantes en el último proceso de normalización se hicieron sobre contratos muy precarios. Y el derecho a ser llamado, en el caso de reinicio de la actividad productiva (sectores de construcción y hostelería) no se está cumpliendo. Si sus permisos no son renovados, volverán a ser inmigrantes irregulares.
Pagan los trabajadores
Muchos empleados son obligados por los empresarios a abonar las tasas por expedición de las tarjetas o la totalidad de las cotizaciones de la Seguridad Social. Las que más sufren esta práctica son las empleadas del hogar (que suponen cuatro de cada diez permisos de residencia otorgados): cobran en torno a 525-600 euros, de lo que hay que quitar el citado pago irregular de su bolsillo a las arcas públicas. La exigua cantidad que les resta impide, en muchos casos, la reagrupación familiar.
Repatriaciones en cuadro
Los menores están siendo repatriados de forma ilegal en muchos casos, sin ser escuchados y sin tener en cuenta el «interés superior del menor», tal y como dice la legislación internacional. Las administraciones incumplen sistemáticamente la norma que señala que, después de estar nueve meses tutelados, debe ser tramitado su permiso de residencia.
Entre los adultos, sólo tres de cada 10 subsaharianos que hay en España proceden de países que tienen convenio de readmisión con nuestro país, con lo que el resto está condenado a ser ciudadano de la tierra de nadie. Oficialmente, desde mediados de 2004 hasta finales de 2005 unos 7.000 inmigrantes del Africa negra cruzaron nuestras fronteras. El Gobierno expulsó a 1.556.
Eterna espera
Hasta ocho años de espera tienen que soportar los inmigrantes que solicitan permiso de residencia. La consecuencia más directa es la imposibilidad de adquirir una vivienda, con lo que, arrojados al prohibitivo mercado libre del alquiler, son condenados a la infravivienda, el hacinamiento y la marginalidad.
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6.5.06
Valiente Federico Quevedo resumiendo la actitud de todos los que buscamos la verdad
Valiente Federico Quevedo resumiendo la actitud de todos los que buscamos la verdad y no nos sometemos a los dictados para borregos de la versión oficial.
DOS PALABRAS
¡Quiero saber la verdad!
@Federico Quevedo
Sábado, 06 de mayo de 2006
Aquella mañana, en las horas siguientes a los terribles atentados del 11 de marzo de 2004, una persona de figura oronda, pelo blanco y hablar entrecortado se dirigió a la sede del Centro Nacional de Inteligencia para ofrecer sus servicios como experto en asuntos islámicos. Aquella persona de figura oronda, pelo blanco y hablar entrecortado no era ningún cualquiera, por supuesto, pero nada tenía que ver con quienes en aquel momento detentaban el Gobierno de la Nación. Y, sin embargo, ni el presidente, ni el ministro de Defensa, ni ninguno de los que integraban el Gabinete de Crisis creado para hacer frente la situación supieron nunca de la llegada al CNI de aquel personaje, dispuesto a ofrecer su ayuda para esclarecer los hechos. Según parece, según me cuentan mis fuentes, Miguel Ángel Moratinos tenía mucho interés en colaborar en la tarea de desentrañar la trama islamista del 11-M desde los primeros instantes posteriores a los atentados. A nadie se le oculta que Miguel Ángel Moratinos guarda una estrecha amistad con quien entonces dirigía el CNI, Jorge Dezcallar. La pregunta es, sin embargo, ¿por qué ese interés de Moratinos por conducir la investigación hacia la pista islamista desde el primer momento, cuando en las primeras horas y siguientes los servicios de información apuntaban a ETA de manera indudable? Es más, ¿por qué se ocultó aquella visita al CNI al Gobierno de la Nación? ¿Quién la ocultó? ¿Quién la permitió? ¿Por qué Moratinos estaba tan seguro de que era un atentado islamista? ¿Por la misma razón que lo sabía Rubalcaba?
Yo tengo la convicción moral de que los atentados del 11 de marzo de 2004 fueron el producto de una conspiración para echar al PP del poder. A quienes me preguntan, y son muchos los que lo hacen, si creo a la izquierda española capaz de semejante barbaridad les contesto, sin dudarlo, que sí, lo cual no quiere decir que señale a nadie como culpable. Pero es un hecho que hoy algunos de los que en su día mataron, secuestraron y enterraron en cal viva en nombre del Estado campan a sus anchas e, incluso, se les trata como personas respetables. Siempre he creído que quien ha matado una vez en nombre de una determinada e interesada causa política puede volver a hacerlo sin importarle las consecuencias. Tengo derecho a dudar. Es más, por mi profesión, estoy obligado a dudar, y con más motivo si quienes se empeñan en hacerme creer una única verdad son los mismos que negaban entonces la existencia de los GAL y del crimen de Estado. Si lo hicieron una vez, ¿por qué no van a volver a hacerlo? Ayer, en un artículo que pasó algo más desapercibido por la avalancha de informaciones y opiniones sobre la famosa tarjeta del Grupo Mondragón y el lío que se ha montado en torno a ella, afirmaba sin dudarlo que creo a la izquierda capaz de todo para lograr el poder, y capaz de todo para no perderlo. Incluso, aliarse con quienes llevan décadas matando, poniendo bombas y provocando masacres como la de Hipercor: solo les recuerdo que alguna vez esos mismos fueron considerados héroes por esa izquierda.
Tengo derecho a dudar. Es más, estoy obligado a hacerlo, les decía. Lo primero que me enseñó mi jefe de estudios en la carrera de Periodismo, casi diría que el primer día, fue eso: “Duda –me dijo-, porque solo de la duda obtendrás la verdad”. Y más de una vez les he dicho a ustedes que solo la verdad nos hará libres. Pero, fíjense, a mí me da igual si existía o no esa tarjeta de visita en la furgoneta. A lo largo de estos dos años hemos conocido numerosas informaciones que se han demostrado auténticas y que en cualquier otro país del mundo hubieran significado, por sí mismas, la apertura de una investigación seria y rigurosa. Yo me he leído el sumario del juez Del Olmo, en el cual puede uno toparse con lagunas como océanos, pero no he encontrado ninguna referencia –creo- al militante socialista asturiano Fernando Huarte y sus contactos con los supuestos terroristas, ni tampoco al hecho sorprendente de que uno de los implicados en la masacre estuviera afiliado al PSOE. Nunca hemos sabido quién le avaló, y sin aval es imposible hacerse militante socialista. Les invito a intentarlo. Qué curioso, Huarte trabajaba para el CNI que dirigía Dezcallar, el hombre en el que Felipe González confiaba casi a ciegas, y también aquellos que formaron parte de una de las páginas más oscuras de nuestra reciente historia. Desde el pasado 3 de abril, y gracias a una denuncia de Manos Limpias, se han abierto diligencias previas contra Huarte y otros 19 policías por el 11-M y por haber, supuestamente, ocultado información. Les diré algo: el PSOE heredó del franquismo una infraestructura de inteligencia e información que la UCD no depuró y que los socialistas aprovecharon en toda su extensión. Aquellos hombres estaban acostumbrados a la represión y al crimen en nombre del Estado. Por desgracia, Aznar no tuvo la valentía suficiente para deshacer esa infraestructura, y aquel 11 de marzo de 2004 se volvió contra él a favor de aquellos con los que habían compartido un mismo modo de entender la política.
Tengo derecho a dudar y a creer, como creo, que el 11-M fue el fruto de una conspiración. Y no caben posiciones intermedias en algo como esto. La simple duda sobre la verdad oficial conduce directamente a la sospecha de que algo se nos está ocultando, algo grave y probablemente horrible. Pero, fíjense, ¿nunca han pensado que si realmente el Gobierno socialista pudiera hundir, en toda la extensión del término, al PP con lo que pasó el 11-M, ya lo habría hecho? La izquierda no ha escatimado oportunidad alguna para machacar al Partido Popular con todo aquello que consideraba podía herirlo y anular sus expectativas electorales. Entonces, ¿por qué da la callada por respuesta a todo lo que sobre el 11-M vamos conociendo? La nota de la Policía sobre la tarjeta no hace sino confirmar que la política del Gobierno es callar y no aclarar la verdad, porque si el Ejecutivo quisiera responder a todas las veces que se ha cuestionado la investigación, la respuesta no vendría de la mano de una nota de la Policía: hubiera salido Rubalcaba atacando al PP y ridiculizando hasta la carcajada su posición sobre este tema. Y, sin embargo, calla. No solo eso: está inmerso en una ceremonia de ocultación y destrucción de la verdad. Lo dije una vez y lo reitero hoy, porque creo que merece la pena recordárselo a aquellos que tratan como ‘irresponsables’ a quienes no nos da la gana de agachar la cabeza y asentir como monos a las tesis del Gobierno y, sobre todo, a quienes se esfuerzan desde su atalaya mediática por esclarecer la verdad: sin ellos nunca hubiéramos sabido que existía el crimen de Estado, ni la corrupción. Perdónenme los baluartes periodísticos del pensamiento único: yo respeto que ustedes no me crean, respeten mi derecho a no creerles.
Esta es una cuestión, como escribía ayer uno de los periodistas que más me han enseñado en esta profesión que ejerzo lo mejor que puedo -mi director, Jesús Cacho-, de principios. Y yo tengo los míos, y la libertad consiste en que pueda defenderlos y expresarlos sin que nadie me lo impida. Y yo amo la libertad. Amo la libertad de Oscar López Fonseca para creer que todo lo que publican los medios que tratan de demostrar que detrás del 11-M hubo algo distinto a los que nos han dicho que hubo, es falso. Y además defenderé ante quien sea su libertad y su profesionalidad, que respeto y admiro. Igual que respeto y amo la libertad de Antonio Casado para afirmar que todo esto es el fruto del subconsciente de unos malos perdedores. Pero no es así, y además él lo sabe. Porque lo que no puede negarme nadie es que en aquellos días desde la sede del PSOE se orquestó una campaña brutal y antidemocrática –porque antidemocrático es el uso de la jornada de reflexión para lanzar mensajes que en ese momento eran vitales en la estrategia política socialista- contra el Partido Popular. El 11-M fue el fruto de una conspiración de la que participó la izquierda española para echar al PP del poder. Tengo derecho a creerlo y, por lo tanto, a decirlo. La manera de participar puede ser muy diversa, incluso involuntaria, pero lo cierto es que esos atentados se utilizaron de modo que quienes ahora nos gobiernan obtuvieron el beneficio de la victoria electoral. Y lo cierto también es que, después de haberme leído el sumario del juez Del Olmo, si hay algo que me queda claro, es que seguimos sin saber quien o quienes fueron los autores intelectuales del atentado, y yo creo, y así lo digo, que siguen estando cerca de nosotros, tan cerca que casi podríamos hablar con ellos.
Es una cuestión de principios, y de mi libertad, y de la libertad de los miles de españoles que después de dos años siguen queriendo saber la verdad de lo que pasó aquel 11 de marzo de 2004. Hay quienes prefieren pasar página, superar el dolor, olvidarlo todo... Yo no. No estoy dispuesto a hacerlo. Voy a seguir luchando desde mi pequeña trinchera contra la verdad oficial y la sumisión inevitable. Es mi obligación hacerlo. Me da igual lo que me llamen, que me insulten, que se rían de mí, pero se lo debemos a la Libertad y a la Democracia que tantas vidas ha costado conseguir. Habrá quien proponga silenciarme –sé que ya lo han hecho- y silenciar a quienes siguen investigando porque han aprendido a dudar y que de la duda surge la verdad, pero nada hará que deje de creer en la libertad y en la necesidad de la verdad para lograrla. El 11 de marzo de 2004 es una fecha para la afrenta, una fecha que este país no puede ni debe olvidar nunca, una fecha que nos obliga a llegar hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga, le pese a quien le pese, y me da igual si del conocimiento final resulta que hay que exigirle responsabilidades al anterior Gobierno o hay que exigírselas a este: lo que pasó causó tanto dolor y tuvo tan brutales consecuencias que nuestra obligación es levantar todas las piedras que algunos se han empeñado en poner encima de la investigación para ocultarla. Quiero saber la verdad, tenemos derecho a saberla, y la obligación moral de descubrirla si queremos que este país sea la gran nación que pudo ser.
fquevedo@elconfidencial.com
http://www.elconfidencial.com/opinion/indice.asp?id=1377
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